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Padres de la tragedia del colegio Ecos recordaron a Luis Alberto Spinetta

Héctor Bravo y Lucila de la Serna, papás de uno de los estudiantes que fallecieron en 2006 al regresar de un viaje solidario en Chaco víctimas de un siniestro vial, y miembros de Conduciendo a Conciencia, recordaron cómo Luis se transformo en referente de la causa

Por Héctor Bravo y Lucila de la Serna

Un 8 de octubre del 2006 la vida nos cambió para siempre por la muerte de nuestro hijo Benjamín, junto a sus compañeros y su profesora, en una ruta de Santa Fe por un siniestro vial.

Ante tanta oscuridad se fueron abriendo espacios de luz inimaginables que nos marcaron un rumbo desde lo personal y como parte de la Asociación Conduciendo a Conciencia.

Spinetta era papá de Verita, amiga de nuestros hijos y decidimos acercarnos a él, no sabíamos muy bien para qué, pero lo llamamos y no dudó en venir a nuestra casa.

Luis llegó un día, con el pudor de quien respeta el dolor ajeno, preguntándonos: “Qué puedo hacer por ustedes, cuenten conmigo para lo que sea”. Se presentó como un papá, no como el músico genial que era, se puso en nuestro lugar y actuó en consecuencia.

Salimos públicamente a juntar firmas para un petitorio dirigido a los tres poderes del Gobierno para pedir una mayor seguridad vial.

En cada acto que organizamos estaba Luis, su voz nos acompañó, transformándose de a poco en un referente, un embajador de nuestra causa.

Fuimos compartiendo los días de manera muy cercana y Luis se transformó en un gran amigo. La muerte a veces trae quiebres en los vínculos pero en este caso nos sumó grandes amigos y Luis fue uno de ellos. Pudimos compartir encuentros con otros grandes músicos como León Gieco, ser testigo de intercambios maravillosos; sin pensarlo la vida nos puso en situaciones únicas, desde recibirlo en casa, saborear el pan casero que nos traía, compartir el gusto por la cocina, escuchar anécdotas y reencontrarnos con la risa perdida.

Un día trajo una melodía de un proyecto conjunto con León: la canción “8 de Octubre”, que nos representa año a año en nuestros recitales solidarios.

Viajamos con otros padres al juzgado de Rafaela en Santa fe para conocer el avance de la causa judicial, que al día de hoy sigue detenida. Pasamos por el lugar donde había ocurrido el siniestro. Momento que transitamos con el enorme dolor que representa estar en ese lugar donde les llegara la muerte a los chicos. En ese caminar por ahí se asomaban unas flores pequeñas que nacían en esa tierra. A nuestro regreso nos encontramos con Luis y le compartimos nuestra experiencia. A los pocos día nos compartió una nueva canción: “Un retoño”.

La vida nos permitió conocer a Luis, amigo, comprometido con la causa: cuida la vida, cuida a tus amigos, a tu novia…Le hablaba a los jóvenes, hablaba de la importancia de la salud y la educación como dos pilares fundamentales para un buen funcionamiento de una sociedad.

Luis fue un hombre bueno, volcado a los demás, que hizo suyo nuestro camino. Tratando de mejorar la conducción, aportando desde su lugar, sumando siempre nuevas acciones y sumando a otros, invitando a ser mejores personas.

Lo extrañamos y nos quedamos con su frase en el último encuentro: desde donde esté, siempre estaré junto a ustedes.

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