Un amplio abanico de organizaciones sindicales, sociales y políticas se concentraron este miércoles en las avenidas De Mayo y 9 de Julio, en esta capital, en una jornada de protestas «contra los acuerdos con el FMI» y reclamar un «aumento salarial de emergencia» para «trabajadores formales, informales y jubilados de todo el país» y «salario universal para terminar con el hambre y la pobreza», informaron voceros gremiales.
Los militantes -liderados por el estatal Hugo «Cachorro» Godoy, secretario general de la CTA Autónoma (CTAA)- marcharon a la sede del Ministerio de Economía nacional, donde realizaron un acto conjunto.
«El Gobierno debe cumplir con su mandato originario, el de enfrentar la estafa que (el expresidente Mauricio) Macri y el FMI impusieron al pueblo argentino», sostuvo Godoy en un discurso.
El dirigente advirtió que «en la Argentina están creciendo la pobreza y el hambre, mientras el Fondo Monetario Internacional aplica su plan de ajuste fiscal, esencialmente inflacionario y recesivo para la economía».
«La injerencia del FMI condiciona al Estado nacional, provinciales y municipales la implementación de políticas para recuperar el ingreso de los sectores populares y de producción, lo cual implica el incremento de la pobreza a indigencia, y la dificultad de las y los trabajadores de superar la inflación», dijo Godoy a Télam.
También detalló que se exige además un «aumento de emergencia para todos los trabajadores formales e informales, activos y jubilados» y «un cambio de la política económica», tras afirmar que «el plan económico de hoy es del FMI, que además es inflacionario y de ajuste para el pueblo».
El secretario general de la CTA y ATE Provincia de Buenos Aires, Oscar «Colo» De Isasi, sostuvo que «queremos el mandato fundacional del Frente de Todos, ese mismo que lo convirtió en gobierno, y por el cual trabajamos tanto en su momento».
«Queremos que en Argentina se ilumine un nuevo tiempo, en el que el pueblo recupere su capacidad de decidir su destino, administrando sus recursos y basado en el trabajo digno y la producción sustentable», completó.
La protesta generó demoras para los automovilistas, quienes debieron utilizar otras avenidas.
Además de la CTAA formaron parte de esta convocatoria la Corriente Clasista y Combativa (CCC), el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), sectores del Frente Popular Darío Santillán (FPDS), el Movimiento Evita; Somos Barrios de Pie y de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP).
Las protestas se desarrollaron también en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires como en la Rotonda de Burzaco, en Almirante Brown; Lomas de Zamora, Lanús; Puente La Noria; Camino de Cintura, en Esteban Echeverría; Rruta 3 y Savigni de La Matanza y bajada de Autopista La Plata-Buenos Aires, en el ingreso a La Plata.
Dina Sánchez, dirigente del FPDS y secretaria adjunta de la UTEP, dijo a Télam: «Hoy nos estamos movilizando en todo el país para decir basta al ajuste del Ministerio de Desarrollo Social».
«Venimos denunciando este constante avance del FMI sobre las políticas sociales y exigimos un aumento de salarios a los y las trabajadoras de la Economía Popular», dijo.
Otros sectores políticos y sociales ligados a partidos de izquierda se concentraron desde las 14 en inmediaciones del Obelisco, para marchar a Plaza de Mayo en rechazo a «la injerencia del FMI en la política económica».
Este encuentro -convocado por la Autoconvocatoria Deuda- tuvo como referencia a la dirigente internacionalista de izquierda Beverly Keene, impulsora de la suspensión del pago e investigación de la deuda; Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora) y el economista Claudio Lozano (precandidato presidencial de Unidad Popular).
Silvia Saravia, candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires y referente del Movimiento Libres del Sur, dijo que «legitimar en el Congreso la estafa de (Mauricio) Macri y el FMI fue un grave error político. Ahora el pueblo paga las consecuencias».
El diputado nacional del Frente de Izquierda Juan Carlos Giordano consideró que la decisión de decirle «no a los pagos de la deuda, fuera el FMI» se fundamenta en que «esa plata debe ir a trabajo, educación, salud y vivienda».