Las singularidades de los grupos vocales, la potencialidad de un puñado de voces que juntas se expanden, encuentran en el presente una nueva caja de resonancia que, en el imaginario colectivo, conecta con una tradición bien argentina que tuvo su apogeo entre los 60 y 70.
En Rosario, más allá de sus contradicciones una ciudad con una gran producción cultural de resistencia y una tradición en formaciones corales, desde 2018, investiga y produce un ensamble vocal autogestivo integrado sólo por mujeres que bajo el nombre de Órbita pareciera conjugar ese tránsito común en un espacio compartido y de circularidad en el que trabajan.
Órbita es un grupo con diez integrantes que este sábado se presentará, para despedir el año, en el Distrito 7 (D7), con algunos invitados y un atractivo repertorio de música popular, revisitado no sólo con ingenio y calidez sino también con impronta de género. La presentación contará con la apertura de García Kofman Dúo y también serán de la partida Romina Bisciglia, Irene Moreno, Camila Dellatorre y Rafa Gómez.
Bajo la dirección musical de Maichi Gago, referente de la producción coral rosarina, la propuesta “nace de la idea de encontrarse en la diversidad y singularidad de cada una de las integrantes, que traen distintos recorridos artísticos, pero, a la vez, están unidas por el amor por la música vocal y el canto colectivo. Con arreglos grupales y solistas, el grupo transita un repertorio de canciones populares del mundo, recreando la riqueza de su música y la importancia de la palabra como herramienta para transmitirla”. Así lo referencian desde el grupo que además de Gago integran en la actualidad Julia Pistono, Leti Leiva Viú, Julieta Demagistris, Marcela Ruiz Álvarez, Pato Mazzoni, Rocío Petrelli, Lucía Zorzini, Malali Marangunic y Carolina Madera.
“Somos un ensamble vocal integrado por mujeres a las que nos gusta, más allá de cantar, escuchar aquellos grupos vocales argentinos de otros tiempos, compartimos eso; todas arrancamos en grupos corales, venimos de esa trayectoria coral y derivamos en esta otra experiencia en la que al principio éramos catorce y finalmente quedamos diez”, destacó Pato Mazzoni.
En el mismo sentido, en una idea de trabajo en equipo en relación con los arreglos y con un modo de percusión que si bien utiliza algunos instrumentos se vale mayoritariamente de las palmas y de otras sonoridades producidas a partir de la percusión en el propio cuerpo, Julieta Demagistris planteó: “Desde la dirección de Maichi se genera una sinergia que es la que termina de dar forma a la propuesta; su tarea de dirección, entre otras cosas, pasa por ver dónde falta una voz, cuál es la indicada para ese lugar, y cómo es el armado final de cada tema con propuestas que hacemos todas”.
Las músicas hablaron también de otra de las claves de Órbita cuya impronta está atravesada por un repertorio singular. “Vamos sumando propuestas musicales, canciones que sentimos que dialogan con nosotras, que nos van representando en este recorrido; el repertorio va cambiando. Quizás aparezcan propuestas que nos cierran por cómo suenan o por ciertos arreglos, pero luego van quedando aquellas que sentimos que van siendo un poco propias, aquellas canciones a las que les encontramos la vuelta para que suenen a Órbita y no a otra cosa”, contó a su tiempo la actriz y cantante Marcela Ruiz, quien además analizó el nombre del grupo.
“Nos llamamos Órbita porque tiene que ver con algo circular; también nos podríamos haber llamado Circular o Ritual, porque de eso se trata lo que hacemos, pero hay una idea de «orbitar» entre nosotras, circular por un mismo lugar con un mismo centro que compartimos”, planteó Ruiz.
En un repertorio vasto y rico que se va acrecentando con el paso del tiempo, en estos cuatro años, con la insalvable irrupción de la pandemia, las cantantes y músicas prefieren canciones ligadas al imaginario musical latinoamericano con Violeta Parra entre las autoras preferidas, aunque hay muchas otras.
“Para nosotras tiene una gran importancia el hecho de cantar entre mujeres y también poder traer a las mujeres; buscamos un repertorio que las nombre de alguna manera, o que sean compositoras; la vuelta de Órbita pasa también por reivindicar, siendo nosotras diez mujeres, el lugar de las mujeres en el arte y en la música”, comentó Demagistris.
Y Mazzoni sumó: “En el folclore latinoamericano, si hacés un recorrido general, en la mayoría de las letras las mujeres no estamos incluidas, por eso hay una búsqueda y en ese laburo fino está como premisa la idea de volver a traer al presente a las mujeres de la música de Latinoamérica que la pelearon mucho para tener un lugar, desarrollar una carrera, además de todo lo demás que nos toca a las mujeres: ser madres, ser esposas, tener que trabajar; ése es el homenaje que le hacemos con esta propuesta”. “Elegimos las canciones que elegimos porque las nombramos a ellas y ellas, como compositoras, nos nombran a nosotras en lo que cantan”, sumó Ruiz.
Y respecto del uso singular de la percusión, en particular a partir de las palmas que empoderan en cierta forma el mensaje, Demagistris cerró: “Estas palmas que usamos como percusión, son las tradicionales palmas españolas de las panaderas; son las palmas de las mujeres cuando amasaban. Tienen eso del ritual y también algo generacional que pasa de unas a otras; no estamos amasando pan pero estamos amasando todas juntas este mensaje que nos llega con la música y que buscamos transmitir”.
Para agendar
Órbita se presenta este sábado 26, a partir de las 21, en el Distrito 7 (D7, Lagos 790). Las entradas se pueden reservar a través del Instagram http://@orbitaensamblevoca, Facebook https://www.facebook.com/Órbita, o bien mediante el contacto telefónico para reservas +54 341-3273091
