Puede faltarle experiencia, es cierto, hace trece años que dejó el fútbol y en ese tiempo se ha dedicado más a la política que a ejercer como entrenador de fútbol. Apenas si tuvo un paso como coordinador de inferiores de Central, en una gestión que transitó sin pena ni gloria. Pero, lo que no le falta, le sobra a Omar Palma, es personalidad para cargarse a quien se le ponga en el camino. Y rápidamente entendió cuál era el mensaje que el hincha quería de su parte. Mano dura. Especialmente con sus futbolistas, los mismos que no pueden llevar adelante el objetivo primordial, aquel que impone el retorno a Primera División.
«Hoy a la mañana algunos de los chicos de Merlo se levantaron para ir a trabajar», dijo el Negro. Así sin red, sin eufemismos. Y ese mensaje iba directamente dirigido a sus futbolistas, aquellos que cobran sueldos clase vip y cumplen con roles propios de jugadores de mitad de tabla del ascenso. Cuando Broun intentó salir jugando perdió el puesto, y aunque esto no está confirmado es un secreto a voces que el uruguayo Bava será titular contra Chacarita. El Kily González, que jugó un buen partido, pero reguló energía y eso también puede condenarlo. Agregó Palma, «hay que ser más compañeros y no guardarse nada». Y más…Palma va a hacer lo que la gente quiere que haga. Mano firme con los jugadores. Aunque el dolor atraviese las entrañas de los hinchas, ascender ya parece una utopía. Por eso, estos necesitan alguien que haga justicia. Y ahí está Palma.
[media id=385 width=495 height=250]