“Hola Pablo, hace rato que no nos vemos. Quería decirte que me pone muy feliz la enorme carrera que construiste como futbolista. Para los que tuvimos la suerte de dirigirte es un enorme orgullo. Y también quería decirte que hace seis o siete años que no reniego con tus amarillas, y ahora con tu vuelta, que nos pone muy felices a todos los ñulistas, volvemos a renegar con aquellas amarillas del 2013, pero estamos muy felices de tenerte de nuevo en casa”. Desde Funes, donde está cumpliendo con la cuarentena, Gerardo Martino grabó este mensaje para Pablo Pérez, entrevistado por el programa Líbero. Y muy emocionado, el volante leproso reconoció, casi entre lágrimas, la gran importancia que tuvo el Tata en su exitosa carrera.
“Me está temblando todo. Escucharlo decir esto es muy fuerte. Con Gerardo (Martino) he aprendido a jugar al fútbol, me dio muchas cosas, no solamente en lo deportivo. La experiencia que me trasladaba me hizo crecer enormemente como futbolista. La carrera que me tocó vivir es un 80 por ciento por lo que me enseñó él”, reconoce Pablo Pérez, quien sin dudas tuvo un antes y un después de su carrera a partir del Newell’s campeón de 2013, dirigido por el Tata.
Pablo Pérez debutó en Newell’s en 2006, con Nery Pumpido, y tuvo un poco de rodaje en 2006, con Pablo Marini como DT. Pero le costó afirmarse en el Parque, y tras la llegada de Caruso Lombardi, quien no lo tuvo en cuenta, empezó a buscar otros horizontes. Estuvo un tiempo en Emelec de Ecuador, pero volvió porque quería estar cerca de su familia, a partir de un problema de salud de su padre. Y en 2011 tuvo un gran año en Santa Fe, tras lograr el ascenso con el Unión que dirigía Frank Darío Kudelka.
Pero no hay ningún tipo de duda que a partir de 2012, cuando Martino llegó al Parque, que la carrera de Pérez despegó. Y tras ser titular, figura y campeón con la Lepra, pasó a Málaga y luego la rompió en Boca, donde llegó incluso a ser capitán.
“En 2013 me costaba interpretar un poco el fútbol. Aunque ya sobre el final del campeonato, a través del Tata comienzo a tener otros conocimientos dentro del campo de juego. Ese es el momento donde el jugador se siente más cómodo, cuando sabe interpretar los momentos dentro de la cancha o lo que va a hacer el rival. Todo se te hace mucho más fácil. Y yo lo logré gracias a Martino”, explicó el mediocampista rojinegro.
A la hora de elegir un mediocampo ideal de compañeros de carrera, Pérez no duda en incluir a Lucas Bernardi, su socio futbolístico en 2013, y sorprendió al sumar a otro leproso: Damián Manso.
“Si tuviera que elegir un mediocampo con los jugadores que compartí y sin incluirme de volante central lo pondría a Fernando Gago para que maneje la pelota, no tendría tanta marca está mitad de cancha. De volante por derecha a Lucas Bernardi y por izquierda a Nahitan Nández. Y de enganche a Damián Manso, aunque apenas jugué seis meses con él, era un diferente, una zurda increíble”, confesó.
Obviamente el futbolista habló de lo que viene para Newell’s, y al igual que Maxi Rodríguez, sumó una plegaria para el regreso de Ignacio Scocco. “El deseo como hincha de Newell’s es que Nacho (Scocco) vuelva, pero es una situación muy personal, difícil para él. Mi deseo es que regrese, es un jugador de jerarquía, que conoce el club, ganó dos campeonatos y nos puede dar muchas cosas. Ojalá pueda resolver sus temas en River, que salga bien y llegue a nuestra institución para ser feliz y disfrutar de lo que le queda de carrera”, comentó.
Por último, Pablo se animó a bromear con la continuidad de Maxi Rodríguez, aunque reconoció que es un gran ejemplo para todos. “Está hecho un pibe, pero es un viejo de 40 años (risas). Tiene alma de pibe y así se lo nota, lo que molesta en el chat del club de las ganas que tiene de volver a jugar es increíble. Y te empuja a seguir, te da una energía que nos permite a todos correr, meter”, concluyó.