Ni el propietario del vehículo ni su familia se asomaron en la madrugada de este miércoles cuando escucharon varias detonaciones en la zona de Cerrito al 100 bis, al sur de Rosario, porque son «habituales los tiroteos en el barrio», dijeron, y ellos no tienen problemas con nadie. Pero el blanco de los balazos fue su Renault 9, que quedó con dos vidrios destrozados y las marcas de al menos seis impactos.
El sonido de los disparos se escuchó pasadas las 4.30. Los propietarios del vehículo acribillado lo habían dejado estacionado en la puerta de la casa. Se despertaron por las detonaciones, pero ni se molestaron en asomarse porque ya están acostumbrados a los tiroteos. Además, porque no se imaginaban que ese, en particular, tuviera que ver con ellos. «Como no tenemos problemas con nadie, no sentimos que era para nosotros”, dijo la hija del dueño del Renault 9. Su padre fue el que encontró el auto con los agujeros de bala y los vidrios estallados una hora y media después, cuando se disponía a salir hacia su trabajo.
Él mismo recogió, según relató a los medios, seis vainas servidas en el piso. “Lo que menos me imaginé que era a mi auto que le habían tirado. Cuando me arrimo, lo encuentro lleno de agujeros”, aseguró el hombre. Y como su hija, expresó sorpresa: “Para mí se equivocaron, les dieron un mal dato, porque yo no me meto con nadie ni tenemos problemas con nadie”.
La joven lamentó el estado de inseguridad y coincidió con su padre: «Nos levantamos por el ruido y no quisimos salir porque son habituales los tiroteos acá, en el barrio. Es normal para nosotros que pase esto».
El pasado 6 de junio, en la misma cuadra, habían baleado el frente de una vivienda de pasillo. La Policía recogió dos vainas servidas calibre 11.25. Tampoco esa vez el ataque dejó víctimas.