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Orselli, el locutor que trabajó más de 40 años en su profesión con muchas experiencias para recordar

Nacido en Bell Ville llegó a la ciudad e hizo carrera. Conocido por muchos, hizo un repaso por su pasado y contó cómo está en la actualidad

*Entrevista realizada por Nicolas Montequino en Radio Wox 88.3

 

Julio César Orselli tiene una de las voces más reconocibles de la ciudad. Luego de más de 40 años de trabajo, sigue vigente en los corazones del público. La locución la lleva desde su más profunda infancia, en su Bell Ville natal, donde comenzó animando  actos escolares.

-¿Cómo fueron tus comienzos?

Fue en los actos escolares. Después en la propaladora del pueblo, campañas políticas, mitines, etc.  Hice todo lo que respecta  en estar delante de un micrófono. Pero donde se inició todo fue en el colegio donde asistía de niño.

-¿Recordás cuál fue tu primer aviso? 

-Fue político, mis padres tenían un bar y ahí iban todos los parroquianos de Bell Ville. Y uno de ellos que era muy fanático del peronismo de ese momento que si me subía arriba de la mesa y gritaba “Viva Peron-Quijano” que era la fórmula del momento. Como pago me regalaba todos los platitos que ponían con la bebida: maní, palitos, chizitos, aceitunas; como a mí me encantaba eso y mi madre decía que no, lo hacía medio de contrabando. Me subía a la mesa gritaba, manoteaba los platitos y me iba a comer a escondidas. Fue mi primer aviso político y rentado. No lo hice gratis.

-¿Qué recuerdos tenés de  Bell Ville?

-Primero mi familia, mis amigos, después la Florentino Ameghino, el colegio Nacional donde termine el secundario. Mis contactos con la propaladora. La amistad con Norberto Chiabrando, que fue un groso de la locución de Rosario. Fue quien me trajo en 1966. Tengo recuerdos muy lindos. De mis amigos porque todavía nos escribimos y yo voy. Y esta todo igual en mi ciudad natal y disfrutamos los recuerdos.

-¿Julio cómo fue tu llegada a Rosario? 

-Hicieron un concurso de locutores en Canal 3. Era un casting de locutores para cabina no para cámara. Me presenté y me hicieron una prueba al aire, no se grababa. Me sacaron al aire con la identificación del canal el 20 de Junio de 1966. Espere el llamado telefónico y así fue me dieron el permiso transitorio que se decía en esa época para anuncios publicitarios.

-¿Cómo eran esos primeros pasos de canal 3?

-Trabajo muy artesanal. No teníamos aire acondicionado. Hacíamos una especie de noticiero sentado en un pupitre improvisado, en una salita muy chica y como se necesitaban muchas luces, hacía un calor tremendo ahí, lo hacíamos en camisa, corbata y saco pero el escritorio te tapaba de la cintura para abajo así que ahí estamos en calzoncillos. Se hacía todo en vivo no se grababa nada.

-¿Cómo fue ese recorrido hasta que nace de 12 a 14? ¿Dónde fue la clave para durar hasta hoy?

-Yo empecé con cabina, después me pasaron al noticiero “Noticiero 3. Lo hice un par de años. Después  apareció un señor de capital de apellido Gutermann proponiendo realizar un magazine. Fue él quien arma el equipo y nace de 12 a 14. Lo registró a nombre de él. Me llamó a mí como presentador, a Norberto como director, a Bermejo como comentarista de espectáculo, después vino Tessandori y de a poquito se fue armando el equipo original. De 12 a 14 fue tomado como un patrimonio de la ciudad se dejó de mirar tanto Canal 7 para vernos a nosotros con un blanco y negro perfecto. Y al mediodía donde las familias se juntaba en la mesa a comer y a ver televisión es esa época que era algo novedoso por el horario, se dejaba de ver solo televisión  de 18 a las 0 que era cómo se veía en ese momento.

 -¿Había complicidad entre ustedes? 

-Sí, sí la había y la hay todavía. El programa se fue abriendo también. Pero con todos había mucha complicidad. Lo bueno que tenía el programa es que se respetaban los roles. Para mí el mejor comentarista deportivo del mundo era Miguel y yo me esmeraba para presentarlo, acompañarlo y estar al lado él. Lo mismo pasaba con todos. Todos nos respetábamos cada uno en su rol. Ese también fue el éxito del programa. Y los viernes era fantástico, después de la semana cargada de información, habíamos armado una especie de bar donde venían unos barman espectaculares y preparaba unos tragos fantásticos y nos quedamos hasta las 16 en canal. Era nuestra hora feliz.

-¿Qué momento recordás que te haya quedado grabado en la memoria como histórico?

-Como momento especial la venida del papa Juan Pablo II a la ciudad, fui el conductor en el Monumento Nacional a la Bandera de ese momento histórico. Y después en mi caso fui la voz del estadio en el mundial 78, se hizo un casting para eso, y después de un análisis profundo de los organizadores me eligieron como la voz. Para mí fue un halago y todavía veo o escucho mi voz de esa época haciendo eso y me emociono.

-¿Cómo fue trabajar en esa época del gobierno no democrático? 

-Fue feo, fue difícil, fue de mucho cuidado. No practiqué nunca el periodismo haciendo opiniones ni dentro ni fuera del programa. En mi caso personal no tuvimos problemas, nadie de los chicos del programa los tuvo. La empresa tenía una muñeca para relacionarse muy especial. Alberto Gollan al canal siempre lo independizó de lo político. A nosotros jamás nos molestaron. En lo personal no lo tuve y en lo profesional tampoco lo tuve. Fue difícil si lo fue.

-¿Que noticia te impactó más que hayas dado al aire?

Las torres gemelas, se caían torres donde habíamos estado grabado notas para el canal. Ver caerse eso donde uno estuvo ahí. Imaginarse la cantidad de muertos y dar a conocer esa noticia. Cayó justo en horario del mediodía. Era algo feo de transmitir de compartir. A mí me impactó en lo personal. Fue un hito en el mundo.

-¿Qué es la radio para vos Julio?

-Es todo: es la imaginación, es la improvisación, es la autenticidad. La radio te da la posibilidad de imaginar. Y la rapidez de la radio no la van a superar nunca. La televisión tiene una preparación previa. El diario también. La radio no la tiene. La amo a la radio. Hice mucho años de radio con el negro Álvarez, con María Fernanda Rey, hice un programa sin título. Hice mucha radio y buena radio.

-¿Cómo ves la ciudad en la actualidad?

-La veo muy histérica, preocupado como estamos todos, la veo con poca paciencia. Hay nerviosismo, hay una expectativa que todos sabemos porque. Porque no sabemos lo que viene, de qué manera nos vamos a manejar, si nos va a alcanzar nuestro dinero si los jubilados van a llegar a fin de mes o al trabajador le va a alcanzar su sueldo. Y todo eso repercute en el ambiente en la ciudad.

Si es como ciudad me encanta , tenemos un río enfrente. Tener a la naturaleza a minutos de tu casa no tiene precio.

-¿Volverías a la televisión?

-No, no ya paso mi etapa. Tampoco a la radio. Estoy bien como estoy disfrutando de mi familia, de mis nietas. Tengo mis tiempos ocupados con mis amigos también. Estoy haciendo cosas que no hice nunca en 40 años. Me jugué mucho por esta profesión y  no me arrepiento pero no volvería. Le digo gracias y hasta la próxima. Ahora siempre estoy programando mucho con mis nietas con mis amigos. Me gusta viajar.

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