La reciente muerte de un hincha del club Colo Colo atropellado por un camión de Carabineros terminó este miércoles en otra jornada de furia en Chile que incluyó saqueos, barricadas, colectivos incendiados, comisarías atacadas y disturbios en varias ciudades en reclamo por la violencia policial.
Las manifestaciones y enfrentamientos comenzaron este martes en las inmediaciones al Estadio Monumental de Colo Colo, en la comuna capitalina de Macul, donde un carabinero sufrió quemaduras en su rostro cuando un colectivo de la institución fue atacado con bombas molotov, resultando con lesiones graves y trasladado hasta el hospital institucional.
En tanto, un camión de traslado de caballos de Carabineros que integraba el operativo de seguridad del partido entre los clubes Colo Colo y Palestino arrancó rápidamente en un supuesto intento por escapar de una turba de manifestantes y atropelló a un hincha que falleció en el acto.
Aunque fue detenido y acusado de homicidio, el policía que conducía el camión fue luego liberado, lo que desató la furia popular y la convocatoria a las marchas que arrancaron este miércoles por la noche, donde los manifestantes denunciaban los niveles inéditos de violencia policial desde que comenzó el estallido social que tiene en vilo a Chile, en octubre pasado.
Durante la madrugada de este jueves al menos cinco colectivos del Transantiago fueron incendiados en diferentes barrios, y en la comuna de San Ramón desconocidos bajaron al conductor para mover un micro lo que derivó en un atropello, la muerte de un manifestante y el linchamiento del que conducía el vehículo. Las autoridades informaron que 123 personas fueron detenidas y 30 policías fueron heridos.
La prensa local informó de manifestaciones en otras ciudades como Antofagasta, Valparaíso, Concepción y Temuco, entre otras.
El estallido en exigencia de un cambio al modelo económico y una Nueva Constitución y en protesta por la excesiva violencia policial con que el gobierno de Sebastián Piñera ha intentado sofocar el reclamo está cada vez más en el centro del debate político de Chile, y los hechos al finalizar el partido el martes pasado, agravaron esta situación.
La Mesa de Unidad Social, que agrupa a más de 100 organizaciones sociales, y el opositor Frente Amplio exigieron justicia para esta nueva víctima de la institución, además de la renuncia del general director de Carabineros, Mario Rozas.
El subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, hizo un llamado a «terminar con la violencia», porque esta situación se inició mientras se apedreaba un carro policial, horas después de que el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, descartara cambios drásticos en Carabineros.
Sobre este punto, la ministra vocera de gobierno, Karla Rubilar, dijo que la situación de Carabineros no se resuelve con «un cambio puntual, una renuncia o una acusación constitucional, aludiendo a un ultimátum en este sentido del Frente Amplio sobre el ministro del Interior, Gonzalo Blumel.
«Durante estos últimos años, Carabineros ha tenido una cantidad importante de cambios en todo lo que es la división de generales», agregó Rubilar y señaló que el tema no puede estar arraigado «en una persona sino en cómo cambiamos la institución propiamente tal», admitiendo la crisis de imagen que afecta a la institución.
La principal facción de la hinchada de Colo Colo, denominada «Garra Blanca» señaló en un tuit que la muerte del hincha «es la muestra más clara de que los aparatos represores del Estado están funcionando y siendo amparados por un gobierno genocida, que se niega a escuchar al pueblo».
Se espera que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ponga especial énfasis en este caso, considerando que se encuentra de visita en el país ante la catarata de denuncias que afectan a Carabineros por violaciones registradas durante los últimos meses.