Durante ocho meses un enigma sobrevoló General Lagos. ¿Qué pasó con Elsa Mónica Mercuri? La mujer de 61 años vivía en la zona rural junto a su esposo, José María Castro, tres años mayor. Elsa era una ávida usuaria de las redes sociales y de la biblioteca del centro cultural local. A finales de marzo dejó de postear en Facebook y nada se supo de ella. En medio de rumores e hipótesis, el 8 de noviembre la Fiscalía motorizó una búsqueda de oficio que terminó este miércoles donde empezó todo: los restos de Elsa aparecieron a metros de su casa, enterrados en el pozo de un molino. Su pareja, Castro, quedó detenido por una serie de evidencias que se precipitaron en las últimas semanas. Lo acusarán de femicidio. Y este jueves, el fiscal de Flagrancia José Luis Caterina detalló los pasos de la investigación que develaron el misterio.
A Elsa la vieron por última vez el 30 de marzo. Vivía en las afueras de General Lagos, tenía tres hijos producto de la relación con José María Castro y llevaba una vida social activa. De repente, dejó de frecuentar el pueblo y “terminó súbitamente la comunicación en las redes”, recordó el fiscal Caterina a partir de los testimonios que fue recolectando.
El 19 de abril Castro se acercó a la subcomisaría 13ª y dejó asentado que Elsa se había ido de la casa por cuenta propia. Según los policías, dijo que era común que se retirara y que no tenían problemas de convivencias. No hizo denuncia de paradero.
Pasaron meses y se acrecentaron las sospechas, sobre todo de Valeria, una de las hijas, quien a comienzos de noviembre empezó a pedir ayuda para buscar a su madre. Elsa no se había comunicado con ningún familiar como tampoco había contactado a ninguno de sus tres hijos. “¡Desde el 30 de marzo no sabemos nada de mi mamá! Ella se fue de casa sin llevarse el celular porque se había comprado otro y no dejó su nuevo número porque no quería que la busquemos”, decía un posteo de Facebook y los pesquisas sospechan que ése fue uno de los argumentos que Castro le dio a sus allegados sobre la «ida» de Elsa.
Un portal de noticias local recogió el dato y días después la búsqueda llegó a la Justicia, cuando la Unidad Fiscal de Flagrancia del Ministerio Público de la Acusación decidió investigar de oficio.
“La investigación se derivó a la División Capturas de PDI. Se entrevistó a los hijos y se intentó reconstruir las distintas versiones, a lo que sumó trabajo de campo. Hubo contradicciones. Por sospechas articulamos un allanamiento”, detalló Caterina.
Olfato canino
Este miércoles por la noche un grupo de policías de General Lagos, de la PDI, bomberos Zapadores y de la ciudad de Alcorta llegaron, junto a los fiscales Caterina y Adrián Spelta, de Homicidios, al campo donde vivía el matrimonio a 500 metros del kilómetro 275 de la autopista Rosario-Buenos Aires. También fueron a buscar a Castro, que según los fiscales, ya tenía poco contacto con sus hijos.
El olfato de los perros rastreadores llegó al pozo de un molino. Bajo tierra, los policías y bomberos encontraron los restos de Elsa.
Según la Policía, Castro, con los restos frente a él, dijo que la mató durante una discusión y luego escondió el cuerpo. De acuerdo con esta versión, que debe ser refrendada en sede judicial, el hombre explicó que en una fecha que no recordaba con exactitud los dos habían mantenido una discusión durante la que, tras golpearse mutuamente, tomó una soga y comenzó a ahorcar a su compañera. Agregó que ella cayó al piso y él se marchó. Cuando regresó, se dio cuenta de que no respiraba y fue entonces que arrojó su cuerpo al pozo donde encontraron finalmente los restos.
Para el fiscal Spelta, que imputará a Castro, “es un caso claro de femicidio” cometido en un contexto de violencia de género.
Estaba desaparecida, encontraron sus huesos en un pozo y detuvieron a su pareja
“Presumimos de la existencia de un contexto de violencia de género. Tomamos declaraciones a los hijos, que contaron que eran víctimas durante la convivencia, al igual que su madre. Se le va a imputar homicidio calificado por mediar violencia de género –femicidio–”, adelantó. La Policía secuestró en el predio rural ropa, una soga –presumiblemente la utilizada para el crimen– y un machete de 65 centímetros de hoja.
La Fiscalía también aclaró que si bien los rastros encontrados en el lugar y por los dichos del principal imputado todo indica que se trata de Elsa, los restos serán cotejados con ADN de familiares para confirmar la identidad.
Una apasionada de la fotografía
El periodista de General Lagos Andrés Vallasciani recordó que a Elsa le apasionaba la fotografía y solía enviarle fotos que el comunicador replicaba en su muro. “El lugar en el que apareció Elsa Mercuri fue fotografiado por ella misma en 2017. A Elsa la apasionaba la fotografía. Muchas veces me enviaba material; hoy son un legado de la víctima que vuelvo a compartir con ustedes. Siempre me pedía que lo compartiera en mis redes. Yo cumplía siempre con ese deseo porque era algo que a ella le hacía bien”, recordó el comunicador en un posteo.