«El secreto de sus ojos», del director Juan José Campanella, se convirtió esta noche en el segundo film nacional en obtener un Oscar en la categoría Mejor Película Extranjera, al ser galardonada en la la 82º entrega de los premios de la Academia de Hollywood.
«Vamos Argentina todavía. Un abrazo a los hermanos chilenos», alcanzó a decir Campanella, tras haber pronunciado un esforzado discurso en inglés, en compañía de productores de la película y del actor Guillermo Francella.
Además, Campanella sostuvo que «hicimos algo interesante», al referirse a su cinta, y extendió su agradecimiento «hacia un equipo de gente a la que quiero mucho». El director se mostró bastante nervioso, pero se hizo tiempo para gozar de buen humor cuando destacó que por suerte los «navi» no estuvieron nominados a película extranjera, en clara alusión al idioma de la exitosa «Avatar».
El argentino recibió la estatuilla de manos de dos renombrados colegas: el estadounidense Quentin Tarantino y el español Pedro Almodóvar.
Basada en el libro «La pregunta de sus ojos», de Eduardo Sacheri, el film nacional que se estrenó el 13 de agosto de 2009 fue récord en taquilla en Argentina, al convocar a unos 2.444.776 personas en la pasada temporada, cifra que superó en promedio de espectadores a los demás estrenos nacionales de los últimos tres años.
El film está protagonizado por Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella y Pablo Rago, mientras que el elenco se completa con Javier Godino y José Luis Gioia, entre otros.
La película mezcla un relato policial y otro romántico, con algunos guiños humorísticos, y está ambientada en una época inmediatamente anterior a la última dictadura militar, una de las etapas más oscuras de Argentina.
En la historia, Benjamín Espósito (Ricardo Darín) acaba de jubilarse después de trabajar toda una vida como empleado en un Juzgado Penal.
Para ocupar su tiempo libre decide escribir una novela, basada en una historia real de la que fue testigo y protagonista.
La novela que escribe es, en apariencia, la historia de un asesinato ocurrido en Buenos Aires en 1974, y de la investigación para hallar al culpable.
Pero una vez abierta la puerta de ese pasado al propio Espósito se le volverá posible cerrarla, ya que lo lleva a una época violenta en el país y lo pone frente a un dilema de amor que lo obsesiona desde hace tiempo.
«Mirar hacia atrás es la única manera de poder moverse hacia adelante. Cerrar las historias del pasado. Uno puede como cosa terapéutica para aliviar alguna desgracia o herida, olvidar durante un tiempo, pero en algún momento esa herida vuelve a sangrar y hasta que no se cierra bien, no se puede seguir adelante», explicó Campanella.
De acuerdo con el director, estos conceptos se pueden aplicar «tanto a personas como a sociedades» y en el film se ven claramente reflejados.
«El secreto de sus ojos» tiene una estructura narrativa lineal y circular, presentada en dos espacios temporales, uno de ellos a partir de flashbacks, con un epílogo donde se revela uno de los enigmas del film, mientras que el final es abierto como lo solía hacer el grupo de cineastas franceses surgidos a finales de la década del ’50 que integraban la corriente denominada Nouvelle Vague.
La realización de Campanella está sostenida en un sólido guión, con giros que mantienen el suspenso durante toda la película y buenas interpretaciones de sus protagonistas.
Desde el punto de vista de los recursos técnicos se destacan los movimientos de cámara, las angulaciones, los enlaces, la iluminación, la utilización de la música, mientras que la fotografía y la puesta en escena remiten al cine clásico.
Un párrafo aparte merece el recurso del plano secuencia utilizado por el director sobre la cancha de Huracán y la posterior persecución en el estadio con cámara en mano. Un policial con toques de costumbrismo y una historia romántica que están narradas a través del diálogo y las miradas.
«El secreto de sus ojos» fue la sexta película argentina candidata al Oscar, premio que se alzó la cinta nacional «La Historia Oficial», en 1986. El Chango Monti fue el encargado de la fotografía en las dos películas ganadoras.
El resto de películas argentinas candidatas fueron «La tregua» (1974), «Camila» 1984), «Tango» (1998) y «El hijo de la novia» (2001), ésta última dirigida también por Campanella.
También estuvo nominada «Un lugar en el mundo» (1992), pero fue presentada por Uruguay, luego de no ser preseleccionada por la academia argentina.
La película de Campanella ganó a mediados del pasado febrero el premio Goya a la Mejor Película Hispanoamericana durante la XXIV edición de estos galardones anuales del cine español, entregados en el Palacio de Congresos de Madrid.
El filme se impuso a «La teta asustada», de la peruana Claudia Llosa, rival también en Hollywood, «Dawson Isla 10» del chileno Miguel Littin, y «Gigante» del uruguayo Adrián Biniez.
En 2002, en la 74º edición de los premios Oscar, «El hijo de la novia», dirigida por Campanella, fue uno de los cinco Films seleccionados en el rubro Mejor Película Extranjera 2001, que se llevó la bosnia «En tierra de nadie», y el cineasta argentino fue por su revancha.