Unos 150 trabajadores de la ex papelera Massuh se desvincularán tras el cierre de la fábrica ubicada en Quilmes, y otros 320 empleados deberán optar entre el retiro voluntario o conformar una cooperativa, aunque trascendió que elegirían este último camino con el fin de sostener sus fuentes de empleo. La ex Massuh, ahora Papelera Quilmes, había sido intervenida por el gobierno en mayo del año pasado a través de un fideicomiso del Banco Nación, y ahora estos 150 operarios que se niegan a la cooperativa recibieron la comunicación oficial de que serán despedidos e indemnizados.
Los trabajadores se acercarán hoy desde las 8 a la sede de Nación Fideicomisos, donde autoridades del gobierno comunicarán las desvinculaciones y cómo continuará la fábrica bajo el formato de autogestión. Los que queden, que serían unos 320 operarios, conformarán una cooperativa para seguir produciendo papel, aunque los salarios serían bastante inferiores a los actuales.
Según se les comunicó a los obreros, Nación Fideicomisos les ofrecerá 2.700 pesos por el salario adeudado de abril y otros 2.700 por mayo, y en los primeros días de junio arrancará la cooperativa que será diseñada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, actual director ejecutivo de la fábrica.
En mayo de 2009, el gobierno, a través de Nación Fideicomisos, y la Federación de Obreros y Empleados de la Industria del Papel (FOEIPC) firmaron un acuerdo laboral vigente hasta noviembre de 2011, con el que se comprometían a sostener los empleos. Pero el pasado 23 de abril, el Estado nacional, ante un escenario de fuertes deudas, argumentó una aparente imposibilidad por sostener financieramente la compañía.
Ahora, el plan oficial es el de armar una cooperativa para que los trabajadores se hagan cargo de las instalaciones, de la producción y comercialización del papel, para desentenderse de la firma que les trajo muchos dolores de cabeza.
El programa de cierre de la empresa ofrece a un trabajador con 37 años en la planta 33 mil pesos como indemnización, contra los 170 mil pesos que le correspondería por ley, según denunciaron asesores legales de los operarios que se desvincularán de la firma.
Además, al ser despedido, el obrero pierde cuatro aguinaldos y dos meses de vacaciones que le corresponden hasta el fin del acuerdo firmado por Nación y la FOEIPC, en noviembre de 2011.
Los empleados habían diseñado junto al intendente de Quilmes, Francisco Barba Gutiérrez, un proyecto para sostener la planta con financiamiento del Estado nacional para abastecer de papel al Ministerio de Educación de la Nación, pero la idea no convenció al secretario de Comercio Interior y la planta seguirá como cooperativa.