Emilia Delfino/elDiarioAr
La jueza comercial Marta Cirulli ordenó este miércoles investigar el acuerdo entre Correo Argentino SA y el Meinl Bank, un banco austríaco quebrado y denunciado por presunto lavado de dinero y corrupción, según el fallo al que accedió elDiarioAR. La magistrada también dispuso librar exhortos a autoridades de Europa para obtener información sobre las sospechas y denuncias contra la entidad bancaria y el acuerdo celebrado con Socma (Sociedades Macri).
El banco austríaco es una pieza clave para evitar la quiebra de Correo, una compañía de la familia Macri. Es su principal acreedor y puede forzar al Estado Nacional a aceptar el salvataje de la empresa. Sin embargo, el Meinl Bank está bajo sospecha en el expediente: actuó en contra de sus propios intereses para favorecer a Correo; está denunciado por supuesto lavado de dineron con bancos de Europa del Este; transfirió sobornos de la constructora Odebrecht a funcionarios de Brasil y América Latina; fue sancionado por la autoridad de control financiero de Austria en 2019 y el Banco Central Europeo (BCE) le quitó la licencia para operar ese mismo año.
A sus antecedentes se suma que el Meinl Bank terminó en proceso de bancarrota en 2020 y la Justicia austríaca ordenó el cierre de la compañía en febrero último, como reveló elDiarioAR en abril. En esa situación, la entidad no podría haber prestado conformidad al salvataje de Correo, pero figura en el expediente apoyando la última oferta de la compañía de los Macri a sus acreedores, según el documento público presentado por la compañía.
La fiscal general Gabriela Boquin sostuvo en su último dictamen que el banco cumplió un rol sospechoso en el concurso de acreedores de Correo, actuando en detrimento de sus intereses y a favor de la familia Macri. Por eso solicitó que se investigue una supuesta maniobra para perjudicar al resto de los acreedores, entre ellos, el Estado Nacional, y que libren exhortos internacionales para solicitar información a Austria.
El Meinl Bank apoyó un salvataje frustrado de Correo en 2007, por lo que Socma plantea que su conformidad debería ser tomado por válida en 2021. Sin embargo, al estar en bancarrota desde febrero último, el banco austríaco está en manos de nuevas autoridades, nombradas por la Justicia de Viena, quienes debían ser quienes aprobaran en marzo la oferta de Correo y su salvataje. Sin embargo, ninguna de esas autoridades figuran en el expediente argentino, por lo que ese apoyo que presentó la compañía de los Macri no tendría validez. Si así fuera, Correo debería quebrar.
Por eso, la jueza Cirulli ordenó exhortos diplomáticos a la Justicia y la Procuración General con sede en Viena, a las autoridades austríacas y al Banco Central Europeo para requerir los antecedentes del retiro de la licencia al Meinl Bank, actualmente denominado Anglo Austrian Bank, y su posterior cierre, como había solicitado la fiscal. La magistrada también librará exhortos a los actuales responsables del banco, los liquidadores que administran sus bienes, “a fin de esclarecer todo lo concerniente a la situación pasada y presente del acreedor Meinl Bank”, hoy denominado Anglo Austrian AAB Bank (cambió su nombre tras las denuncia de presunto lavado de 2019).
La magistrada ordenó a Correo poner a disposición de su juzgado los libros y balances de la compañía elaborados entre 2003 y 2019 y el acuerdo celebrado con Meinl Bank que figure en los estados contables de la empresa de los Macri.
Cirulli dispuso además que se solicite al diario La Nación la remisión de una copia del informe de auditoría por PriceWaterhouseCoopers con presunta información sobre el rol del Meinl Bank en el concurso preventivo del Correo, revelado por el medio el 28 de abril último que podría aportar datos clave sobre un posible acuerdo entre Socma y la entidad para controlar el concurso de acreedores, en perjuicio del Estado Nacional.
¿Cómo se convirtió este banco austríaco en el principal acreedor de Correo? En 2006, adquirió las deudas de la compañía con dos entidades internacionales: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Financiera Internacional (CFI). Estos dos organismos de crédito, a los que Correo debía millones de dólares, cedieron sus créditos con la compañía al Meinl Bank, según confirma el dictamen de Boquin.
Entonces, el Meinl Bank absorbió las acreencias del BID y la CFI, que equivalen a un total de 117.294.798 de dólares. Luego, en 2013, el banco acordó congelar esa deuda al valor del dólar de noviembre de ese año: costaba $6,525. Esa deuda de la compañía de los Macri con el Meinl Bank equivalía entonces a 765.348.560 pesos. Y así se quedó en el tiempo. A mayo de este año, superaría los 11.582 millones de pesos (con un dólar oficial a 98,75 pesos), según el cálculo de elDiarioAR con base en los datos del dictamen fiscal. El banco austríaco resignó cobrar 15 veces el valor de la deuda real de Correo.