La Multisectorial Humedales (MH) volvió este sábado a concentrarse y cortar el puente Rosario-Victoria en la cabecera de Rosario, en el extremo norte de la ciudad. La movilización no fue caprichosa: los recientes incendios en las islas del Paraná pusieron en evidencia que el Estado, en todos sus niveles y jurisdicciones, y pese a promesas que datan de hace dos años, no hizo lo necesario para evitar la continuidad de la devastación por el fuego del humedal.
La nueva saga de quemas, según las cuentas de la MH, afectaron unas 7.000 hectáreas frente a las costas del sur santafesino, y en lo que va de 2022 hay registrados unos 4.500 focos que involucraron alrededor de 60.000 hectáreas.
«Respiramos humo, perjudicial para la salud, el humedal se nos sigue quemando y la salud sigue en juego, porque los incendios nunca pararon y el humo llega como un recordatorio de que el ecocidio continúa», señaló el colectivo ambiental en el comunicado donde convocaban a la concentración, a partir de las 14. El corte comenzó, en ambas manos, alrededor de las 15, y se extendió hasta aproximadamente las 18.
Intencionales
«Hay intencionalidad cuando se registran incendios simultáneos en distintas regiones como sucedió la última semana en San Pedro, Villa Constitución, Pueblo Esther, Villa Gobernador Gálvez, Rosario, San Lorenzo y Capitán Bermúdez», destacó Julieta Bernabé, una de las referentes de la movilización. Lo mismo sostienen funcionarios nacionales y provinciales, pero en los tribunales no hay un sólo responsable identificado con proceso abierto.
El aire cargado de material particulado (cenizas) excedió el umbral recomendado para la salud durante varios días, y eso hizo que, aún no estando cerca de la ribera, los rosarinos supieran que, otra vez, el ecosistema del delta estaba en riesgo. Con apenas unos períodos de sosiego, esto ocurre desde principios de 2020. Pero no sólo el fuego se enciende frente a Rosario, sino más al norte y hacia el sur, frente a las riberas bonaerenses.
El Estado llega tarde
La MH, junto a otras organizaciones, cumplieron en llamar la atención sobre la continuidad de la destrucción de un reservorio de biodiversidad y un dador de servicios ambientales como es el humedal. Ni la Justicia –Federal o entrerriana– ni los Ejecutivos nacional y provinciales (Entre Ríos y Santa Fe) pudieron o tuvieron la voluntad de mitigar la devastación de miles de hectáreas. Sólo después de que se encienden las llamas, se coordinan brigadas para combatirlas. Pero siempre atrás del daño.
Otro Poder del Estado, el Legislativo, mantiene en paralelo sin avances el tratamiento de una ley de protección de los humedales fruto de la unificación de alrededor de 15 iniciativas presentadas, y ello después de reiteradas pérdidas de estado parlamentario de textos similares. Una norma como esa no resuelve el problema, pero da más herramientas y obliga a quienes tienen poder decisorio, que hoy ni siquiera aplican la legislación vigente.
Todos los anuncios oficiales quedaron a medio camino. Los promocionados faros de conservación, por ejemplo: uno de los recientes focos, frente a San Lorenzo y al norte de la laguna conocida como el Tigre, fue en el radio de acción del faro identificado como Nº 3, ubicado en la cabecera de la traza vial. La Multisectorial resaltó que el Ministerio de Ambiente de Nación proclamó “una inversión que ronda los 150 millones de pesos» que no se notó: «Sí se alzaron algunas torres que, de más está decir, han tenido un efecto nulo desde un punto de vista práctico. Lo que no está presente, salvo en el presupuesto que justifica los 150 millones, son los destacamentos con drones, cuatriciclos, lanchas y camionetas».
Antes que los faros, avisan antes los lugareños que ven amenazadas sus viviendas ante el avance del fuego, las organizaciones ambientales y la Nasa (agencia espacial estadounidense) a través de su página con imágenes satelitales de focos de calor que cualquiera puede consultar.
La nueva tanda de focos comenzó el miércoles 15 de junio, cuando se divisó una columna de humo en las islas entrerrianas frente a Puerto General San Martín. Ahí, señaló el Gobierno santafesino, se activó el protocolo interprovincial para trabajar en un esquema de ataque mixto: brigadistas realizaron líneas de cortafuego en territorio y desde Alvear, un avión hidrante del Servicio Nacional de Manejo del Fuego sobrevoló la zona haciendo ataque directo.