El juez que investiga el crimen de Lucas González, el adolescente de 17 años asesinado de un balazo por efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires el 17 de noviembre último en el barrio porteño de Barracas, ordenó la inmediata detención de otros cinco miembros de esa fuerza de seguridad como acusados del encubrimiento del homicidio.
La decisión del juez Martín Del Viso recayó sobre un subcomisario, un oficial mayor, un oficial principal y dos oficiales, que participaron del procedimiento inmediatamente posterior al momento en que otros efectivos habían disparado contra la víctima y sus acompañantes.
En un fallo de 14 páginas al que accedió Télam, el magistrado hizo parcialmente lugar al pedido del fiscal Leonel Gómez Barbella, quien había requerido la detención de ocho efectivos a los que acusó de “encubrimiento agravado, privación ilegal de la libertad agravada y falsedad ideológica”.
Para el juez, cinco de los ocho señalados por la fiscalía “habrían alterado los rastros y pruebas” para encubrir el crimen.
“A tenor de lo valorado, entiendo que las circunstancias relatadas no pueden ser neutralizadas con cautelares de menor intensidad que la detención de los imputados, medida que al menos de momento se rebelan como necesarias, idóneas y proporcionadas en este estado de la investigación”, sostuvo el juez.
De acuerdo al fallo, el subcomisario incluido en esta nuevas órdenes de detención “aparece como suscriptor del parte informativo” que daba cuenta de la detención de tres sospechosos “en un «enfrentamiento» que no fue tal”.
En ese marco, tres de los oficiales fueron quiénes habrían reducido y esposado a las víctimas junto a un cuarto que se trató de uno de los primeros en arribar a la escena donde, según la acusación, “plantaron” un arma de utilería en el auto de las víctimas.
A su vez, el juez recordó que en su requerimiento, la fiscalía indicó que “al llegar el personal policial a ese lugar del procedimiento cuestionado, los nombrados les habrían referido a los adolescentes frases tales como «a estos villeritos, hay que darle un tiro en la cabeza a cada uno. Dónde tenés la falopa, dónde está el arma con la que mataste a tu amigo»”.
Además, en esas circunstancias, los policías aplicaron “tormentos y sufrimientos físicos y psicológicos” a los tres adolescentes de 17 años que acompañaban a Lucas.
“En esta dirección, la gravedad de los hechos hace razonable el planteo fiscal en cuanto a la seria posibilidad de riesgo de fuga y entorpecimiento para la investigación (…) Es que debo tener en cuenta su condición de policías y las circunstancias y naturaleza del suceso, pues justamente la atribución realizada consiste en la posible participación en el encubrimiento de unos compañeros ante la comisión de delitos de extrema gravedad”, consideró Del Viso.
Y opinó que estando en libertad, los acusados podrían “destruir, modificar, ocultar, suprimir o falsificar elementos de prueba, así como influir en los testigos del hecho”.
Por su parte, Gregorio Dalbón, abogado querellante, destacó que de esta manera ya hay “14 detenidos” ya que en la causa ya había tres policías procesados con prisión preventiva por el homicidio calificado y otro seis por el encubrimiento.
“Un juicio justo”
Anteayer, a un mes del crimen de Lucas, la familia aseguró que “no quiere venganza ni tiene rencor” y solo “desea a los culpables un juicio justo”, según dijo Dalbón.
En tanto, el pasado martes Del Viso procesó con prisión preventiva a los comisarios Juan Romero y Fabián Du Santos, al subcomisario Roberto Inca, al inspector Héctor Cuevas y a las oficiales Micaela Fariña y Lorena Miño, todos integrantes de la Comisaría Vecinal 4D.
A todos ellos los considera coautores de los delitos de “falsedad ideológica, falso testimonio y encubrimiento agravado en concurso ideal”, a su vez en concurso real con “privación ilegal de la libertad agravada y porque en desempeño de un acto de servicio cometieron vejaciones contra las personas que se detuvieron”.
Además, a Miño, Fariña, Cuevas e Inca los procesó por falso testimonio ya que declararon como testigos en el sumario que inició la Policía Federal Argentina (PFA) una vez que se apartó a los de la Ciudad de la pesquisa.
A su vez, hay otros tres policías porteños, Juan José Nieva, Fabián López y Gabriel Issasi, que también fueron procesados con prisión preventiva por el “homicidio calificado” de Lucas, luego de que el juez Del Viso, a pedido del fiscal Gómez Barbella, consideró que procedieron de forma “arbitraria, irracional e ilegal” y que luego “urdieron una trama para tergiversar los hechos”.
Gatillo fácil
El crimen sucedió cerca de las 9.30 del 17 de noviembre, cuando Lucas y sus amigos salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y se detuvieron en un kiosco situado en Iriarte y Luna, para comprar un jugo.
Tras ello fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.
De acuerdo con las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos.
Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien tras ser atendido de urgencia en un hospital porteño fue trasladado y murió horas después en el hospital “El Cruce” de Florencio Varela.
En la autopsia se determinó que el mismo joven presentaba una herida de surco de proyectil en un pómulo, también disparado por la policía.