Por: Matías Maximo / cosecharoja.org
Es simple. Para pedir una prisión domiciliaria se necesita un domicilio. Sin domicilio, no hay posibilidad -más allá del asma, la inmunodeficiencia o la enfermedad de riesgo que sea- de pedirla. La mayoría de las personas travestis y trans en Argentina no tienen casa, viven en pensiones que pagan con el día a día que les deja dedicarse a la prostitución. También hay algunas que se las arreglan con el narcomenudeo: son dealers, venden cocaína porque hay mucha demanda y no está legalizada. Para el Código Penal estos son delitos menores y el arresto domiciliario no sería un peligro para otrxs. Pero no pueden: en la escala de derechos humanos están en bajo cero.
-Acá en el pabellón somos 24, la mayoría tenemos algún problema de salud. No podemos salir al patio por las medidas de aislamiento, así que empezamos a usar el pasillo como si fuera el comedor.
Emilse Lobo habla con Cosecha Roja desde el pabellón 11 de la Unidad IV de Ezeiza. Habla bajo, porque el único teléfono al que se le puede hablar está al lado de una guardia que escucha toda la conversación. Está presa hace dos años y 4 meses, cuando se peleó con su marido (del que se quiere divorciar) y la metieron adentro por lesiones; su condena todavía no está firme. Ya había estado detenida antes, en 2012:
-Esa vez fue el infierno. Una guardia me tiró encima un colchón que se estaba prendiendo fuego y cerró la puerta de la celda, me quemó varias partes del cuerpo. Me violaron, me agarré vih y ahora tengo problemas pulmonares y tuberculosis multirresistente.
Emilse no es propietaria, pero tiene la posibilidad de ir a la casa de una amiga de toda la vida en Moreno, donde también vive su sobrina. Ya inició las acciones para preservar su salud yendo a esa casa, que es amplia y le garantizaría mejores condiciones. Todavía no recibió la respuesta del Juzgado.
Según el último relevamiento del Tribunal de Casación Penal al 22 de agosto de 2019 había tres detenidas trans en comisarías, mientras que el Servicio Penitenciario Bonaerense aloja a 100 internas trans en dos unidades y una alcaidía. En la Unidad N° 32 de Florencio Varela son 60 personas en los pabellones 2 y 11 de diversidad sexual y de género. Además, hay pabellones de diversidad sexual en la Unidad N° 2 de Sierra Chica y uno de población trans en la Alcaidía de Batán.