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Paraná, un río de plástico gracias a Coca Cola, Arcor, la producción y el consumo irresponsables

Botellas descartables de bebidas, bolsas y envoltorios de alimentos. Es lo que, de nuevo, recolectaron los voluntarios en el Camping Municipal, Costa Alta y Rambla Catalunya. También, sorbetes, que están prohibidos en Rosario, colillas de cigarrillos. Los estudios que alertan sobre el peligro

Desde 2016, el colectivo Más Río Menos Basura, organiza una vez al año, sobre el final del mismo, una jornada de recolección y clasificación de residuos en la ribera del río Paraná. La semana pasada presentó los resultados de la edición 2023 en los cuales sobresalió, otra vez, el plástico. Mayoritariamente, bajo el formato de botellas descartables de bebidas gaseosas, y entre estas, las de una marca en especial, la de mayor venta. Le siguieron bolsas de alimentos, snacks y golosinas, con otra gran empresa liderando por lejos el logo de esos envoltorios. También, vasos y vajilla descartable, en particular cucharitas. Lejos en volumen, pero llamativo por su alta toxicidad, se recogieron además unas 11 mil colillas de cigarrillos.

Fueron poco más de un centenar de voluntarios los que recorrieron las playas del Camping Municipal, Costa Alta y la zona de la Rambla Catalunya recolectando en pocas horas un volumen tal de basura que alcanzó para llenar siete contenedores. Los organizadores aclaran: no se trata de acciones para «limpiar» la ribera y descontaminarla. El objetivo es mostrar cómo se pone en riesgo el Paraná y su costa, generar conciencia ciudadana, proponer políticas públicas que promuevan una producción y un consumo más racional y sustentable. Y en algunos casos, llamar la atención sobre normativas que ya existen pero las autoridades no hacen cumplir. Por ejemplo, en la clasifición sobresalieron los 1.128 sorbetes plásticos de un solo uso que en Rosario están prohibidos por la ordenanza 10.158 de enero de 2021 pero, por lo visto, se continúan utilizando.

Fotos: Eduardo Bodiño y Gisela Ardit.

 

Más Río Menos Basura la integran el Taller Ecologista, el colectivo El Paraná no se Toca, STS Rosario (Soluciones Tecnológicas Sustentables), Greenpeace Rosario y la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL), entre otros. En la sede de esta última se presentaron el jueves pasado los resultados de la última campaña, la octava, de recolección y análisis, junto a Eco-Río y Global Shapers Rosario.

Mirko Moskat, miembro del Taller Ecologista, explicó que luego de la clasificación por diferentes ítems, se hace un pesaje y el conteo de cada grupo. Son dos planos que permiten generar información sobre lo que se descarta en las playas de la ciudad.

Los principales objetos encontrados, en volumen y cantidad, fueron botellas de bebidas y tapitas. Más de 800 de cada una. Le siguieron envoltorios plásticos, alrededor de 500, 257 vasos de plástico, 132 artículos de vajilla descartable, con las cucharitas como principal elemento.

 

Todo va peor con…

Fotos: Eduardo Bodiño y Gisela Ardit.

 

A pesar de que muchos de los objetos que se encontraron no tienen marcas fácilmente identificables (colillas de cigarrillo, sorbetes, vasos plásticos, vajilla descartable), se recolectó una gran cantidad de residuos cuyas etiquetas estaban reconocibles. Como en todas las jornadas anteriores, la empresa Coca Cola se ubicó en un lejano primer lugar. El ranking de las cinco primeras se completa con: Grupo Arcor, Pritty SA, PepsiCo y Produnoa. Son las empresas que año a año sobresalen entre las principales responsables de producir o comercializar productos cuyos residuos terminan en las riberas rosarinas del Paraná.

 

Plásticos en el «río de la vida»

“El plástico es un contaminante que ya se encuentra en todos los rincones del planeta y llega a nuestros cuerpos a partir de lo que comemos, de lo que tomamos y del aire que respiramos. Incluso, un estudio científico publicado en febrero de este año halló microplásticos en todas las placentas humanas analizadas, lo que muestra la profundidad del problema”, destacaron desde Más Río Menos Basura.

La investigación de referencia, publicada en la revista Toxicological Sciences, concluyó que entre los nano y micro plásticos identificados en las placentas se destaca, con el 54% del total, el polietileno. Es el más común, utilizado para la fabricación de bolsas o botellas de un solo uso como las recolectadas a orillas del Paraná. Otros polímeros detectados fueron el cloruro de polivinilo y el nailon (10% cada uno), el polipropileno y otros 8 compuestos.

Nidos de plástico: investigadores de Rosario y Santa Fe exponen un consumismo tóxico para la vida

Los estudios sobre la peligrosidad de los plásticos tienen historia en la región. Hace tres años, una investigación llevada a cabo por especialistas de Rosario y Santa Fe con la colaboración ciudadana expuso los efectos de la proliferación de envases, bolsas y otros descartes sobre la fauna local. Entre 1996 y 2016, en la Argentina se cuadruplicó el consumo de plástico por habitante, según datos de la Cámara sectorial. La mayor parte termina desechado, sin reciclado ni cuidados, en el ambiente. Sus consecuencias están reflejadas en ese trabajo dirigido por la ingeniera Clara Mitchell (UNR) y el doctor Martín Blettler (UNL) publicado en la revista científica Science of the Total Environment. El 60 por ciento de los encuentros tóxicos entre plásticos y animales que se relevaron tuvo un final letal.

Un nido con cubiertos plásticos descartables de la Feria de las Colectividades de Rosario en 2019. Foto de Alexis Grimberg.

 

Los contactos registrados entre plásticos y fauna del Litoral reconocen un paralelo con los materiales clasificados por los voluntarios de Más Río Menos Basura. Por ejemplo, una de las imágenes muestra un nido de pájaros construido con cubiertos plásticos que se descartaron en la edición 2019 de la Feria de las Colectividades de Rosario.

Plásticos en el río de la vida: encuentran por primera vez micropartículas en la sangre humana

En 2022, investigadores holandeses hallaron por primera vez en una muestra reducida la presencia de microplásticos en la sangre humana. El descubrimiento plantea interrogantes sobre una posible penetración de estas partículas, presenten cada vez en mayor proporción en el ambiente, en los órganos. Los impulsores del estudio, publicado en la revista Environment International, analizaron muestras sanguíneas de 22 donantes anónimos, todos voluntarios con buena salud, y descubrieron microplásticos en 17 de ellos.

“Nuestro río de la vida, por así decirlo, tiene plástico“, resumieron la alarma los investigadores, encabezados por la informante Heather Leslie.

La mitad de las muestras analizadas contenía rastros de PET (politereftalato de etileno), uno de los plásticos más usados en el mundo, en particular en la fabricación de botellas descartables y fibras de poliéster. Más de un tercio tenía poliestireno, usado entre otras cosas para el envasado de alimentos. Y un cuarto de las muestras, polietileno.

La concentración global de partículas de plástico en la sangre de los 22 donantes ascendía a una media de 1,6 microgramos por mililitro, lo que es comparable a una cucharadita de plástico cada mil litros de agua. Una cuarta parte de los donantes analizados no tenía cantidades detectables de partículas de plástico de ningún tipo.

 

Antes de que sea muy tarde

Desde Más Río Menos Basura expresaron una serie de demandas y propuestas para abordar esta problemática:

La primera es que el Ejecutivo Municipal aplique correctamente las ordenanzas que buscan regular el uso de plásticos descartables, logrando un real cumplimiento, por ejemplo de la ordenanza Nº 10.158, que prohíbe la entrega de sorbetes descartables.

La segunda, fomentar alternativas para evitar el uso de envases descartables a través de la reutilización. Graneleando y Vienen y Van son dos proyectos llevados adelante por organizaciones ambientalistas que buscan, respectivamente, promover la venta a granel en envases reutilizables y el uso de envases retornables de vidrio.

Por último, reclaman al Concejo Municipal que retome la discusión de nuevas normativas que permitan reducir significativamente el uso de plásticos descartables en la ciudad de Rosario.