Al menos 43 personas murieron el viernes al estallar una bomba en una mezquita del noroeste de Pakistán, una región convulsionada por la insurgencia de los talibanes aliados de Al Qaeda, según el último balance de las autoridades locales.
El ataque, que ocurrió en el distrito tribal de Jhyber, fronterizo con Afganistán, es el más mortífero de los últimos tres meses en Pakistán.
La bomba explotó cuando centenares de peregrinos salían de la gran plegaria del viernes en una mezquita de Jamrud, a 25 kilómetros al suroeste de Peshawar, la gran ciudad del noroeste de Pakistán.
«Fue un atentado suicida. El kamikaze llevaba entre 8 y 10 kilos de explosivos y los activó en la sala principal de la mezquita», dijo el subjefe de la administración distrital, Jalid Kundi.
«Hubo 43 muertos y 117 heridos», agregó.
Ninguna organización reivindicó el hecho hasta el momento. Los atentados más letales en estos últimos años fueron cometidos por el Movimiento de Talibanes de Pakistán (TTP), aliado de la red Al Qaeda, que declaró la guerra santa al gobierno por haberse aliado con Estados Unidos.