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Otra estocada canalla: Central se quedó con el Clásico rosarino en el Coloso y dejó a Newell’s muy complicado de cara al futuro

La derrota dejó a un Soso nocaut y el triunfo a un Holan fortalecido, que si algo le faltaba en este inicio para meterse a los hinchas en el bolsillo era ganar el partido que paraliza a la ciudad y lo hizo. Duarte y Campaz los goles canallas, Banega el descuento leproso sobre el final. Dos realidades muy distintas de una misma pasión futbolera. Con la victoria. el elenco auriazul se subió a la cima de su zona

Por Juanjo Cavalcante

Foto. Juan José García

Pasó un nuevo Clásico rosarino y Central se lo llevó para Arroyito. Fue 2-1 en el Coloso Marcelo Bielsa, donde dejó a un Soso nocaut y a un Holan fortalecido, que si algo le faltaba en este inicio para meterse a los hinchas en el bolsillo era ganar el partido que paraliza a la ciudad y lo hizo. Duarte y Campaz los goles canallas, Banega el descuento leproso sobre el final. Dos realidades muy distintas de una misma pasión futbolera.

El primer tiempo comenzó accidentado para el lado canalla. Primero una molestia en la rodilla izquierda de Coronel tras una falta de Silvetti y luego la lesión muscular de Mallo, que lo obligó a salir para que ingrese Komar.

Cuando la pelota pudo rodar un poco, la primera aproximación fue una doble pelota parada de Newell’s. Un tiro libre que buscaba a Cocoliso González y fue anticipado por la marca canalla, que la mandó al córner. De allí, un cabezazo a la carrera de Montero, que se fue muy cerca del palo izquierdo de Broun, que nada podía hacer.

La respuesta de Central fue con una contra. Encabezó Campaz, quiso asistir a Copetti pero un rechazo de Jacob pegó en Regiardo, dio en el travesaño y no entró, ante un Navas que nada podía hacer para evitar la caída de su arco.

Pero a los 17 minutos llegó la apertura del marcador. Una pelota para ejecutada a la perfección por Malcorra, cabezazo de Quintana y por el segundo palo apareció Duarte para definir y poner el 1-0 en favor de Central. Luego del chequeo del VAR, el árbitro Echenique lo conválido ya que al juvenil canalla lo habilitaba Montero por el otro lado.

El gol fue un quiebre en la primera parte. Central hizo su parte y lo jugó de contra tras el tanto de Duarte. Ahora todo dependía pura y exclusivamente de Newell’s, urgido por ganar en casa y ante su gente. Sin embargo, más allá de poder hablar de ganas, desde el juego no hizo mucho. Es que Banega, quien debería ser el generador de juego leproso, estaba muy lejos de los delanteros y a escaso metros de los zagueros, dejando que lo único solución sea una guapeada de Silvetti o algún pelotazo a González. Esto es resposabilidad total del entrenador y Soso nunca entendió cómo jugarle el partido.

Para el complemento, el técnico rojinegro mandó a la cancha a Maroni y Tabares buscando dar un golpe de efecto. Y el de Maroni fue un acierto porque en un puñado de minutos, el ex Tigre hizo más que el resto del equipo en todo el primer tiempo. Esto genera la duda de por qué no fue titular, si venía siendo de lo poco rescatable del equipo en el torneo.

Tuvo el empate la Lepra en los pies de Sotelo, pero su disparo encontró la buena respuesta de Broun, tapando sobre su palo y mandándola al córner.

Central estaba cómodo jugando de contra aunque se acomodaba el sistema de juego dependiendo del momento. Del 4-2-3-1 inicial, Holan puso a Solari, con más marca en el medio, en lugar del goleador Duarte. Tres volantes más las ayuda de Malcorra y Campaz a la hora de las subidas de los laterales leprosos.

Y en otra pelota parada llegó el segundo auriazul. La precisa pegada de Malvorra volvió a encontrar a un Quintana, imparable para los zagueros leprosos, quien la bajó al centro y encontró el testazo del Bicho Campaz para el 2-0, que le dio la tranquilidad a los de Holan.


El clima se rompió por completo. Desesperación total de Soso y los suyos ante la tranquilidad de los canallas. Movimientos «espejos» de los entrenadores, como si fuera una partida de ajedrez: el DT rojinegro ponía futbolistas en la ofensiva y el entrenador auriazul sumaba ladrillos en la pared defensiva.

Algún remate apenas desviado del ingresado Tabares y otro se Juanchón García que encontró la buena respuesta de Broun. Y lo que nunca encontró en lo futbolístico, sí lo hizo desde el empuje, desde el orgullo. Un remate de larga distancia de Banega que le dio algo de vida a la Lepra, pero fue un oasis en el desierto.


Pitazo final de Echenique, de buen arbitraje, y otra victoria de Central que estira su racha triunfal en los Clásicos, suma el cuarto al hilo, mantiene el invicto en el torneo y llega a la cima de su zona.

Newell’s claramente necesita un cambio de entrenador. Soso nunca le encontró la vuelta a este equipo, hizo lo que quiso y no le salió nunca en los seis partidos de este torneo. Cinco derrotas en seis cotejos y la estocada final fue en el partido más importante para los hinchas, ese en el que se deja todo por ganar, como sea. El reproche de la gente tras el pitazo final fue el claro mensaje de que esto así no puede ni debe seguir.

Del otro lado, es todo lo contrario. Un arranque casi perfecto con cuatro triunfos y dos empates, haciéndose fuerte en casa y saldando una deuda muy pesada de un tiempo no tan atrás: sumar puntos fuera del Gigante. En este torneo sacó cinco unidades de nueve posibles como visitante y la idea de Holan se ve plasmada en el funcionamiento del equipo, que juega «lindo» cuando puede, pero que no tiene problemas en ponerse el overol y trabajar los cotejos cuando es necesario, con un guerrero como Quintana a la cabeza, siendo el valuarte en defensa y un arma fundamental en la pelota parada ofensiva. Puntero de grupo y con un presente que ilusiona con volver a pelear como lo hizo de la mano de Miguel Ángel Russo en 2023, donde coronó con título incluido. Pero es pronto para pensar en eso, ahora tiene que festejar lo conseguido en el Parque Independencia.