El Senado paraguayo destituyó por 39 votos a favor y 4 en contra al presidente Fernando Lugo, por “mal desempeño en sus funciones”, en un veloz juicio político por las 17 muertes registradas durante el desalojo de una hacienda la semana pasada. El procedimiento legal fue cuestionado tanto por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) como por la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo secretario general, José Miguel Insulza, minutos antes de la votación, había advertido sobre las consecuencias negativas que podría acarrear en la vida democrática del país. A Lugo –quien calificó el proceso en su contra de “golpe parlamentario con ropaje jurídico”– lo sucederá el vicepresidente Federico Franco, del conservador Partido Colorado. En tanto, después de la votación se desató una ola de protestas por parte de los seguidores de Lugo que fueron reprimidos por la policía en las calles de Asunción.
Horas antes de enfrentar el “juicio exprés” con que el Parlamento, de mayoría opositora, destituyó al presidente Lugo, el propio mandatario presentó una “acción de inconstitucionalidad” ante la Corte Suprema y aseguró que su gobierno “ha sido transparente y honesto, de cara a la ciudadanía”.
Reconoció que “nunca (tuvo) una comunión ideológica” con su vicepresidente, Federico Franco, del Partido Liberal, quien lo sucede en el cargo.
El Congreso había resuelto intempestivamente anteayer iniciar un juicio político a Lugo por presunto “mal desempeño en sus funciones” tras el enfrentamiento entre policías y campesinos que, durante una toma de tierras en Curuguaty la semana pasada, dejó un saldo de 17 muertos.
El Partido Liberal, de mayoría parlamentaria, había anticipado que el presidente sería destituido, y que en su lugar quedaría Franco, que responde a esa fuerza política, lo que al final sucedió en la tarde de ayer.
Lugo había adelantado que iba a acatar lo que se decidiera en el juicio, pero lo calificó de “golpe parlamentario con ropaje jurídico”.
Advirtió que impulsará “una resistencia” desde “otras instancias organizativas” y remarcó que cuenta con “un gran apoyo popular” y agradeció los llamados de respaldo que recibió de pares de la región.
“Es más que un golpe de Estado al presidente, un golpe parlamentario con un ropaje jurídico, con una herramienta como es el juicio político pero con motivos que no se ajustan a la verdad”, describió Lugo, y enfatizó que los motivos esgrimidos por la oposición para iniciarle el proceso “no ameritan” impulsar ese mecanismo. No obstante, ratificó que afrontará la destitución, a partir del “apoyo popular” y de los “sectores más vulnerables de la sociedad paraguaya”.