“Una historia de tango al desnudo”, refirió Pecky Land, a modo de resumen, al hablar con El Ciudadano sobre Tango Salvaje, su nueva obra que estrenará esta noche, desde las 21, en el teatro Broadway de San Lorenzo 1223.
Y es que después del éxito alcanzado con el varietè Glamorée, la directora y coreógrafa no se detiene y llega para mostrar su nuevo espectáculo, en donde buscará “desnudar” el tango con su fiel estilo.
Con gran despliegue escenográfico la propuesta contará con una orquesta compuesta por quince músicos en escena bajo la dirección y arreglos de Leonel Lúquez; las voces estelares de Carla Ibáñez y Javier Miglied del cuartero El Bacán; y las parejas de bailarines Tamara Bisceglia y Federico Paleo, Germán Salvatierra & His Fabulous Four, y Yanina Di Pietro y Gustavo Sarich. Además, será de la partida el Ballet Glamorée con veinte bailarines en escena.
En una recorrida que comienza a mediados del siglo XIX y se extiende hasta el presente, en Tango Salvaje hay una búsqueda por trazar un recorrido imaginario a través de la historia de este singular género nacido de la fusión cultural entre inmigrantes europeos. Es así como, entre recuerdos históricos –contados, cantados y bailados– su directora irá formalizando esta evolución.
Desde la conformación del tango hasta los nuevos abordajes y fusiones representado con fuerza en el subgénero electrónico, la obra hace un recorrido para mostrar esos cambios. “Y allí se va viendo la evolución”, dice Pecky Land, quien cuenta que utilizó varias composiciones para mostrar esa ruptura.
“No es lo mismo bailar «La Cumparsita» que un tango electrónico; no pongo la misma coreografía en un tango de 1940 que en otro electrónico de este tiempo: Si la música evolucionó, el baile también lo hizo”, destacó en diálogo con este medio quien hasta hace poco trabajó en la capital porteña en la dirección coreográfica, el diseño de vestuario y la realización de escenografía de La Revista de Buenos de Aires.
Con la idea de aggiornar el género, la directora rosarina adelantó que se verán movimientos que aún hoy podrían ser escandalosos para ciertos puristas, como bailes entre personas del mismo sexo o tango sobre tela.
Fiel a su estilo, Pecky Land dice que nada está librado al azar. Y, sobre la puesta en escena y apropiación que hace del escenario, cuenta que se hará mucho uso de imágenes para acompañar la narración: “Vamos a utilizar pantallas de led, pero la cosa no se quedará sólo en lo tecnológico porque, en cuanto a lo musical, incorporaremos una orquesta para que toque la música en vivo. Va a ser un espectáculo increíble porque habrá muchos artistas en escena”.
“Siempre prioricé lo artístico sobre lo comercial”, asegura Pecky Land, quien confiesa que “podría montar un espectáculo sin tanta escenografía, sin orquesta, con pistas grabadas, sin tantas artistas en escena, pero apuesto a todo lo contrario: convoco a un ballet de 24 bailarines. Tengo un gran respeto por el público”, concluyó quien supo desempeñarse en Rosario como directora y coreógrafa de todas las ediciones del exitoso espectáculo Glamorée y además tuvo a su cargo la elaboración artística de espectáculos de tango que giraron por todo el mundo.
—¿Qué queda cuando desnudás el tango?
—Queda la esencia. El tango es infinito; es un sentimiento de tres minutos.
—¿Qué representa el tango en tu existencia?
—El tango (piensa)… es parte de mi vida. Si te contara por qué, lo entenderías: mi padre fue director de orquesta y tocaba siete instrumentos entre los que se encontraba el bandoneón. Me acuerdo cuando era chica que me sentaba junto a él y lo escuchaba tocar melodías de tango. Muchos me siguen haciendo acordar a él. Y, por otro lado, mi madre fue una gran bailarina.
—Tomaste algo de lo mejor de los dos…
—Sí, es cierto; a pesar de que mi formación, desde muy chica, fue clásica. Después, desde los treinta y pico me dediqué enteramente al tango y lo llevé por todo el mundo.
—Con Glamorée pusiste a Rosario en un lugar al que, su público, no estaba acostumbrado. ¿Qué imaginás que sucederá con “Tango Salvaje”?
—Creo que va a pasar lo mismo porque la gente que venga se va a encontrar con un espectáculo completo y muy cuidado. Y visualmente lleno de magia. Lo más importante para nosotros es que los que vengan salgan felices y sientan que les llenamos su alma con lo que vieron arriba del escenario.