Por Sebastián Premici / Cadena Sur
El presidente Mauricio Macri pasó de manera rauda por tres provincias de la Patagonia donde habló de la generación de inversiones y puestos de trabajo para sacar al país adelante “entre todos”. Pero las consecuencias concretas de las decisiones políticas adoptadas por su administración durante los últimos tres años lo desmienten rotundamente. Entre diciembre de 2015 y junio de 2018, se destruyeron en la región casi 30.000 puestos de trabajo productivos, según informó el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, que depende de la devaluada cartera laboral. Las principales áreas afectadas fueron la agricultura-ganadería, la industria manufacturera, la construcción, los hidrocarburos, el comercio al por menor y los servicios prestados a empresas.
Tal cual venimos analizando desde Agencia Cadena del Sur, la destrucción de puestos de trabajo productivos en Santa Cruz, Chubut, Tierra del Fuego, Neuquén y Río Negro son el resultado de las distintas decisiones adoptadas por la administración Macri para favorecer a un puñado de sectores concentrados. La apertura masiva de importaciones produjo despidos masivos en Tierra del Fuego (industria manufacturera) y Río Negro (producción de frutas), la flexibilización laboral en el sector petrolero generó masivos despidos en Chubut y Santa Cruz e incluso afectó fuertemente a la zona de Vaca Muerta con despidos y derrames de crudo; el freno de la obra pública impactó en la construcción y el freno generalizado de la economía afectó al consumo (comercio al por menor).
En la industria petrolera se destruyeron 7.339 puestos de trabajo directos entre diciembre de 2015 y junio de 2018. Ni los tarifazos que beneficiaron a las empresas petroleras, ni la flexibilización laboral en el sector aplicada en connivencia con algunos sectores gremiales –como el dirigido por el senador neuquino Guillermo Pereyra– beneficiaron a les trabajadores. De este total, en Santa Cruz se destruyeron 2.893 puestos de trabajo directos; en Chubut fueron 2.155, mientras que en Neuquén las pérdidas fueron de 1.555 empleos.
En Tierra del Fuego se registró la mayor destrucción de empleos fabriles de la región, con un total de 4.951 puestos. Esta masiva pérdida de puestos laborales, que afectó a miles de familias, se produjo principalmente en los primeros meses de 2016 con la anuencia de la gobernadora Rosana Bertone. En toda la Patagonia, se destruyeron 7.843 empleos directos de la industria manufacturera. En Neuquén las pérdidas fueron de 1.188 puestos, mientras que en Chubut llegaron a casi 1.000.
El sector de la Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura perdió un total de 3.318 puestos de trabajo directos. De esta “cosecha”, en Río Negro las pérdidas directas por la apertura importadora de manzanas y otras frutas fue de 1.976 puestos.
Macri no ganó en ninguna de las provincias de la Patagonia. Su imagen en la región es mayoritariamente negativa. El proclamado Plan Patagonia, lanzado con bombos y platillos junto a les gobernadorxs de la región fue una de las principales falacias de su gestión. Lo único que generó dicho Plan Patagonia fueron despidos masivos, ratificados por los datos difundidos a través de la devaluada cartera laboral según el último informe del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.
A diciembre de 2015, les trabajadores registrados del sector privado correspondientes a agricultura-ganadería, industria manufacturera, construcción, petróleo, comercio al por menor y servicios empresariales totalizaban 281.491 (61% del total) mientras que a junio de 2018 –luego de tres años de aplicación de las políticas de la administración Macri– la cifra de empleos registrados descendió a 250.782 (59% del total registrado), es decir 30.709 empleos formales menos. Según el discriminado por provincia, en Santa Cruz se perdieron un total de 8.333 puestos, seguido por Chubut (-7.931), Río Negro (-6.096), Tierra del Fuego (-6.186) y Neuquén (-2.163).
Este es el saldo de los últimos tres años de las políticas de la Alianza Cambiemos para la región patagónica.