Empantanado desde hace ya un tiempo. Y, ¿qué pasa si no se sale rápido de esa situación? Hay riesgo de hundirse. En eso anda Central, que fue goleado 3-0 por Banfield y dejó una imagen sumamente preocupante de cara al futuro. Se trató de una presentación para el olvido del equipo de Miguel Ángel Russo, que entregó un desempeño pobrísimo ante un rival que pelea por la permanencia. Un resultado y una actualidad que exhorta a la dirigencia y al entrenador a repensar los días que quedan para el cierre del mercado de pases.
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Con línea de cinco o con cuatro. Los problemas que tiene el Canalla van mucho más allá del sistema con el cual encare cada partido. Lo cierto es que hoy tiene menos que el campeonato pasado y los que han llegado no mueven la aguja. Las falencias en el plantel están a la vista de todos y no han sido atacadas aún.
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Mal primer tiempo de Central. Desde el vamos se jugó como quiso el local, que rápidamente desnudó las falencias que presentó el esquema que dispuso Russo. Es que se vio un canalla sin ideas, sin juego, sin quite en el medio, sin saber cómo debía jugar. Definitivamente el 5-2-2-1 quedó expuesto apenas comenzada las acciones en el Florencio Sola. El Taladro, más rápido, solidario y con el overol puesto, se fue acercando al arco de Fatura y apenas pasado los diez minutos se puso en ventaja a través de la pelota parada.
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Promediando la etapa Central tuvo una opción inmejorable para igualar las acciones, pero Cambeses se quedó con un penal ejecutado de manera anunciada por Quintana. Ni esa le salió a Central, que sin merecerlo casi se encuentra con el empate.
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La parte final de los primeros cuarenta y cinco tuvo a un Banfield que siguió controlando el juego y a un equipo de Miguel Russo que continuó sin mostrar nada bueno y que agudizó su mal desempeño, teniendo como un único argumento la apuesta a una jugada individual que nunca llegó. El Taladro tuvo el segundo, pero Broun se lució y el pitazo de Espinoza fue un alivio para el Canalla, que debía cambiar y mucho para nivelar la historia.
Russo tomó nota de lo no hizo el equipo. Modificó el esquema que había planificado y mandó a jugar a Giaccone en lugar de Ciccioli, pasando Komar al lateral. Además, Ortíz, otra vez de flojo encuentro, se quedó en el vestuario y el que salió a jugar el complemento fue Toledo. Con un volante el partido tuvo más lucha en la mitad de la cancha, aunque duró poco, ya que el local continuó dictando las condiciones en el desarrollo del juego.
¿Y la modificación de esquema tuvo resultado? Definitivamente no. Y más después de la segunda cachetada que le propinó el Taladro por intermedio de Álvarez para empezar a liquidar el juego. Central jugó muy mal con cinco en el fondo y también con cuatro. El 3-0 del ingresado Soraire fue la frutilla del postre de una noche verdaderamente negra para el Canalla.
Si bien todas las derrotas duelen, esta que Central que sufrió en cancha de Banfield no debe ser una más. Los problemas son cada vez más profundos, con jugadores que fueron importantes pero hace rato que no aparecen y las estrategias del entrenador no dan en la tecla. Encima, las herramientas para afrontar lo que queda son menos que las que tenía antes del receso. Las cartas están echadas, pero hay una oportunidad y son los días que aún le quedan a este mercado de pases.