Por tercera vez en menos de seis meses la Justicia consideró que era responsabilidad compartida la consecuencia de sendos accidentes que tuvieron como protagonistas a peatones que cruzaron la calle sin cumplir con lo que indican las normas –esto es hacerlo a mitad de cuadra– y que fueron atropellados por descuido de los propios automovilistas pero también por lo arriesgado de su imprudente decisión. En efecto, ayer se conoció un nuevo fallo del Tribunal Colegiado de Responsabilidad Extracontractual de la 2ª Nominación que consideró que una mujer que cruzó la calle en Jujuy al 1800, a mitad de cuadra, y que terminó siendo embestida por un auto, es parcialmente responsable del hecho porque al hacerlo “no cuidó su propia vida y su propia seguridad”. La noticia vuelve a poner a la luz la cantidad de incumplimientos a la ley que cometen a diario no sólo los automovilistas sino también los transeúntes en la ciudad al hacer caso omiso, de manera sistemática, a lo que indican las ordenanzas vigentes.
La jueza Viviana Cingolani –una de las autoras del fallo– remarcó que se habla en este caso de una clara “responsabilidad compartida”. “La verdad es que lo que más nos preocupa es el poco valor que las personas dan a su propia vida. A veces uno puede entenderlo en los niños que cruzan las calles sin pensar, a veces soltándose de las manos de sus padres, pero en el caso de los mayores no”, comentó.
Sobre el caso puntual explicó que la mujer atropellada “tenía características muy particulares”. “Estaba recién operada, con lo cual uno sabe que cuando alguien sale de una cirugía está debilitado, veía mal de un ojo, casi nada y del otro veía poco. Igual se cruza en barrio Pichincha a sacar la basura, en una calle empedrada, y bueno, estaba la hilera de coches, había otros autos que estaban esperando pasajeros, y un vehículo, no a mucha velocidad, la atropelló. Lo que tiene que entender la gente es que la responsabilidad es compartida porque ella no fue suficientemente hábil para cuidar su propia vida y su propia seguridad. Además ella confiesa que sí, que había cruzado por ahí, que no había usado la senda peatonal y que esto era algo habitual en su conducta. Esto es algo común, que la gente hace siempre”, remarcó.
“En este caso ella no va a tener que desembolsar nada pero va a recibir la mitad de lo que le correspondería. Esta es una especie de tirón de orejas. Es como decir: «señores, esto no va más, si hay una senda peatonal usémosla, son apenas veinte o treinta metros de la puerta de casa»”, continuó.
En el fallo se señaló que “de las pruebas analizadas, se deduce que el hecho existió, que no hay huellas de derrape ni frenada, la calle era adoquinada, que no existían contenedores el día del accidente, que la autora cruzó por la mitad de la calle y no por la senda peatonal, que padecía de una considerable disminución visual, que había sido intervenida quirúrgicamente y que el auto del demandado la tocó, aunque no violentamente”
“La infracción a tales normativas constituye reproche que ha de serle endilgado a la víctima a título de culpa por inobservancia de los deberes de su cargo con gravitación causal. Al ser embestido el peatón se concluye que el conductor demandado no contaba con dominio de su rodado que le permitiera efectuar la frenada eficaz que se imponía, lo que lo torna parcialmente responsable del hecho”, se añade más adelante.
Por su parte, el especialista en Seguridad Vial Osvaldo Aymo comentó que la mirada está puesta siempre sobre los automovilistas pero que los peatones “viven incumpliendo” con lo que las normativas de tránsito indican. “Nosotros los peatones normalmente no observamos la ley porque pensamos que para nosotros son todos derechos. Hay que remarcar que los peatones tenemos derechos pero también tenemos obligaciones. ¿Cuál es el momento más peligroso que tiene un peatón? Cruzar la calle, excepto que pase alguna cosa cuando vos estás arriba de la vereda, pero esto es mucho menos común. Cuando uno cruza la calle primero elige el lugar y el lugar más seguro es la esquina porque vos ves y te ven y el automovilista baja la velocidad. No baja la velocidad porque está viendo un peatón sino porque piensa que puede venir otro automóvil. La otra cuestión es ver el momento: hay que mirar para un lado y para el otro. En ese momento uno cruza la calle tranquilo, seguro, porque hizo bien las dos primeras cosas”, explicó.
Con la contundencia y solidez a la hora de argumentar que dan los números, el especialista destacó que “hay un estudio que demostró que el 41 por ciento de los muertos por accidentes en los centros urbanos son por atropellos peatonales y que dentro de ese porcentaje el 65 por ciento es por cruzar a mitad de la cuadra”. “No hay «choquecitos» con un peatón. Alemania a su vez hizo otro estudio y demostró que a 30 kilómetros por hora de cada diez atropellos peatonales mueren tres personas; a cuarenta kilómetros por hora mueren cinco; a cincuenta mueren ocho; y a sesenta mueren los diez”, concluyó.
