El delantero inglés Michael Owen admitió que se dejó caer para ganar dos penales, en los partidos que su selección jugó contra Argentina en los Mundiales de fútbol de Francia 1998 y Corea-Japón 2002.
El primero fue durante el encuentro por octavos de final que terminó 2 a 2, pero que terminó ganando en la definición desde los 12 pasos el equipo que entonces entrenaba Daniel Passarella.
A los 10 minutos del primer tiempo, Owen encaró al área argentina y recibió un cruce de Roberto Ayala, aunque, según explicó hoy al diario británico Daily Mail, podría haberse mantenido en pie: el árbitro cobró penal y Alan Shearer lo cambió por el 1-1.
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«Cuatro años más tarde me dan otro penal, otra vez contra Argentina. Una vez más, el defensor me tocó, pero me podría haber quedado parado», manifestó.
En esa oportunidad fue Mauricio Pochettino quien participó de la jugada que terminó con el único gol del partido, convertido por el mediocampista David Beckham, sobre el final del primer tiempo.
La confesión del ex jugador de Liverpool y Real Madrid, hoy en Stoke City, se enmarca en el viejo debate sobre la simulación de faltas que volvió al fútbol inglés, hace dos semanas, por unas declaraciones de Sergio «Kun» Agüero.
El delantero de Manchester City había dicho que los árbitros les cobraban menos penales a los futbolistas extranjeros, ya que los consideran simuladores en potencia. «Hay un pequeño privilegio hacia los jugadores ingleses», afirmó el atacante del seleccionado argentino.
Uno de los que le respondió fue el DT de Manchester United, Alex Ferguson, que sostuvo que «durante los últimos años hay muchísimos jugadores que se tiran y, hay que decir, especialmente los extranjeros».