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Coronacrisis: otro bar cultural bajó la persiana porque no pudo afrontar los gastos de alquiler

Oui, de Mendoza y Sarmiento, cerró sus puertas este sábado. La crisis de la pandemia le impidió hacer frente a los costos y un aumento en el alquiler precipitó la decisión. Desde el lunes rematan todo. En los últimos nueve meses cerraron 20 bares en la ciudad

Oui no era simplemente un bar. Era un espacio de encuentro, de conciertos, de expresiones artísticas de todo tipo. Era el café después del teatro o el show en vivo durante un trago. En la esquina de Mendoza y Sarmiento abrió sus puertas en 2013 para reunir una propuesta gastronómica con una cultural, alimentada por la cercanía de teatros y facultades. La pandemia, con la crisis económica y la suspensión de espectáculos, le fue quitando su esencia y su público. Durante estos ocho meses, el bar se adaptó a las modalidades permitidas por protocolos sanitarios pero la dificultad para afrontar costos, en particular el alquiler, forzó a su titular a bajar la persiana. Con una promoción de tragos, Oui brindó el sábado por última vez.

“Tomamos la decisión de cerrar porque no hay un panorama favorecedor. No soy un empresario gastronómico ni un gran productor. Soy una persona autogestiva y laburante. Oui era una burbuja, una cápsula energética, un bar gay y pet friendly que reunía una vertiente cultural diversa y heterogénea. Todo el munde agradeció esa posibilidad de poder ser genuinamente acá dentro, sin reproches, estigmas, ni prejuicios”, contó el titular, Francisco Fenoglio, a El Ciudadano.

Fenoglio es músico y trabaja desde 2013 en gastronomía. Se hizo cargo del bar en abril de 2019 cuando tomó la posta que habían dejado los franceses Thomas y Jeremy, quienes inauguraron Oui en agosto de 2015.

Durante las primeras tres semanas del aislamiento obligatorio, el bar permaneció cerrado. Luego abrió con servicio de delivery y más tarde, con el take away, comenzó a ofrecer viandas. Finalmente, reabrió sus puertas cuando se habilitó el protocolo para locales gastronómicos. Los ingresos percibidos durante la pandemia apenas pudieron cubrir salarios y el pago a proveedores. Los gastos de la carga impositiva, el costo de servicios y el alquiler se acumularon. De los cinco empleados que trabajaban en marzo, quedaban sólo dos.

El detonante del cierre fue la imposibilidad de pagar el alquiler. Fenoglio contó que desde mayo mantienen una deuda con los dueños del local, quienes les exigieron un aumento acordado antes de la pandemia, sin respetar el decreto nacional que congeló los valores por la emergencia. “Argumentamos que no podíamos pagarlo. Nos intimaron judicialmente a mí y a los garantes del contrato. Se sumaron los gastos de abogados y las negociaciones, y no tuvimos opción más que cerrar”, señaló.

Fenoglio contó que, en paralelo, tramitaron algunos subsidios estatales pero los pagos no llegaron a tiempo. “Te piden mucha papelería y se atrasan con los pagos. Tenía que cobrar en octubre el Plan Fomento de la provincia, me lo patearon hasta noviembre y, ahora que cierro, me lo negaron y no puedo afrontar las deudas”, explicó.

A partir de la semana que viene subastará muebles, objetos y maquinarias del bar para cubrir parte de los gastos. “Oui representaba un proyecto muy grande para mí. Tenía muchas ideas. Ahora tengo que asimilar este golpe. Voy a seguir gestionando y organizando eventos culturales. Mi ámbito es el arte, la cultura, la producción y el entretenimiento”, comentó.

Una burbuja en pleno centro

Por el local pasaron artistas regionales que cada noche subían al escenario para mostrar su música, su producción audiovisual o su poesía. Oui era centro de reunión de estudiantes, de trabajadores de la cultura y de espectadores que entraban en busca de un trago o un café a la salida del teatro. Por eso, el cierre de los espacios y la suspensión de las expresiones artísticas por la pandemia fue otro de los factores que los golpeó.

“La Jam y A Cuatro Voces eran los eventos más conocidos. El bar tenía una infraestructura en base al teatro El Círculo y la Plataforma Lavardén que nos alimentaba de clientes. El 70 por ciento de las personas que nos visitaban eran artistas o trabajadores de la cultura. Además ofrecíamos espectáculos de martes a domingo y con la pandemia se cortó todo. Teníamos una metodología que fue suspendida por el contexto”, comentó Fenoglio, y lamentó la situación que afrontan los espacios culturales. “Es una pena lo que está sucediendo. Para les gestores culturales el abandono del Estado ha sido total”, agregó.

Con la nostalgia de los buenos momentos, Fenoglio agradeció la devolución de artistas y clientes tras la pérdida de otro bar cultural en la ciudad. “La devolución de la gente siempre fue fantástica. En Oui había mucha igualdad y libertades. Me llevo una sensación de gratitud. Recibí de la gente un lugar de mucho crecimiento, de encuentro personal, afectivo, profesional y espiritual. El contacto con el arte te enriquece de una forma invaluable”, concluyó.

Coronacrisis

El cierre de locales gastronómicos es una de las postales que deja la pandemia. Según detalló Sergio Ricupero, de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos, desde marzo cerró una veintena de bares y 5 hoteles en Rosario, lo que impactó en la pérdida de cerca de 4 mil puestos de trabajo en todo el sur provincial.

“Cuando se termine el ATP vamos a notar una merma mayor de personal porque muchos se sostienen gracias al aporte estatal. Estamos pidiendo subsidios para el sector o un ATP provincial pero no tuvimos respuestas. Han diezmado la actividad de una manera significativa”, señaló Ricupero.

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