Para la Fiscalía, Gustavo «Tuerto» Ramos es el organizador, quien se hizo cargo de la banda tras la caída de su medio hermano Esteban Lindor Alvarado en febrero y fue acusado como instigador del crimen del prestamista Lucio Maldonado de noviembre pasado y como jefe de una asociación ilícita. El Tuerto dijo en la audiencia imputativa de este viernes que estaba sentado frente a la jueza porque es pariente del Esteban, como le dicen a Alvarado, pero que no tiene nada que ver. Esta aclaración no le valió de mucho. Para la magistrada las evidencias presentadas por la acusación mostraron que fue de central importancia para la continuación de la organización tras la detención de su hermano y aceptó la imputación fiscal. A su vez, dictó le prisión preventiva por el plazo de ley y le negó el pedido de la defensa de alojarse en un penal de San Lorenzo. El fiscal de Gravedad Institucional Matías Edery remarcó que «hay evidencia que muestra la existencia de contactos de Alvarado con miembros de la fuerza de seguridad en San Lorenzo».
Gustavo «Tuerto» Ramos tiene 46 años. Su medio hermano, Esteban, fue imputado, entre otros delitos, como la cabeza de una asociación ilícita dedicada a cometer delitos indeterminados que funcionó desde septiembre de 2018 hasta finales de abril y contaba con tres estamentos. Uno dedicado a ejecutar hechos delictivos, proveer armamento, vehículos, entre otras tareas. El segundo se dedicaba a brindar información e impunidad al grupo y el tercero estaba abocado a la faz económica caracterizada por un entramado de empresas dedicadas a la logística, venta de autos y transporte que proveían bienes y estructura a la empresa criminal, explicaron fiscales del caso Luis Schiappa Pietra y Matías Edery.
Tras la caída del Esteban, el Tuerto se hizo cargo del tercer estamento de la organización, según aseguraron desde la acusación y citaron una serie de evidencias para respaldar este planteo, entre ellos, mensajes de Whatsapp donde su hermano le daba directivas como que suspenda una venta de un vehículo, cómo tenía que facturar, qué hacer con una propiedad o le preguntaba si le había pagado a un cliente. En ese marco, la Fiscalía explicó que Esteban dirigía los destinos de las empresas, los bienes, cuáles eran las personas designadas para las tareas y cómo y cuándo se hacían las cosas. Cuando le sale la captura, Esteban ordenó el vaciamiento, dijeron los fiscales en la audiencia y pasaron un mensaje de Telegram del 23 de diciembre para ilustrarlo: “No… hay que cerrarla, Gustavo, hay que cerrarla… hay que cerrarla, sacar los camiones, venderlos”, se escuchó y la voz fue atribuida a Esteban.
También citaron una conversación entre dos miembros del grupo que están detenidos. Se trata de Leandro Suárez y Nicolás «Fino» Ocampo, son del 8 de febrero, el día de la detención del Esteban y dicen: “Mirá, Nico, yo ya hablé con el hermano, hablé con todos, si no se preocupan ellos, boludo… A mí me pone mal porque es mi amigo, boludo, es una cosa de locos. Dicen sí, hoy sí o sí que lo trae, boludo, yo ya no sé más qué decirte. Yo pregunto, pregunto y a mí nadie me dice nada. No sé qué onda”, dijo Suárez.
Media hora después hubo otra comunicación donde el otro interlocutor contestó: “Nos citó el pibe a nosotros, todo bolazo”… Y sigue: “Yo sé que ustedes se quieren mover todo, pero todas las cosas tienen que pasar por mí ahora, porque mi hermano me mandó a decir que las cosas tienen que pasar por mí (reprodujo el mensaje que dio el Tuerto). Nada que ver, si nosotros nos juntamos con el abogado y no dijo eso el otro (por Esteban)”.
A este mensaje le siguió la réplica del Fino: “Sí, sí pero viste cómo es, un barrilete. Ayer largó eso –por la designación de la jefatura– y hoy estaba pidiendo escupidera; que lo dejaron solo con todo. Si pediste agarrar el timón hacete cargo. ¿Y qué querés, agarrar el timón y te maneje el barco otro? Tomatela”, se quejó.
A esta evidencia sumaron documentación que se encontró en la firma Logística Santino, donde Tuerto no estaba inscripto ni como socio, ni como empleado. Hay anotaciones a nombre de Gus, cheques, cobros, cargas de combustible. Para la Fiscalía tras el paso a la clandestinidad, Esteban manejaba el tercer estamento de la organización a través del Tuerto. Los funcionarios explicaron que para cometer los delitos que le fueron achacados a la banda necesitaban tener una estructura económica y una logística muy grande que lo brindaba este estamento.
El Tuerto
“Soy hermano de Esteban Alvarado, por eso debo estar acá”, dijo el Tuerto cuando hizo uso de la palabra en la audiencia de este viernes. Agregó que tras estar preso –este año terminó de cumplir en Córdoba por infracción a la ley de estupefacientes 23.737– el dueño de una empresa le dio trabajo como encargado de una firma y por eso fue allanada. “Yo tengo un transporte que se llama Mili y me embargaron la cuenta”. Y contó que su asesor le dijo del embargo y por eso se presentó en la Justicia.
Además, el Tuerto aseguró que tiene un solo camión que es de 1983 y cuando tiene poco trabajo va a otras empresas de transporte a ofrecer su servicio, donde pide adelanto de gasoil y sale con el viaje, luego le queda el 6 por ciento del servicio. «Ese monto se paga en cheques», explicó.
A su vez, el hombre dio explicaciones sobre la venta de una chata, circunstancia que aparece en algunas comunicaciones. Dijo que era amigo del dueño y tuvo problemas porque la camioneta estaba embargada. El tuerto no contestó preguntas pero fue respondiendo a las evidencias que había planteado la Fiscalía que lo involucran al caso. Finalmente, pidió que en caso de quedar detenido lo alojen en San Lorenzo por proximidad familiar. A lo que se opuso terminantemente la Fiscalía y dijo que detectaron que su hermano Esteban tiene contactos en la Policía de San Lorenzo.
Su defensor Fernando Arias Caamaño criticó la evidencia utilizada para involucrar a su cliente: dijo que es hermano de Alvarado, por eso lo iba a visitar a la cárcel y figuraba en la agenda de contactos. «No hay órdenes de su hermano para que Ramos cometa un delito», dijo. Y aseguró que la conversación que cita a un hermano de Alvarado como el encargado tras su caída es entre terceros y ni siquiera especifica de qué hermano habla, argumentó el defensor. Y pidió el rechazo de la imputación por atípica, y por consiguiente la libertad o subsidiariamente una domiciliaria. Pero la Fiscalía resaltó que ya son 15 los imputados en esta asociación ilícita y explicó que el Tuerto al declarar dijo que tenía contacto con el transporte de su hermano cuando Esteban dijo que no tenía empresa de transporte.
Los fiscales agregaron que el Tuerto tuvo una condena a 12 años por tráfico de estupefacientes en Córdoba, la cual venció a principios de 2019 y su participación en esta causa también consistió en amenazar al testigo de identidad protegida para quedarse con una casa que el hombre tenía en el barrio Tierra de Sueños 2, que luego fue ofrecida como bien de capital para formar la empresa Toia SRL que es parte de este entramado de firmas. La Fiscalía detectó 109 vehículos y 35 propiedades y sostuvo que la manera de frenar estas empresas criminales es atacando la estructura económica porque aun con sus jefes presos estas organizaciones siguen cometiendo delito por la estructura económica que tienen.
Tras escuchar a las partes, la jueza María Melania Carrara resolvió aceptar la imputación fiscal y dictar la prisión preventiva de Gustavo Ramos por el plazo de ley.