Cinco años y ocho meses después de que lo solicitara el fiscal federal Juan Patricio Murray, el titular del juzgado federal Nº2 de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, resolvió convocar a prestar declaración indagatoria y a detener al ex comisario Luis Abelardo Patti, al último presidente de facto Reynaldo Bignone y a otro grupo de imputados en la causa que investiga el secuestro y asesinato, en la postrimería de la dictadura, de los militantes montoneros Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi. Así lo confirmó ayer a este diario el propio Murray, quien añadió que también comenzarán a desfilar por el juzgado federal Nº 2 de San Nicolás, a partir del 9 de noviembre, el ex arquero de Rosario Central Edgardo “Gato” Andrada, sobre quien pesó durante muchos años la sospecha de haber sido “soplón” de la dictadura, cargo que se comprobó cuando se hizo pública la lista del Personal Civil de Inteligencia (PCI) que actuó en el terrorismo de Estado. Andrada fue hasta anoche empleado de Rosario Central y trabajaba en el predio de Cosecha, en Nuevo Alberdi, donde se prueban jugadores de inferiores. Un vocero de la comisión directiva dijo que anoche había renunciado.
También lo harán el ex teniente coronel Pascual Guerrieri, y los ex PCI Ariel Porra y Jorge Andrés Cabrera, sobre quienes también pesa la solicitud de detención por parte del juzgado nicoleño.
El juez Villafuerte Ruzo convocó a declarar también a Luis Américo Muñoz, el segundo de Guerrieri en el Batallón de Inteligencia 121 de Rosario, mientras que la resolución no se expide sobre el último acusado por la fiscalía, el ex teniente coronel Víctor Hugo Rodríguez, alias Chuli, quien fuera secretario privado del Concejo local durante la presidencia del actual diputado Norberto Nicotra.
Rodríguez no es él único hombre cercano a Nicotra involucrado en la causa por el secuestro y homicidio de Cambiaso y Pereyra Rossi. También el mencionado Cabrera, alias Barba, fue empleado dela Defensoríadel Pueblo durante la gestión del ahora legislador justicialista al frente el organismo provincial. Rodríguez es, a la vez, integrante dela Asociación CulturalSanmartiniana “Cuna dela Bandera”, creada en 1996 y dedicada, entre otras cosas, a organizar cada año el denominado Cruce los Andes, siguiendo el camino realizado por el general San Martín.
Patti y Bignone fueron condenados porla Justicia Federalde San Martín por crímenes contra la humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar. Ahora comparten la condición de detenidos e imputados por los asesinatos de los dos militantes montoneros, secuestrados del bar Magnum de Córdoba y Ovidio Lagos, en Rosario, el 14 de mayo de 1983, en los últimos meses de la dictadura. Los cuerpos de Cambiaso y Pereyra Rossi aparecieron, tres días después, en la localidad bonaerense de Zárate. Ese 17 de mayo el Ministerio de Interior yla Jefaturade Policía de la provincia de Buenos Aires informaron que habían sido “abatidos en un enfrentamiento” con efectivos del Comando Radioeléctrico de Tigre.
Los policías involucrados fueron los suboficiales Rodolfo Diéguez y Juan Amadeo Spataro, y el entonces oficial principal Luis Abelardo Patti. Las pericias establecieron que habían sido golpeados y torturados, lo cual hace inconcebible la hipótesis del enfrentamiento, uno de los modos preferidos de la dictadura para encubrir los fusilamientos de detenidos indefensos. El diputado provincial electo y titular del Movimiento Evita Rosario, Eduardo Toniolli, celebró ayer el pedido de indagatoria cursado por Villafuerte Ruzso a los imputados.
En ese marco, Toniolli –quien fuera querellante en la causa Guerrieri Amelong– señaló: “Estamos muy contentos y satisfechos con esta disposición, fundamentalmente porque es un reconocimiento a la lucha inclaudicable de dos mujeres como Gladys y Ethel Cambiaso (hermanas de Osvaldo Cambiaso), de los organismos de derechos humanos y de los abogados querellantes”. Y finalizó: “Los avances en el camino de la justicia por los crímenes de lesa humanidad también son parte del legado que nos dejó el ex presidente Néstor Kirchner, que tuvo la valentía de romper todos los pactos de impunidad que buena parte de la dirigencia de la democracia recuperada selló con los personeros de la última dictadura cívico-militar”.
