Ante la decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de no dar permisos para elaborar y vender alimentos en las cercanías de la canchas porteñas, y de revocar los que ya habían sido otorgados, los trabajadores realizaron una particular protesta en pleno Obelisco.
La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la Organización de Vendedores en Eventos Masivos (OVEM), con colaboración del Movimiento Evita, protagonizaron una particular protesta durante la mañana del jueves. Entregaron más de mil choripanes a los transeúntes con el fin de visibilizar la problemática y que el Gobierno de la Ciudad acepte llegar a una mesa de diálogo.
El 29 de enero pasado, el Gobierno porteño decidió no otorgar nuevos permisos para elaborar y vender alimentos en la calles cerca de los estadios de fútbol, además de revocar los que ya habían sido emitidos, por lo que ya no habrá puestos legales para cumplir con el ritual de comer algo en la previa de cada partido. con esta decisión son más de 250 familias que se quedan sin trabajo. En la protesta de este jueves pidieron ser regularizados.
El fin de semana pasado en las inmediaciones de los estadios de fútbol las organizaciones sociales que acompañan el reclamo de los trabajadores repartió volantes para expresarse contra esta disposición.
Según el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, en la Ciudad sólo había nueve autorizadas, pero ahora ninguna de ellas tiene permiso para funcionar, más allá que muchas -argumentan desde el gobierno porteño- suelen ser fuente económica para sostener a las barras bravas. El relevamiento del Gobierno porteño en las canchas ubicadas en su ámbito indicó que solo nueve parrillas cuentan con la habilitación correspondiente. Cuatro pidieron la renovación de sus permisos vencidos, pero se toparon con una negativa. De las cinco restantes, tres también tenían el permiso vencido, pero no solicitaron su renovación. De las dos que quedan, una sufrió al revocación de su permiso vigente por temas de «Seguridad» y la restante obtuvo una medida cautelar a su favor y puede seguir trabajando, pero lo tendrá que hacer, a mínimo, un kilómetro del estadio.