El diario La Voz del Interior, fundado en 1904 en Córdoba y hoy el medio más importante del Grupo Clarín en la provincia mediterránea, abrió un “ofrecimiento” de retiros voluntarios y comenzó a presionar a trabajadores para que los tomen. Así lo denunció el gremio de Prensa local, Cispren, que denunció un plan para despedir a 50 personas y reducir la planta. “Son despidos encubiertos: en La Voz no sobra nadie. Es un problema de política empresarial, y los compañeros no tienen por qué pagar los platos rotos”, denunció una trabajadora a través de las redes sociales, desde la puerta del medio, en el marco de una medida dispuesta por los trabajadores que no tiene antecedentes desde la recuperación democrática: paro y movilización.
Según denunció el sindicato, hace poco más de un año La Voz ya había abierto retiros voluntarios y logró desvincular a 80 personas. Pero hace 15 días despidió a tres empleados del área comercial ante lo cual la comisión interna de la empresa y el Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (enrolado en la CTA Autónoma) denunciaron los despidos en el Ministerio de Trabajo de la provincia y en la Secretaria de Trabajo de la Nación. Pese a la rápida acción en los días siguientes “más de 20 trabajadores y trabajadoras fueron amenazados” con modificaciones sustanciales de las condiciones laborales, desvinculaciones “voluntarias” o despidos.
El Cispren denuncia que se trata de un plan para reemplazar áreas internas por servicios tercerizados, eludiendo la legislación laboral y el convenio colectivo de trabajo. Y marcó que las maniobras patronales alcanzan también los trabajadores del portal web Vía Córdoba, también del Grupo Clarín.
“Estamos defendiéndonos del atropello patronal”, refirió Esteban Liendo, secretario Gremial del Cispren y trabajador de La Voz del Interior. “La empresa ha abierto retiros voluntarios hace una semana, amenazando con que el que no se acoge al retiro voluntario luego va a tener la carta documento o el despido materializado en su domicilio. Entonces, entendemos que son retiros involuntarios y estamos tratando de resistir, defendiendo los puestos de trabajo. En la asamblea hemos decidido decirle basta a los despidos y a los aprietes con un paro”, agregó.
Según cubrió el portal Canal Abierto a las medidas gremiales se sumó la Unión Obrera Gráfica Cordobesa, enrolada en la CGT Regional Córdoba, por lo que el conflicto cobró una dimensión que involucra a dos centrales obreras.
“Hay proyección de mucho más trabajo en la parte de producción. Lo que está haciendo esta empresa es terminar la relación laboral de los trabajadores para luego contratar servicios de terceros o monotributistas”, insistió.
“Hoy tenemos una planta reducida. En 2005 éramos casi 500 trabajadores, hoy somos 240 y tantos”, concluyó el dirigente gremial.
El conflicto ya movilizó la solidaridad de la CTA Autónoma y la CGT Regional: la primera central puso a disposición del Cispren “todos los medios a su alcance para respaldar las medidas políticas, gremiales y legales que sean necesarias para revertir esta injusta situación”, en tanto que la CGT Regional Córdoba también hizo lo propio. “No podemos permitir que más cordobeses se queden sin su fuente de trabajo. Mucho menos cuando son los y las periodistas quienes garantizan, cada día con su labor, la libertad de prensa en nuestra provincia. Convocamos a toda la sociedad cordobesa para que apoye las acciones de las y los trabajadores de prensa y adherimos solidariamente a su plan de lucha”, se comprometió la central sindical.
Extrañeza
“Un paro es una extrañeza en La Voz. Sus empleados no se caracterizan por ser combativos. La empresa lo sabe, y además juega a atomizar situaciones: cada laburante suele ser un mundo. Para todxs aquellxs que tomaron esta valiente decisión, toda mi solidaridad”, escribió el periodista cordobés Gabriel Rosenbaun. Así salió a poner paños fríos con información, cuando usuarios de Facebook comenzaron a recordar la filiación macrista de La Voz del Interior. De inmediato llegó la distinción “que ya tendría que estar clara” de muchos usuarios entre empresa y trabajadores. “Es difícil, para ellos, expresarse en público”, mencionó Rosenbaun.
