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Para transformar discurso en realidad

ONG propone una “casa del comienzo” donde internas puedan capacitarse.

Primero fue hacerlas visibles. Después, buscarles un lugar en la agenda pública. Luego, devolverles la voz. Ahora, la ONG Mujeres Tras Las Rejas se propone buscar un espacio físico para que las internas de la Unidad Penitenciaria Nº5 de Rosario puedan capacitarse y trabajar. Para eso, la presidenta de la organización, Graciela Rojas, invita a toda la población a apoyar con un voto electrónico el proyecto Casa del Comienzo, que concursa hasta el 15 de febrero próximo por un subsidio económico que otorga la Fundación Mapfre.

“Cumplimos diez años y nos parece que es el momento de patear el tablero: de darles a las chicas oportunidades concretas y reales, no discursivas”, dijo Rojas, quien explicó que la iniciativa propone un espacio de capacitación, producción y comercialización para que las mujeres privadas de la libertad, las que gozan de salidas laborales o las que ya cumplieron condena tengan la oportunidad de ingresar a una red de trabajo que les sirva “como un puente entre el adentro y el afuera”.

“Cuando con Raquel Miño nos propusimos trabajar con mujeres presas (allá por 2006), que vienen de sectores muy vulnerados y son muy vulnerables, nos dimos cuenta que es indispensable instalarles el concepto de trabajo dentro de la legalidad. Ha sido un objetivo importante para nosotras, que hemos ido caminando por pautas pequeñas. Primero hacerlas visibles, después ponerlas en la agenda pública, después darles la voz. Ahora, nos largamos al ruedo a ver quién puede darnos un espacio para satisfacer una demanda que tiene el Estado. Porque la ley y el protocolo instalado es un discurso muy bonito, pero en la realidad, respecto a las mujeres, no se cumple”, explicó Rojas a El Ciudadano.

En ese sentido resaltó que las mujeres privadas de la libertad son en su mayoría jóvenes, pobres, desafiliadas y con escasa o nula educación. “No están insertas en el mercado laboral, no están insertas en el mercado educativo. No están insertas en el mercado de salud. Llegan al penal con profundas falencias físicas, muchas son analfabetas y con problemas graves de adicción. ¿Qué le podemos pedir a una persona que no ha tenido ningún recorrido de protección, de ningún nivel, que no ha tenido un techo digno, no ha tenido una relación parental protectora y que el Estado ha estado siempre ausente, y sólo aparece cuando las atrapa?”, se preguntó Rojas para resaltar que la cárcel no otorga ninguna capacitación para mujeres, lo que dificulta pensar una vida posible después del encierro.

De eso se trata el proyecto Casa del Comienzo, que busca financiamiento. “Concretamente lo que esta ONG propone es una casa, que le pusimos ese nombre porque es un inicio de dignidad, de vida, de reconocimiento del sujeto; para que las chicas tengan un espacio viable, posible y concreto en el afuera que les permita vehiculizar una salida laboral”, explicó.

La iniciativa fue presentada por la ONG Mujeres Tras Las Rejas en la Convocatoria de Proyectos de la Fundación Mapfre, que tiene abierta la votación hasta este 15 de febrero próximo (mañana) en https://convocatoriadeproyectos.fundacionmapfre.org/frontend/job/viewjob/223/. Las cinco iniciativas más votadas serán evaluadas por un jurado que premiará un proyecto con 30 mil euros.

Los argumentos que plantea Rojas cuando invita a poner un simple voto electrónico para financiar el proyecto son claros: “En este marco tan instalado de que la gente pobre es responsable de la inseguridad tenemos que pensar, más en el caso de las mujeres, cuál es la posibilidad de que no delincan. Para que no caigan en el delito debemos pensar que tengan acceso a ser ciudadanos de primera. Y para eso uno tiene que tener educación, capacitación, vivienda digna y salario digno. En ese camino hay que votar”, resumió.

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