Papa Francisco pidió de nuevo este miércoles que se detenga el virus del ébola y reconoció el «heroismo» de médicos y enfermeras que atienden a los afectados.
«Ante el agravamiento de la epidemia del ébola, deseo expresar mi viva preocupación por esta implacable enfermedad, que se está difundiendo especialmente en el continente africano, sobre todo entre las poblaciones más pobres», dijo el papa al término de la audiencia general.
«Me siento cercano, en el afecto y la oración, a las personas afectadas, así como a los médicos, enfermeras, a los voluntarios, a los institutos religiosos y a las asociaciones, que se prodigan heroicamente para socorrer a estos hermanos y hermanas enfermos», agregó.
En su pedido, el papa instó a la comunidad internacional a multiplicar sus «esfuerzos» para detener este virus, «aliviando concretamente los sufrimientos de todos los que están siendo tan profundamente probados», aseguró tras pedir «rezos por los que han perdido la vida».
La epidemia de ébola ha causado casi 5 mil muertos en África occidental y se han registrado 10 mil casos de contagio, según datos oficiales.
El virus se manifiesta con fiebre, vómitos, diarrea y dolores y se contagia por contacto directo con fluidos corporales de alguien que manifiesta ya los síntomas.