Desde la creación del Parque Nacional Islas de Santa Fe, allá por el 2010, comenzó un proceso para desplazar a los isleños que vivían allí. El jueves pasado un operativo de Parques Nacionales y de Prefectura arremetió contra la vivienda de Ramón Castaño, desmanteló su rancho y expulsando al hombre de 72 años del lugar donde vive en la isla Campo El Rico.
Todo ello con la más estricta reserva, sin notificar a su poblador y sin esgrimir ninguna cédula oficial. La misma amenaza se cierne sobre dos familias más, que sufren intimidaciones por un desalojo inminente. La virulencia del gobierno nacional recae sobre pobladores que han vivido y obtenido su sustento de vida en ese lugar por más de tres generaciones.
Agentes de la Administración de Parques Nacionales y de Prefectura aprovecharon que Monchito estaba en la ciudad de Gaboto y arremetieron contra su vivienda. Sus vecinos isleños lo llamaron para advertirle la situación y pudo volver a su hogar para recuperar algunas de sus pertenencias. El resto fueron llevadas por las fuerzas de seguridad a la localidad entrerriana de Diamante.
La intimidación no terminó allí sino que al día siguiente de este violento hecho dos familias isleñas que aún residen en las Islas La Mabel y el Alisillal, fueron amedrentadas telefónicamente por autoridades de Parques Nacionales y les anunciaron que serían los siguientes.
“Nos sorprende la virulencia”
La becaria del Conicet, Mercedes Gomítolo, explicó que desde la creación del Parque Nacional en 2010 comenzó un desgaste sobre las cinco familias que vivían en la zona. En ese momento, una de ellas acordó irse y fijar residencia en Gaboto. En 2014 otra más acuerda relocalizarse en el islote Los Huevos. Por lo que ahora quedan tres grupos familiares, uno de ellos el hombre de 72 años que vive solo y que el jueves fue desalojado.
“Todo se dio sin notificación oficial, eso es parte de lo que nosotros observamos como violencia de los agentes públicos”, explicó la investigadora del Instituto de Estudos Sociales del Conicet-Uner a El Ciudadano.
Gomítolo cuestionó “la virulencia del desalojo de este hombre que tiene cinco chanchos, es algo que no nos deja de sorprender, ¿cuánto daño puede hacer al ambiente un hombre que vive en esas condiciones?”
“Al día siguiente amenazaron a los otros dos pobladores con que ya estaba la decisión del desalojo, ya estaba la Justicia expedida al respecto y sin ninguna notificación oficial, sin tener conocimiento ni respuesta posible ante eso que les estaba pasando. Es una posición de impotencia total”, expresó al tiempo que recalcó que fueron los mismos isleños quienes tuvieron que “rastrear la causa porque no tuvieron una cédula de desalojo en su casa del «juzgado tanto». No, tuvieron que reconstruir el camino para ver en qué juzgado federal estaba y ahora van a entrar en comunicación con el juzgado”.
La becaria del Conicet recordó que los isleños pueden acreditar que viven allí hace tiempo, que incluso durante la década de los 90 hubo una especie de permisos precarios que les expidió la provincia: bajo el título “cuidador ad honorem”, que no reconoce su propiedad pero sí el usufructo de las islas. “Eso nos da a nosotros elementos para dar cuenta de su historicidad, de la cantidad de años que están en el lugar”, agregó. Gomítolo solicitó que la provincia pueda hacer de “puente” para una solución pacífica, para su relocalización y garantizar sus condiciones de vida, ya que mucho de los sectores de las islas son terrenos fiscales santafesinos.
De hecho, la becaria destacó que “las políticas en relación a la conservación del ambiente ya se piensan con la gente adentro y no esta exclusión como se está dando en este caso”.
Sin notificación a la provincia
Desde el Ministerio de Medio Ambiente de la provincia dijeron ante El Ciudadano desconocer este último episodio, al menos el ministerio en cuestión no fue notificado.
La cartera provincial recordó que se trata de una “cuestión netamente federal” ya que para la conformación del parque se sancionó una ley que “le permitió al Ejecutivo donar esas tierras a jurisdicción nacional”. Explicaron que hasta hace no mucho tiempo, Parques Nacionales venía trabajado muy bien y que es una repartición que tiene una política por fuera del color político del gobierno nacional de turno. Por eso les sorprendía este cambio en el accionar.
“Es una vergüenza lo que han hecho con Monchito”
Ciro Requino es tercera generación de isleños. Su abuelo vivió en las islas, su padre también, y hoy él cría a sus hijos en la isla La Mabel. Se gana la vida criando animales. Gallinas, pato, caballos, chanchos, ovejas, y algunas vacas, pueblan su “granjita”. Pero el modo de vida de Ciro hoy se ve amenazado. La Justicia, a instancias de Parques Nacionales, busca desalojarlo del lugar donde vive hace 25 años.
Ciro tiene 55 años y antes de recalar en La Mabel ya había sido corrido de otra isla, El Rico. “La isla donde vivía, que era de mi papá, en el El Rico, lo necesitaban unos portentados, una gente que tenía mucha plata… el terrateniente siempre le pisa la cabeza al pobre. Me dijeron ¿por qué no te vas a la Mabel que ahí no te molesta nadie?”, contó a El Ciudadano.
“A mí me dieron un papel provisorio en el Ministerio de Agricultura y me dijeron «quédate tranquilo que vas a tener todos los papeles para que nadie te moleste en la isla Mabel»”, expresó.
“Cuando la decretaron Parque Nacional yo hacía más de 20 años que vivía. Ahí me empezaron a hacer desastres, matanza de animales, agresión verbal a mi señora”, agregó.
Ciro explicó que tuvo que buscar el expediente porque nadie lo notificó sobre el proceso de desalojo y que por eso mismo este miércoles se va a presentar ante el juzgado federal de Santa Fe. “Es totalmente ilegal, todas las personas necesitan una defensa y ya hay sentencia de desalojo. A lo mejor yo que vivo tanto tiempo en la isla y soy un ignorante no me enteré que cayó la democracia y hemos vuelto a un gobierno militar”, se quejó.
El isleño contó que fue él mismo quien le avisó a Ramón que le estaban desmantelando el rancho: “Es una vergüenza lo que han hecho. Monchito nos dijo «si a mí me sacan de la isla, a los tres meses me voy a morir». Porque él es parte de la isla. Me dio una tristeza…”.
Por último, Ciro está convencido de que buscan desalojarlo por sus denuncias. Por las noches, señala que pasan barcazas sin identificar: “Al hacer turbulencia en el río come la barranca y me tumbó el rancho ya. Ellos que hagan los negocios que quieran pero que pase por la otra orilla. ¿Por qué lo quieren sacar a este islero? ¿Para que no vea eso? ¿Para hacer una zona liberada?”.
El origen del Parque Nacional
En el año 2010 un grupo de islas situadas en la planicie aluvial del río Paraná, provincia de Santa Fe, fueron declaradas Parque Nacional. La creación del Parque Nacional Islas de Santa Fe se dirimió entre dos niveles estatales (provincial y nacional) mediante la aprobación de una serie de legislaciones que sellaron el traspaso de la propiedad de las islas de la provincia a la Nación. El parque se conformó sobre los inmuebles fiscales correspondientes a las siguientes islas: Campo El Rico, el Conscripto, la Gallina, Mabel o Chingolo, El Lago, Del Medio o De Lillo, El Alisillar y Pajas Blancas.