“Vamos a tratar de armarlo”, le dijo Víctor Manuel a Joan Manuel Serrat hace veinte años, cuando BMG les alentó a hacer una gira conjunta junto a Miguel Ríos y Ana Belén. Esa aventura duró treinta y tres conciertos a los que acudieron 500.000 espectadores. Inclusive ese gran acontecimiento llegó a Rosario, en una noche de lluvia persistente que cayó sobre el Gigante de Arroyito, mientras ellos cantaban “Hoy puede ser un gran día”.
Ahora, la potente efeméride ha provocado que los cuatro se reúnan de nuevo en la gira “El gusto es nuestro, 20 años”, que por ahora consta de dos únicas plazas: el 18 de junio en el Barclaycard Center de Madrid y el 28 de junio en el Palau San Jordi de Barcelona. Pero los productores ya debieron agregar una nueva función en Madrid, por agotar localidades en cuatro días de venta.
De aquel intenso 1996 al actual 2016 su vida profesional ha sido muy intensa, con carreras muy activas. Ana Belén combina la música con el cine y el teatro, Víctor Manuel celebró en 2014 sus 50 años sobre las tablas, y ese año, Serrat publicó el disco “Antología desordenada”. La pareja está de gira y el músico catalán acaba de poner punto final a la suya. El único que se ha despedido de las tablas es Miguel Ríos, que colgó los micrófonos hace cinco años, aunque no duda en volver a subir cada vez que la ocasión lo requiere. “Miguel es una clase pasiva falsa, lleva años engañándonos con esta historia de su jubilación anticipada”, hace reír Serrat a los periodistas congregados a la presentación oficial de la gira. Y el aludido confirma el buen momento que atraviesan los cuatro: “Nos mantenemos en perfecto orden de revista”.
Para Miguel Ríos, volver a los ruedos musicales es un regalo: “Muchas de las canciones que nos cruzamos son de Juan y de Víctor, y es un placer volver a los senderos de la amistad y del arte”. Quizá más aún si se tiene en cuenta que la aventura original nació de una profunda cercanía que no ha menguado con el tiempo, como aclara Ana Belén: “La amistad nos llevó a juntarnos hace veinte años, cuando este tipo de conciertos no eran tan habituales, cuatro artistas cruzándose el repertorio. Nos preguntaban si al acabar la gira seguiríamos siendo amigos. Esa convivencia nos reforzó aún más. Cuando acabó nos seguíamos viendo, nos seguíamos llamando. Eso después de veinte años sigue siendo igual de fuerte”.
“Siempre es muy arriesgado volver a los lugares donde uno fue feliz. El mago ya se ha ido y las bailarinas tienen lorzas, todo está muy decadente. Pero cuando uno está de forma constante en este lugar común de relación, amistad y felicidad no se va a producir ningún sentimiento de este tipo”, dice Serrat. “Estamos celebrando una fiesta de exaltación de la amistad. A estas alturas del partido, tener fiestas, divertirse y pasárselo bien es lo que nos queda por delante. No vamos a subir a demostrar nada que no hayamos demostrado, pero tampoco vamos a arrastrar fantasmas”.
En los conciertos, el cruce de repertorios de los cuatro será constante: ‘Hoy puede ser un gran día’, ‘España camisa blanca de mi esperanza’, ‘Bienvenidos’, ‘Solo pienso en ti’, ‘Cantares’, ‘Mediterráneo’, ‘La Puerta de Alcalá’, ‘Año 2000’, ‘Santa Lucia’, ‘Asturias’, ‘El hombre del piano’, ‘Fiesta’, ‘Lucía’, ‘Blues del autobús’ o ‘Contamíname’.
Cabe preguntarse cómo se habría planteado el repertorio si, veinte años atrás, Joaquín Sabina hubiese aceptado su propuesta de sumarse a ellos: “Estuvimos durante un tiempo hablando con Joaquín, que con su cinismo simpático nos decía algo así como que no le convenía a su carrera cantar con nosotros”, sonríe Víctor Manuel.
La banda que les acompañará en esas dos fechas será un híbrido compuesto por los habituales de cada uno. Todo ello con un gran despliegue técnico, lo que aseguran será una fiesta, como dice Serrat, “No estamos para andar arrastrando sufrimientos, melancolías, nostalgias… solo queremos vivir con nuestro presente, que sigue siendo, como verás por mis muslos, bastante interesante”.
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