La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, sostuvo este jueves que el cura Julio César Grassi y los condenados por delitos de lesa humanidad no deben poder acceder a la prisión domiciliaria en el contexto de pandemia porque «puede repetirse la historia».
En diálogo con radio La Red, Carlotto criticó a Grassi por pedir arresto domiciliario aunque «la Justicia comprobó que era un abusador de niños» y consideró que debe ser «realmente muy fuerte y doloroso para las víctimas».
«No merece de ninguna manera salir, ya que es un abusador serial y puede repetirse la historia porque va a seguir abusando y buscará el auxilio de esa iglesia que lo puede amparar», agregó.
Carlotto evaluó que «hay una superpoblación carcelaria y los presos están demandando no morir adentro de la cárcel, pero hay formas que Casación marcó claramente sobre quiénes podrían tener la posibilidad de ir a cárcel domiciliaria».
«A Abuelas le interesa los que están injustamente detenidos sin juicios y, si se comprueba que son inocentes, nadie les quita esa estadía nefasta», sostuvo la referente de la asociación.
En cuanto a los condenados por crímenes de lesa humanidad, «no deben de ninguna manera ser considerados para tener ese privilegio y Casación así lo marca», resaltó.
Consultada sobre el fallo en La Pampa que le otorgó la domiciliaria al represor Carlos Reinhart, dos veces condenado por delitos de lesa humanidad, Carlotto apuntó que «hay que revertirlo, está en la Justicia».
«Los condenados por lesa humanidad son criminales peligrosos; cuando los llaman para juzgarlos, pudiendo arrepentirse, confesar y dar datos, se mantienen mudos y han dicho que lo volverían hacer», dijo Carlotto.
Asimismo, la dirigente sostuvo que se cometió «un error al liberar a un golpeador y su mujer está asustadísima; son cosas que hay que revisar con mucha seriedad y no fanatismo».