Alejandro Cacho Parlante, trabajador de la salud y delegado del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), escribió en su muro de Facebook sobre la muerte de Miriam Soto, otra enfermera que trabajaba en el Heca y falleció este lunes por coronavirus.
Miriam Soto de Gadea tenía 54 años y estaba internada desde el 14 de octubre. La enfermera trabajaba en el área de emergencias primarias del Heca y en el sector de Neonatología del Hospital Centenario.
Una semana antes que Soto quedara internada, había ingresado al hospital su marido que también estuvo «muy grave» en la unidad de terapia intensiva y pudo recuperarse.
«Hoy fue el turno de La Negra Miriam Soto. Una vez más, los muros de lxs trabajadorxs de la salud, se llenan de despedidas, de dolor, de necrológicas. Una vez más tengo que señalar responsabilidades políticas de los que no nos cuidan. Alberto Fernández, Perotti, Javkin, sus ministros, secretarios y funcionarios», publicó Parlante en su muro de Facebook.
«En el caso de Miriam, hacía más de 20 años que tenía doble empleo, el Heca y el Centenario. Cuántas horas de trabajo en pandemia. Incalculables, pero suficientes para no zafar del virus ante tanta exposición. Sin descansos, pocos francos, mucho laburo, sueldos que no alcanzan. Nada nuevo, la mierda del capitalismo que el único límite que tiene es el de las luchas de la clase obrera», siguió.
«Negra gruñona, todos te hemos puteado alguna vez, aunque en mi caso, casi siempre tuviste razón. Te ganaste el cariño y el respeto de txs compañerxs hoy traducido en inmenso dolor. Te conocí luchando en la carpa del Centenario y te despedí luchando, uno de esos días que tenías mejorías, dándole instrucciones a tu hija Laura y a txs compañerxs que te cuidaban, de pura jodida, como nunca dejaste de ser. Un gran abrazo a su familia y compañerxs de ayer y de hoy. Tu recuerdo nos hará mejores y serás bandera de lucha. Ya empezamos a extrañarte», agregó Parlante en la red social.
El delegado del Heca, cerró en su muro: «No acostumbro a comentar mis publicaciones, pero me parece oportuno contar algo que pasó y que ilustra el abandono al que somos sometidos lxs trabajadorxs de la salud. Sus compañerxs de la guardia, lxs más cercanas, lxs más dolidxs, tuvieron que seguir trabajando. A ningún funcionario se le ocurrió pensar que tenían que ser relevadas. Cuando le pregunté a algunxs de ellxs, alguien me contestó: seguimos, cómo autómatas. Sin dudas indigna semejante falta de humanidad».