El papa Francisco recibió ayer en el Vaticano a la nueva cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), en la primera reunión oficial tras el recambio de autoridades eclesiásticas de noviembre pasado y les confirmó que “no es el momento oportuno” para su visita al país.
El pontífice se reunió durante cerca de media hora con el nuevo presidente de la CEA y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, el vicepresidente primero y arzobispo porteño, el cardenal Mario Poli, el vicepresidente segundo y obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, y el secretario general y obispo de Chascomús, Carlos Malfa.
“Le transmitimos el deseo del pueblo argentino de que el Santo Padre viaje. Pero nos dijo que este no es el momento oportuno”, afirmó Ojea en declaraciones a la prensa tras la reunión.
“Respetamos esta decisión, y esperamos que venga en el momento justo para el país”; agregó el presidente de la CEA.
No estuvo sobre la mesa, confirmó Télam, una invitación formal al pontífice para que visite la Argentina, más allá de que el vocero papal Greg Burke aseguró en 2017 que durante 2018 “no estaba previsto” un viaje de Bergoglio a su país natal.
“Fue un encuentro fecundo, hablamos de la necesidad de unidad en el episcopado en torno al magisterio del Papa. Francisco nos pidió que tengamos coraje en la forma de vivir el Evangelio y de iluminar la situación concreta del país”, agregó Ojea.
La reunión de ayer se dio con “agenda abierta”, según fuentes eclesiales, aunque en un marco de hermetismo al punto que se canceló la difusión de un comunicado previsto por la CEA.
El encuentro de poco más de treinta minutos en la biblioteca privada del palacio apostólico no fue sin embargo el primer cara a cara entre Jorge Bergoglio y la conducción eclesiástica, que ya se había reunido con el Papa en privado durante la semana en la residencia de Santa Marta, confirmó Télam de fuentes vaticanas.