Unos 100 micros llegaron este miércoles desde Rosario a la marcha del #21F. Muchos de los trabajadores que viajaban fueron interceptados por la Gendarmería a la salida de la ciudad, pero la cosa no pasó a mayores. “Los detuvieron y les hicieron mostrar las valijas. Dijeron que estaban cumpliendo órdenes”, contó el secretario general de Sadop, Martín Lucero, a El Ciudadano.
Más allá del inconveniente que Lucero calificó como “totalmente innecesario” y que demoró la llegada de los trabajadores rosarinos a Buenos Aires, gremialistas locales que participaron coincidieron en que la movilización “superó las expectativas”.
Entre los participantes estuvieron los gremios nucleados en la CGT San Lorenzo (Soepu, Ceramistas, Municipales, Aceiteros, Papeleros y Químicos), el Movimiento Obrero Santafesino, el Movimiento Sindical Rosarino (La Bancaria, Sadop, Municipales, Luz y Fuerza, entre otros), las cinco regionales de la CGT provincial y las dos CTA (Prensa, Amsafé, ATE, entro otros). También estuvieron Obras Sanitarias, el Sindicato de Dragado y Balizamiento, Recolectores, la Asociación del Personal de la Junta Nacional de Granos, la Federación Aceitera, la Coad y el Sindicato Norte.
“La marcha superó las expectativas. Mucha gente fue con los gremios, pero otra llegó por su cuenta. Hay una antipatía con este gobierno que crece”, expresó el titular de Dragado y Balizamiento de Rosario, Edgardo Arrieta, en diálogo con El Ciudadano.
Lucero consideró que el 21F fue “una expresión genuina del hartazgo que hay en diferentes sectores respecto de la política que viene llevando adelante el gobierno nacional”.
Sonia Alesso, secretaria general de Amsafé y CTERA, valoró la “multitudinaria movilización de trabajadores” y cuestionó la doble vara que utiliza el gobierno nacional con el líder camionero Hugo Moyano, principal convocante a la marcha: “Moyano era rubio y de ojos celestes cuando inauguró una estatua de (Juan Domingo) Perón con (Mauricio) Macri. Ahora es estigmatizado. El gobierno no persigue la corrupción, sino tendrían que ir presos ellos, persigue a los que luchan”.
La gremialista pidió además con la continuidad del plan de lucha: “Con paro o marcha, hay que seguir este camino. Hay clima de pelea”.
Unidad combativa
Luego de distanciamientos durante el gobierno de Cristina Kirchner, las políticas de Cambiemos reacomodaron el armado del movimiento obrero y hoy se ven dos sectores claros: combativos y dialoguistas.
Lucero consideró que la marcha de ayer “es un paso más en la unidad del sindicalismo combativo”, haciendo referencia a los gremios que participaron de la movilización. Además, cuestionó a los que no estuvieron: “Ya quedó demostrado que el diálogo con este gobierno no sirvió para nada, fracasó. No se logró nada buenos para los trabajadores. Hay que pasar a una etapa de mayor movilización”.
Por su parte, Arrieta recordó los dichos del triunviro de la CGT nacional Juan Carlos Schmid, quien aseguró que esa modalidad de liderazgo se agotó y la central debe convocar a un congreso normalizador: “Las diferencias son abismales. Están los que se disciplinan con el gobierno y los que creemos que hay que enfrentar este modelo económico”.