Fastidioso. Molesto por los innumerables inconvenientes que tuvo que sortear en la pretemporada. Descreído de un fútbol argentino bochornoso. Cuestionando el apoyo de la dirigencia leprosa. Pero confiado en su trabajo y en la capacidad de un grupo de jugadores que el mismo describe como “nobles y unidos”. Diego Osella charló con el programa Sello de Futbol, que se emite por Cablevisión, y no pudo ocultar su enfado por tantas desprolijidades.
—¿Cómo vivís este momento ?
—Con más dudas que certezas. Replanificando, ya cambiamos tres veces en la pretemporada el plan de trabajo. Alteramos las cargas, cambiamos los amistosos, es muy complicado. Esperamos tener una solución inmediata y definitiva para poder organizarnos.
—¿Cómo se vive esta incertidumbre de no saber si se juega?
—Es muy difícil manejar la situación, debe ser para todos los entrenadores igual. El jugador está en un nivel de fastidio muy alto. Y a la vez está con sensaciones encontradas. Por un lado quiere que esto inicie, pero también quiere que se solucione lo económico. Lo que sí creo es que hay que encontrar una solución definitiva y no seguir emparchando.
—¿Tenés que hablar con los jugadores para que ese fastidio no se traslade a la cancha?
—No hace falta. Este es un grupo muy solidario, muy inteligente. Hay cosas que las pudimos resolver y otras que no, porque se nos complicó todo con este atraso. El último partido oficial fue hace 80 días, es difícil sostener esa versión que tuvimos, o tenerla en el inicio. Es muy complicado, le va a suceder a todos los equipos, pero a nosotros nos agarró tras un cierre donde estábamos en un gran momento y pensábamos que íbamos a encontrarnos mucho antes dentro de una cancha.
—¿En algún momento pensaste en dar un paso al costado?
—En ningún momento se me cruzó la idea por la respuesta de los futbolistas en cada entrenamiento. Si eso no hubiese sucedido, seguramente sí me lo hubiera planteado. Cuando lo externo afecta el trabajo es difícil que la cosas funciones. Encontrar un buen estado de ánimo del futbolista, una buena predisposición, hace que eso no se me haya cruzado por mi cabeza. Pero no hay que abusar de la buena predisposición del plantel y tampoco de la del cuerpo técnico para disimular cuestiones que sin indisimulables.
—¿Hablás con Eduardo Bermúdez sobre todo esto?
—Sí, tenemos un diálogo fluido y le hago saber cuando a mi criterio las cosas están mal. Muchas veces coincidimos, otras no. Siempre tratamos de buscar la solución. Es muy complejo tener a un plantel en buenas condiciones cuando de afuera no se percibe eso. Todas las cosas que fueron sucediendo las fuimos anunciando, no porque seamos una mente brillante, sino porque se veían venir. El jueves nos encontramos con una lesión de Scocco, y si no puede jugar nos altera el funcionamiento del equipo. Y nosotros durante un tiempo importante estuvimos pidiendo el reemplazante de Scocco y no vino. Si nos hubiésemos organizados de la manera correcta, deberíamos tenerlo.
—¿Creés que el punto débil del equipo es la falta de recambio?
—Hay cosas que se me escapan y me molestan. Me imaginaba otra cosa. Para un equipo que logró tan buenos resultados y logró estar en una posición donde hace tiempo no se estaba, creí que se podía hacer el esfuerzo y agregar lo que faltaba para poder redondear un torneo en tranquilidad. Pero es indudable que no se pudo hacer, o no se hizo el esfuerzo.
—A veces ser tan frontal molesta…
—De la misma manera que cuando algo se hace bien lo digo, cuando algo me molesta lo tengo que comunicar. Creo que es una situación injusta con nosotros que logramos poner en cancha un equipo que terminó muy arriba. El proceso nuestro en Newell’s, entre amistosos y partidos oficiales tiene sólo seis derrotas… en doce meses. Y eso nadie lo sabe, o no se dice. Todo va de la mano al convencimiento dirigencial a entendernos cuando pedimos. Y por una cuestión económica no nos han correspondido con eso. Y ahí empiezan los problemas.
—¿Creés que no se valora tutrabajo?
—Yo no trabajo en busca del reconocimiento, lo hago en busca del rendimiento. La gente tiene su derecho a dar su opinión, incluso puede modificarla para bien o para mal de acuerdo a cómo responda el equipo. Eso no es algo en lo que deba meterme. No reniego cuando vienen las críticas. Me dedico a mi carrera, que arranqué de muy abajo. Tengo un porcentaje muy alto de puntos sacados, en Colón, en Olimpo y ahora en Newell’s. Y voy en búsqueda de seguir creciendo, independientemente de la opinión de los medios, que me gustan si son buenas y me fastidian si son malas.