La División Investigaciones Criminales y Judiciales de la Tropa de Operaciones Especiales allanó este jueves dos propiedades, una en Rosario y otra en Villa Gobernador Gálvez, por disposición del fiscal Mariano Ríos Artacho, del área de Delitos Económicos de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación. Según se informó los procedimientos se enmarcan en la investigación de “una asociación con permanencia en el tiempo destinada a cometer delitos de manera organizada”, en referencia a una empresa multinacional que funciona con los nombres de Global Intergold, GIG-OS o BLC en diferentes países, y que viene siendo denunciada en distintas provincias argentinas y en Uruguay por operar con el mecanismo de “estafa piramidal”, en la forma conocida como “esquema Ponzi”. El MPA confirmó que en los operativos quedó detenido F. M. V., quien presuntamente actuaba en el estamento de “líderes” de la pirámide, “simulando dedicarse a la actividad financiera y de esa manera defraudar a las víctimas”. Global Intergold es comparada con la local Generación Zoe, cuyo titular, Leonardo Cositorto, quien está detenido, aplicó una metodología similar.
Los allanamientos se concretaron en Valle Hermoso al 1700, en la zona norte, cerca de la cabecera de la autopista Rosario-Santa Fe y en pasaje Capuchinos al 2300, en la zona sudoeste de Villa Gobernador Gálvez, en relación con Global Intergold, firma que acumula denuncias, según se ventila en el título de dos grupos de la red social Facebook: uno, cerrado, tiene más de 1.400 miembros y se llama “Estafados por Global Intergold”; el otro, que permite su visibilidad total, tiene 500 miembros con el nombre “Estafados Global Intergold”. Ambos comparten la misma imagen, la representación gráfica de la firma, pero con la leyenda: “Estafadores seriales”.
El MPA marcó que el presidente de Global Intergold “sería el llamado Dmitriy Aksyonov, de nacionalidad ruso”, y describió la maniobra de la firma: “Consistía en captar a las víctimas, a las cuales les ofrecían inversiones con una tasa de interés que podría rondar entre un 14% y un 18% anual”. Y continúa: “Las víctimas entregan dinero (ya sea en moneda nacional o extrajera –dolares o euros-) e incluso transferencias bancarias, que luego eran «transformadas» en criptoactivos los cuales impactaban en la plataforma de Global Intergold (Fractal o GIG-OS)”.
Continúa el MPA: “Este «negocio ofrecido» se registraba bajo diferentes modalidades: la primera que se denomina «Cliente Comprador» o «Ganancias Pasivas», en donde la persona «compraba Títulos Valores» de la empresa, los cuales partían de la suma de 550 dólares, y que en fecha 1º de enero de 2021, esos Títulos Valores se transformarían en acciones de la la misma y se podían comercializar o vender entre una de las posibilidades. Otra de las modalidades era «Socio Comercial» o «Ganancias Activas», en donde proponían la captación de «Inversores» y a partir del ingreso de tres personas accedían a una ganancia mayor, como así también sumaban «puntos» para llegar a ser «Líderes»”.
Y concluye: “Todo ello se desarrollo, a sabiendas de no poder abonar lo prometido, ya que en el mes de enero de 2021, por una supuesta votación, la cual debían realizar todas las personas que habían invertido en la plataforma y la cual no fue notificada a las víctimas, se decidió prorrogar el plazo de la entrega de dinero hasta el año 2025, por lo que las mismas no lograron recuperar el capital inicial ni el interés prometido, suma que rondaría aproximadamente 36.300 dólares, 20.020 euros y 418.000 pesos”.
Con todo, la estructura que está bajo investigación –no sólo en la Argentina– parece operar con similar lógica a los emprendimientos que se conocen como el “esquema Ponzi”, que hizo conocido –y millonario– al italiano Carlo Ponzi en Estados Unidos en 1919, aunque había antecedentes ya en el siglo XIX de estructuras similares. Básicamente consiste en atraer inversores con ganancias fabulosas, que efectivamente se concretan, atrayendo así nuevos inversores. Pero la renta comprometida a los asociados más antiguos o con mayor inversión se toman de los nuevos inversores, no de operaciones reales, que de igual modo pueden existir. El derrumbe se genera cuando la rueda de detiene. “Claramente es una estafa, nunca cobrás sino metés gente, que a su vez nunca cobrará si no mete gente. Tenés que estafar para recuperar algo, de lo contrario jamás verás el dinero que invertiste, esta gente no tiene escrúpulos, estafaron a abuelos que ya murieron y no les importó”, describió una damnificada en uno de los grupos de Facebook.
En el sitio web de la firma no figuran ni autoridades ni carteras de inversiones, ni localizaciones ni nada. Sólo dice, simplemente: “Creemos en el oro”, y se destacan virtudes, aplicaciones, curiosidades y características del metal. Al resto del sitio sólo se accede con usuario y clave, como asociado.