Un cruce de llamados telefónicos derivó en un nuevo escándalo en la alcaidía de Jefatura, intervenida desde hace poco menos de un mes luego de un nuevo intento de fuga. En la tarde de ayer, personal de Asuntos Internos y las Tropas de Operaciones Especiales realizaron un allanamiento en el pabellón donde están alojados los cuatro hombres vinculados al crimen de Roberto Pimpi Camino, en la búsqueda de armas, drogas y teléfonos celulares. El operativo dio resultado negativo, pero el juez dispuso el arresto del subjefe del penal y de un suboficial y el inmediato traslado de los hermanos René y Chapita U. a la penitenciaría Nº 1 de Coronda.
El operativo fue ordenado por el juez de Instrucción 9ª, Javier Beltramone, en el marco de la investigación por el homicidio de Roberto Pimpi Camino. La medida se dispuso luego de realizar un cruce de llamados telefónicos y de la intervención de varios aparatos.
En la tarde de ayer, mediante un oficio judicial, personal de Asuntos Internos, apoyados por las Tropas de Operaciones Especiales, allanaron la alcaidía ubicada en la parte posterior de Jefatura, sobre avenida Francia al 5200. Los uniformados buscaban armas, drogas y teléfonos celulares en el pabellón 3, donde están alojados Betito, Cachorra y los hermanos René y Lelio, alias Chapita, detenidos el martes de la semana pasada en el bar El Sótano, de Mitre al 700.
El operativo no arrojó resultados positivos, pero derivó en el arresto de un comisario inspector a cargo de la subjefatura de la alcaidía, y de un suboficial apodado ruso, quienes quedaron detenidos e incomunicados por orden del juez Beltramone.
Si bien hasta anoche no se conocían los motivos por los cuales ambos uniformados quedaron tras las rejas, voceros judiciales indicaron que ambos serán indagados hoy por el juez Beltramone, por el presunto delito de cohecho agravado. Además, el magistrado ordenó el inmediato traslado de los hermanos René y Lelio a la cárcel de Coronda, hecho que fue efectivizado anoche por personal de las Tropas de Operaciones Especiales.
Un año sin descanso
Los escándalos en la alcaidía de la Unidad Regional II no dan tregua al gobierno. Por lo menos los hechos lo demuestran, ya que desde junio del año pasado se vienen sucediendo episodios que demuestran lo complejo que resulta manejar el lugar, donde las fugas e intentos de escape se suceden, se denuncian en forma periódica malos tratos, y ahora además se investiga a los jefes por cohecho.
En junio del año pasado, un día después del homicidio del agente Emmanuel Del Mastro, 7 reclusos se fugaban de la Alcaidía, tras limar barrotes y trepar el paredón, en un escape que muchos vincularon al entierro sin honores del policía, ya que los adicionales que hacía cuando lo alcanzó la muerte eran truchos.
En febrero de este año, un joven de 26 años que estaba detenido en la alcaidía, imputado por robo calificado, se escapó sin que ninguno de los Policías de la guardia lo advirtiera. Lo llamativo del caso es que el recluso utilizó un método tan extraño como remanido: se escondió en un contenedor de basura.
Un mes después el escándalo fue mayor y cinco efectivos de la alcaidía fueron pasados a disponibilidad luego de la huida de 17 presos.
El hecho se produjo cuando una camioneta de la policía, que lleva las raciones de comida a los reclusos, estacionó frente al pabellón y uno de los uniformados ingresó al pabellón 3 con el arma reglamentaria en la cintura, algo prohibido en el protocolo policial.
Al ver esto, los reclusos lo redujeron, le sacaron la pistola 9 milímetros y, usando al agente como escudo, se dirigieron hasta la guardia y robaron escopetas con postas de goma y 17 reclusos se dirigieron a toda velocidad con la camioneta hasta la puerta, cuyo portón se encontraba abierto. Antes de ganar la calle se desató un tiroteo entre los presos y personal policial y dos uniformados resultaron heridos levemente. La camioneta salió hacia el norte por avenida Francia, ante la mirada de vecinos, que ya veían los escapes como algo periódico y sin sorpresa.
El último hecho fue el 6 de mayo pasado, cuando un grupo de 14 internos cortó los barrotes de un pabellón para salir al patio y trepar el paredón, pero no lograron su objetivo porque un guardia advirtió la movida.
Ante esto, el jefe de Policía de Provincia, Osvaldo Toledo, relevó a los oficiales que estaban al frente de la alcaidía, y dispuso su intervención y que el conflictivo lugar quedara a cargo del comisario inspector Daniel Giménez, subjefe de la Unidad Regional.