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Pablo Juárez presenta “El amanecer de los pájaros”, música que fluye por el río

El reconocido compositor y pianista rosarino de trascendencia internacional dará a conocer este sábado en el Museo Castagnino su último disco, editado exclusivamente en Japón y con el que recorre la geografía local a través de un íntimo viaje por las costas del Paraná

Pablo Juárez vive en Rosario. Hace tres años volvió a radicarse en su ciudad natal luego de pasar cerca de una década en Buenos Aires donde publicó su primer disco titulado Sumergido. De aquel tiempo conserva ese material que puede considerarse piedra angular en su carrera posterior y un número de identificación telefónico que no se aggiornó al típico “0341” de estas costas. Un gesto ridículo en tiempos de fronteras difusas, porque Pablo es un pianista del mundo. Habita la ciudad y su música se impregna de la geografía local, del río. Pero sus melodías no se quedan quietas y fluyen como el agua, por el Paraná hacia el mar, y de allí al mundo entero.

Su último disco, que presentará este sábado por la tarde en Rosario, se titula El amanecer de los pájaros y en su portada muestra a una golondrina volando sobre el ancho río marrón. No fue editado en Rosario, sino únicamente en Japón. Hasta allí llegaron estas composiciones, a sólo piano, que el propio músico describe como “bastante conceptual en relación con la temática”.

Esas historias que narra con un estilo sostenido en la rítmica sudamericana y folclórica, con influencias del jazz, “en tanto la armonía y la improvisación”, según cuenta, expresa una mixtura y una confluencia de diferentes influencias que el músico supo forjar a lo largo de su vida artística.
El amanecer de los pájaros está abocada a la geografía nuestra, de Rosario. Hablo del amanecer en uno de los temas y también del anochecer”, dice. Son temas universales con los que Juárez reflexiona y brinda un mapa de lo que sucede geográficamente en estas tierras del litoral.

Su primer disco, Sumergido, salió en 2011 y fue publicado por Club del Disco, un prestigioso sello discográfico porteño con aceitados contactos internacionales. Al poco tiempo, el material fue elegido disco del mes y comenzó a navegar, de boca en boca, por los infinitos e impredecibles caminos de internet.

“En el primer material había un tema a sólo piano y otras cosas como cuarteto, canción y trío”, cuenta, mientras hace saber que sus (por ahora) tres álbumes son sólo una muestra de un trabajo más extenso que, aclara, puede tener hasta veinticinco trabajos si se suman las participaciones en las que puso su pulso instrumental junto a Silvio Rodríguez, Jorge Fandermole, Rubén Goldín y Franco Luciani, por citar sólo algunos.

De Sumergido, contó, se fueron desprendiendo diferentes conceptos para ser plasmados en sucesivos materiales. De ahí surge el disco de canciones con Julián Venegas (Dos cauces), El amanecer de los pájaros y un nuevo trabajo que pronto verá la luz y que, en formato de trío, junto a Luciano Ruggeri en batería y Jorge Palena en contrabajo, acaba de terminar de grabar.

“Se trata de un típico trío de jazz de contrabajo, batería y piano”, confesó su creador. Y contó que, en lo estrictamente musical, “son todas nuevas composiciones con mucha raíz folclórica”. Y profundizó: “Sigo esta temática con una inclinación más jazzera tocando ritmos de landó, de chacarera, de festejo”.

Volviendo a El amanecer de los pájaros, disco que mostrará por primera vez en Rosario a un año de ser editado en Japón, el pianista contó que se trató de una producción de los productores asiáticos. “Yo lo grabé en Argentina pero directamente fue lanzado en territorio japonés”, aclaró.

Hace casi una década se realizó en Japón una feria internacional donde Argentina, a través del entonces Ministerio de Cultura de la Nación, montó un stand propio para dar a conocer el arte de sus nuevos exponentes, mucho más allá del tango que es una expresión que ya tiene su vuelo propio en todo el mundo y tantos adeptos en el país asiático. Consultado acerca de cómo llegan a los oídos de aquellos habitantes esta música de origen folclórico con reminiscencias litoraleñas, como la que se expresa en El amanecer de los pájaros, el músico contó que en Japón hay muchos melómanos y gente abocada a la música latinoamericana. “Se generó un movimiento de músicos contemporáneos de Argentina más orientados al folclore”, dijo. Y enumeró algunos ejemplos de embajadores que llegaron a aquella lejana tierra: “Está el Negro Aguirre que viajó dos o tres veces, (el guitarrista rosarino) Guillermo Rizzotto que fue uno de mis lazos para conocer a estos productores que después vinieron a Rosario a conocerme para editar este disco. Puedo sumar a Aca Seca Trío, a Juan Falú, más allá de que Los Chalchaleros ya lo habían hecho hace mucho tiempo”.

Lo que comunica y atrapa en la música de Juárez está hermanado a su melodía ya que muchas veces prescinde de la palabra para hablar. “Si bien no hay palabra los productores japoneses me contaban que les encanta este movimiento que se está gestando en Japón a partir de estos artistas. Esto es como un nuevo decir de la música popular que está influenciada por un montón de otras músicas que pasan a nivel regional y a nivel de América. Sienten mucha identificación y a mí me identifican con el tema del río de Rosario, escuchan agua”.

El músico se entusiasma en tocar en vivo El amanecer de los pájaros en el lugar donde fue editado. “Los japoneses ya me dijeron que quieren hacerlo y cuando se les pone algo en la cabeza lo llevan adelante”, confió el músico, al tiempo que sobre el concierto que dará esta tarde en el Museo Castagnino, anticipó que presentará este disco en un repertorio donde incluirá compositores sudamericanas e improvisaciones. “La música me la tomo muy libre, si bien hay un programa, siempre me salgo de ahí cuando lo siento. Estos conciertos son una especie de laboratorio para ver cómo funcionan algunas canciones y cómo las siento en vivo”.

Para agendar 

El pianista y compositor rosarino Pablo Juárez presentará su último disco, titulado El amanecer de los pájaros, en un concierto que tendrá lugar este sábado por la tarde, a partir de las 18, en la sala central del Museo Castagnino, de Pellegrini y Oroño, donde se puede adquirir un módico bono contribución que habilita el ingreso al museo.

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