Central cumplió el último viernes la tercera semana de entrenamiento presencial. En la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria y con los protocolos elaborados por AFA y el club, el plantel se volvió a encontrar para ahora poder practicar de forma presencial y dejar de lado la virtualidad.
Al volver, el equipo se dividió en grupos de 6 jugadoras, que entrenaron en diferentes canchas y realizaron trabajos sin pelota. El cuerpo técnico, con Roxana Vallejos a la cabeza y el profe Pablo Díaz, fueron diagramando el esquema del regreso, que tiene como principal objetivo cuidar la salud de las jugadoras.
“Es como arrancar de cero. Encontré un plantel con ganas pero con mucha ansiedad. Lo pudimos llevar bien y descargar ansiedades. Hay que tratar de evitar lesiones, hay un montón de cuestiones para trabajar, pero estamos tranquilos”, afirmó Díaz. Y contó cuales son los trabajos que comenzaron a realizar: “Sobre las rutinas de entrenamiento, estamos dividiendo en bloques de fuerza general y de a poco lo llevaremos a lo específico del fútbol. Tenemos volúmenes con GPS desde el año pasado, trabajamos fuerza, volúmenes y después lo adaptamos específicamente al deporte”.
El preparador físico también destacó que lo que más lo sorprendió del reencuentro con el plantel fue “la escasa pérdida en fuerza, pero sí en masa muscular”. Durante casi seis meses, el equipo entrenó de forma virtual. Y tanto jugadoras como cuerpo técnico tuvieron que adaptarse a esa nueva normalidad.
“Entrenarse desde casa dependió cada jugadora, había particularidades. Las que siguieron los protocolos que se les asignaron no presentaron sobrecargas. El no seguir la metodología que sugerimos hizo que el proceso de adaptación sea complejo”, contó Díaz.
Sobre el trabajo con sus compañeros, también desde sus casas, el profe destacó: “Nos apoyamos mucho dentro del cuerpo técnico. No sabíamos cómo atravesar la situación, cambiamos los planes un montón de veces dependiendo de las jugadoras. Fue un desafío, teníamos que seguir manteniendo la motivación, nos fuimos reinventando”.
Desde que Vallejos se hizo cargo del equipo, acompañada por diferentes profesionales, se propusieron tres grandes objetivos, que si bien la pandemia retrasó, siguen en pie: “Enseñar a jugar al fútbol, el desarrollo profesional y después el desarrollo general de las jugadoras”.
Sobre el regreso a la competencia oficial, Díaz fue muy claro: “Nadie nos consultó sobre una posible vuelta”. Se refiere a los y las profes que están trabajando con los planteles. Y consultado sobre cuál cree que son los tiempos para volver a estar en condiciones de competir afirmó: “Después de cuatro o cinco meses, las pérdidas a nivel fisiológico son muy grandes. Con seis a ocho semanas de adaptación no me quedaría tranquilo”.
El jueves pasado, cuando se anunció el regreso del fútbol argentino, se definió desde AFA que el femenino regrese el 21 de noviembre. Sin embargo, la reunión que debían tener los encargados de los clubes, pautada para el último viernes, se suspendió. Habrá que esperar para saber cómo será ese formato de torneo, si habrá descensos (NdR: en su momento se había decidido que no), clasificación a competencias internacionales y campeón.
“Yo sigo insistiendo que es un poco ofensivo que no nos consulten nada, independientemente de si se escucha o no, a los responsables. Aunque sea escuchar que es lo que pensamos, sobre todo por cómo están las cosas ahora”, argumentó Díaz.
Y también hizo mención a la realidad que está atravesando el interior del país, principalmente Santa Fe, el foco actual de contagios de Covid-19 en el país. Vale destacar que Central es el único equipo que participa del torneo y que no es de Buenos Aires: “Uno entiende las reglas del juego, tampoco es excusa”.
Los testeos que se realizaron al inicio de los entrenamientos dieron como resultado 3 casos positivos de coronavirus y enseguida fueron aisladas por contacto estrecho otras dos jugadoras. Todas se integraron a las prácticas a principio de la semana pasada.
“Encontré a las chicas muy bien. Están respondiendo bien a las cargas, las evaluaciones fueron las esperadas pero la evolución es buena. Somos conscientes de que los riesgos de lesiones pueden aparecer en las primeras 3 o 4 semanas y estamos a la espera”, explicó Díaz.
“Las jugadoras que superaron el Covid volvieron muy ansiosas y con muchas ganas. Desde el cuerpo médico se está aplicando un protocolo de entrenamiento, a partir del cual estamos haciendo cargas progresivas para ver cómo responde la evolución de su enfermedad. Al mes se las evalúa con todos los estudios médicos que se le va a realizar para saber si pueden darle el primer alta al entrenamiento. No nos corre nadie, lo primero es la salud. No tenemos pensado arriesgar la salud a largo plazo de ellas por eso vamos de a poco. El plantel se reduce, pero la salud está primero y vamos a ir viendo cómo responden, por ahora va bien, pero son progresivas”, confesó el preparador físico Canalla.