«The Hurt Locker» se convirtió en la mejor película de 2009 el domingo, cuando fue coronada con un Oscar por su propuesta cinematográfica capaz de recrear la tensión de la guerra como una adicción que atrapa al espectador desde el primer minuto.
Paradójicamente, la cinta dirigida por Kathryn Bigelow que le arrebató el domingo el premio mayor a «Avatar», a cargo de su ex esposo James Cameron, fue una de las películas menos vistas por el público por problemas de distribución que llevaron a esta producción independiente de 11 millones de dólares a ser estrenada directamente en DVD en países como Brasil o en contadas salas en el resto del mundo.
«Es definitivamente un estilo de filmación al que quise responder», dijo Bigelow sobre su película de 131 minutos filmada en Jordania en 2007 y que le dio además el Oscar a Mejor Dirección, otorgado a una mujer por primera vez en la historia de los premios.
«No estoy segura de que el cine pueda ser tan reflexivo, pero definitivamente puede lanzarte en un evento y hacer que tu corazón
se acelere», comentó Bigelow, de 58 años, al suplemento de entretenimiento de Los Angeles Times, The Envelope.
El guión corresponde a Mark Boal, ganador del Oscar a Mejor guión original y también escritor de «In the Valley of Elah» de Paul Haggis (2007), y aunque en este caso se enfoca en la guerra en Irak, en las dos cintas se exponen las consecuencias de la guerra y su poder para cambiar completamente la vida de un hombre.
La película cuenta con un excelente elenco, aunque el mayor reconocimiento recayó sobre Jeremy Renner, un actor de 39 años que
con su nominación al Oscar tuvo una primera gran exposición en Hollywood, donde ha ganado la admiración de sus colegas desde hace
varios años.
Renner se mete en la piel del militar William James, un personaje que deja entrever una vida personal deshecha, pero el ritmo de la película hace que solo despierte interés su presente, lo que se ve: un soldado temerario, adicto a su trabajo como encargado de desactivación de explosivos.
Para esta tarea Renner rodó varias escenas con un traje de más de 45 kg bajo temperaturas por encima de 41 grados Celsius.
Aunque la cinta no entra en valoraciones políticas, sí denuncia la estupidez de la guerra, algo que ha dejado claro en todas las entrevistas Bigelow, pese a que algunas críticas vieron en su obra una alegoría a las confrontaciones bélicas.
Por momentos la violencia y el suspense de la película resulta insoportable, con movimientos de cámaras y explosiones que se suceden con una lentitud angustiosa y que convierten al espectador en un rehén que sospecha de todos los civiles que rodean a esta unidad desactivadora de explosivos.
«Me encanta que Kathryn Bigelow sea una audaz, una mujer macho. Es un alfa. Juega el juego de los hombres y en esta oportunidad lo
jugó mejor que todos ellos», dijo la cineasta neozelandesa Jane Campion, cuya dirección en 1993 de «The Piano» la convirtió en una de las cuatro mujeres nominadas al premio de Mejor Directora en los 82 años de vida de este galardón.
Bigelow, reconocida pintora, egresó de la escuela de cine de la Universidad de Columbia interesada ya por el cine de género, que elevó a la gran pantalla logrando varios reconocimientos, sobre todo en Europa, donde aplaudieron en 1987 su filme de terror «Near Dark» (Cuando cae la noche).
De su matrimonio con Cameron -el único en su vida, entre 1989 y 1991-, solo quedó la popular cinta «Point Break», dirigida por ella, producida por él y con las actuaciones de Keanu Reeves y el fallecido Patrick Swayze.
Aunque nunca revelaron las causas del divorcio, demostraron que quedó una buena relación al reunirse en 1995 con «Strange Days»
(Días extraños), un filme dirigido por Bigelow y escrito y producido por Cameron.
Desde el año 2000 estrenó solo dos largometrajes «The Weight of Water» y «K-19: The Widowmaker» (2002), aparte de «The Hurt Locker» en 2009 que en español titularon «Vivir al límite», «En tierra hostil» y «Zona de miedo».
AFP-NA