Mario Alberto Muñoz, un joven de 24 años al que vinculaban con la banda de los Monos, fue hallado sin vida este viernes, alrededor de las 20, en su casa de Centeno 235, dijeron fuentes del caso. Según esta versión, fue encontrado con tiros en tórax y brazo izquierdo y, aunque no estaba clara la mecánica del hecho, se informó que había problemas de vieja data “con algunas personas”, lo que dispara la hipótesis principal hacia una venganza.
Algunas horas antes, hubo un ataque a tiros sobre un puesto de venta de choripanes en el barrio La Sexta, que dejó cuatro heridos (uno grave) y que algunas fuentes vinculan con la misma disputa: entre los barrios Grandoli y Municipal por el control de un vasto sector de la zona sur para la venta de drogas.
Voceros del caso, que lleva adelante el fiscal Miguel Moreno, no dieron cuenta de que se hallaran vainas servidas en el lugar del crimen, por lo que se presume que fue atacado con un revólver; se espera que algún proyectil pueda ser extraído de la autopsia para determinar el calibre.
Cuadra y vivienda con violencia reiterada
Hace dos meses, la misma cuadra fue escenario de episodios violentos. El 14 de enero debió hacerse una detonación controlada de una granada FMK2 arrojada por motociclistas contra el frente de una vivienda, precisamente la de Mario Alberto Muñoz, el asesinado este viernes, casa que seis días más tarde fue blanco de una ráfaga de disparos. El día 23, un chico de 15 años recibió siete tiros en las piernas en Ayacucho y Centeno. Los ataques fueron al menos siete en pocas cuadras de Tablada, ninguno fatal, en todo el mes, todos vinculados por investigadores con coletazos de la misma pelea interbarrial.
En mayo del año pasado, Mario y su hermano José, cuatro años mayor, fueron acusados por una vecina de haberla amenazado. Ambos fueron detenidos con una nueve milímetros y un 38 en su poder y se los sindicó como parte de la banda de los Monos, aliada en esta época con la facción de barrio Municipal. Ya en septiembre, de nuevo en la calle, Mario fue atacado a tiros frente a su casa y terminó internado una temporada en el Heca con tres balazos.
En el carrito
Este jueves, antes de las 22, hubo un ataque en un carrito de choripanes de Beruti e Ituzaingó. Allí, un grupo de personas estaba reunido cuando llegó un auto Suzuki Fun oscuro, con al menos dos ocupantes en su interior. Sin mediar palabra, bajaron las ventanillas y abrieron fuego. El blanco no era un solo, sino todas las personas que cenaban allí. “No fueron a buscar a uno, dispararon indiscriminadamente, como marcando el territorio”, dijo un investigador policial.
Tras la balacera, el auto se fue rápido. En la vereda, cuatro hombres quedaron heridos: Cruz Ismael G., de 41 años; Federico F., de 23 (ambos señalados por habitantes del barrio como vecinos que habitualmente comían allí); Fabián F., de 50, y Manuel U., de 18. El cuarteto fue llevado por familiares y amigos al hospital Provincial y quedó internado con distintos niveles de gravedad. El menor de todos se llevó la peor parte. Con heridas en el abdomen, tuvo que ser operado y quedó en estado reservado.
Según un portavoz judicial, al cierre de esta edición las víctimas no habían podido declarar y se esperaba la evolución médica. Cerca del lugar de los disparos, la Policía secuestró un auto con las mismas características mencionadas en los primeros testimonios que, según las fuentes, fue enviado a peritar. La causa primero cayó en manos del fiscal de Flagrancia Gustavo Ponce Asahad, quien dispuso las primeras medidas y derivó el caso a la Fiscalía NN.
Según un investigador policial, la balacera también está directamente relacionada con la larga disputa territorial que mantienen las bandas de los barrios Municipal y Grandoli (conocido como Fonavi del Parque Mercado), por control de territorio, venta de drogas.
