El juez platense César Melazo ordenó ayer la detención del ex dirigente de Hinchadas Unidas Argentinas Marcelo Mallo y de su amigo Leandro Giso, luego de que se determinara que un arma hallada en poder del primero y que está a nombre del segundo fue usada para asesinar a dos ciudadanos colombianos en el shopping Unicenter, en 2008.
Efectivos de la Policía bonaerense fueron a buscar ayer por la tarde a Mallo (de 52 años) a su casa de Miguel Cané 3540 de la localidad bonaerense de Quilmes, pero no lo hallaron. A Giso (de 40) tampoco habían podido encontrarlo anoche en una vivienda de la Capital Federal, donde fueron a detenerlo.
Ambos están acusados de encubrimiento agravado porque el fiscal de Brandsen, Mariano Sibuet, considera que al menos desde el 3 de enero pasado Mallo “recibió y ocultó” esta arma en su casa y ejercía su tenencia sin la debida autorización. Mallo, vinculado históricamente con la barra brava de Quilmes y la agrupación kirchnerista Compromiso K, fue detenido ese día en su casa de Quilmes y liberado a las 48 horas. Su captura se produjo cuando se buscaba a los hermanos Martín (42) y Christian Lanatta (44) y a Víctor Schillaci (35), condenados por el triple crimen de General Rodríguez, también conocido como el triple crimen de la efedrina (que por entonces se importaba de China o India y se exportaba a raudales a México para la fabricación de metanfetamina), que se habían fugado del penal de General Alvear el 27 de diciembre y quienes serían recapturados días después en Santa Fe.
En la casa de Mallo, se secuestraron armas que no tenían en regla sus papeles, como una pistola italiana Tanfoglio calibre 40 S&W, ahora vinculada tras un peritaje con el doble asesinato del shopping. El dirigente explicó ayer, más temprano, a C5N que la pistola no la tenía en su poder en 2008 y que el arma estuvo en su casa “sólo 15 días” antes de que se la incautaran, luego de que Giso se la dejara porque se iba a Estados Unidos Unidos y la quería vender.
Según dijo ayer por la mañana el ministro de Justicia bonaerense, Gustavo Ferrari, un peritaje realizado con el Sistema Automatizado de Identificación Balística (Saib) dio positivo al ser cotejada esa pistola con proyectiles y vainas secuestrados en 2008 tras el doble crimen de Unicenter.
Las características de esta pistola poco común llamaron la atención a los expertos en balística de la Superintendencia de Policía Científica de la Bonaerense que hace ocho años buscan las armas empleadas en el doble crimen de Unicenter. Por el análisis de los plomos y las vainas secuestradas en las autopsias de las víctimas y en el estacionamiento del shopping, los peritos saben que los dos colombianos fueron asesinados por dos tiradores que usaron sendas pistolas calibre 40. Como algunos proyectiles poseen 8 estrías –las marcas que el cañón le imprime a la bala cuando sale disparada–, y tienen giro hacia la derecha, los peritos también sabían que esos disparos habían sido efectuados por una pistola 40 Tanfoglio.
Fuentes del caso dijeron que, cuando se realizó el peritaje sobre las armas incautadas a Mallo, los plomos y vainas testigo que se obtuvieron de la Tanfoglio fueron cotejadas en el microscopio Gran Comparador con imágenes de material balístico que tenían de hechos relevantes sin esclarecer.
“En el caso del narcocrimen de Unicenter, el ancho de las estrías coincidía con las balas testigo de la pistola secuestrada a Mallo”, dijo una fuente de la investigación.
Por ello, un veterano perito de la causa Unicenter se presentó hace pocos días ante la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, quien tiene el expediente por el doble crimen de Unicenter, para contar lo que había descubierto y sugerir que se hiciera el cotejo definitivo que ayer dio positivo en el Saib de la Federal.
Los colombianos Jorge Alexander Quintero Gartner (35) y Héctor Edilson Duque Ceballos (35), alias Monoteto, fueron asesinados a balazos el 24 de julio de 2008 en el estacionamiento del shopping Unicenter, de la localidad de Martínez, partido de San Isidro. Un tercer colombiano, Juan Sebastián Galvis Ramírez (23), fue ejecutado el 23 de febrero de 2009, frente a una casa de venta de artículos de náutica, en avenida del Libertador 1999, del partido bonaerense de San Fernando. La Justicia de San Isidro investigó las dos causas de modo conexo y con la hipótesis de que fueron crímenes vinculados con el narcotráfico, en especial con el colombiano Cártel del Norte del Valle (del Cauca), conocido también como Clan Úsuga o Los Urabeños, y que los sicarios fueron barras de Boca. Por el supuesto encubrimiento y la obstaculización de la pesquisa, el por entonces fiscal general de San Isidro, Julio Novo, y otros funcionarios judiciales fueron apartados de sus cargos y llamados a indagatoria por Arroyo Salgado.