Jaqueadas por un déficit fiscal que se preanunciaba el año pasado a medida que los recursos aumentaban a un ratio interanual de 29-35 por ciento y los gastos a uno entre 38 y 43 por ciento, las provincias que componen la Región Centro –Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos–han recurrido al endeudamiento de corto plazo y al aumento de impuestos.
Presentados éstos últimos como reformas tributarias, en rigor de verdad no lo son ya que en esencia consisten en el aumento de alícuotas, de valuaciones y la reducción de algunas de las exenciones vigentes.
Córdoba y Entre Ríos fueron las primeras provincias en aprobar estas leyes por las que incrementaron el impuesto a los Ingresos Brutos a ciertos sectores y establecieron el revalúo de tierras e inmuebles. La provincia de Santa Fe, en tanto, logró a mediados de mayo la autorización de la Legislatura para la emisión de letras por algo más de 556 millones de pesos, para pagar a proveedores de obra pública con los que estaba en mora y espera que la Legislatura esta vez sí, le apruebe su proyecto de reforma tributaria, que no se diferencia demasiado de los ya aprobados en las otras dos provincias de la Región.
La situación fiscal no es buena y las perspectivas es que podría empeorar. Por un lado, la reticencia nacional a cumplir con lo que la coparticipación y otros compromisos mandan; el “ajuste fino” que se detuvo en el recorte de algunos subsidios, se aplica con rigor a las provincias. Es evidente que la plata no le sobra a ninguna jurisdicción y la causa hay que buscarla en la desaceleración económica que comenzó a perfilarse tempranamente en el último trimestre de 2011.
El momento para aumentar los impuestos es el menos adecuado, no porque las arcas provinciales puedan prescindir de ellos sino porque los indicios de la desaceleración económica son cada día más evidentes.
Los datos de la Región confirman la caída en la producción, en las intenciones de inversión y en la demanda de empleo. En el mercado laboral la pérdida de empleo de calidad que se empezara a constatar desde el año pasado con el aumento de los trabajadores que trabajaban menos horas que las que deseaban (subocupados), se confirma con nueva información que muestra claramente la pérdida de empleo en el sector informal y la preferencia de las empresas a realizar contratos dotados de mayor flexibilidad (por tiempo determinado), visible en Rosario. El indicador estrella de la recuperación económica, la tasa de desempleo, aumentó en el primer trimestre del año 2,8 puntos porcentuales en Rosario respecto de la registrada un año atrás; en Córdoba, creció un punto.
La diferencia hay que buscarla en el comportamiento de la oferta laboral, la que aumentó considerablemente en Rosario y se contrajo en Córdoba, tal como ocurrió en el primer trimestre de 2009.
Una diferencia importante con aquella desaceleración en un comienzo, seguida luego por una recesión, es que los precios acusaron el impacto y la inflación de ese año también bajó visiblemente. No parece ser ésta la situación actual; desaceleración y precios que siguen en alza podrían desembocar en una preocupante “estanflación”.
Por el momento no se tiene información respecto a la inflación en la Región. Hace unas semanas la provincia de Entre Ríos –lamentablemente– decidió dejar de publicar el índice de precios de la ciudad de Paraná y, los índices de precios de la provincia de Santa Fe –imprescindibles a la hora de analizar la coyuntura económica de la provincia y de la Región– están publicados con cierto retraso.