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Manaker, Scaglione y Tomé sobre “La Batalla del Parque de España”

Los directores Paula Manaker, Tania Scaglione y Federico Tomé hablan de su proyecto “La Batalla del Parque de España”, una obra multitudinaria con música de Juani Favre, que integrará a más de cien actores, un coro y una marioneta gigante.

La proyección de un deseo sin forma, el recorrido al que lleva una idea de compleja concreción pero a la que no se le teme, la convocatoria abierta, multitudinaria e interdisciplinaria; el devenir de un magma de ideas individuales pero simultaneas que se materializan de forma colectiva, donde en todo momento el proceso está por encima del resultado, porque el proceso es la intersección de esas ideas que están sucediendo en un presente permanente, épico y avasallante, de cara a un único día, un único momento de encuentro con el público, en el que la ficción de una batalla quedará en el registro de la memoria colectiva.

La Batalla del Parque España es un proyecto que derivó en una obra épica conformada por más de cien actores, un coro y una marioneta gigante que hoy saldrá a recorrer las calles de la ciudad, pero que se representará una sola vez: este sábado 1° de abril en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), bajo la dirección general de Paula Manaker, Tania Scaglione y Federico Tomé, en el contexto de un gran equipo artístico conformado además por Juani Favre en la creación musical, Ange Potier en la dirección de arte y Maru Solana en la producción ejecutiva. Con Cecilia Pinazo en la dirección coral y Anju Manaker en vestuario, prensa y comunicación.

Se trata de una propuesta excesiva y experimental, que plantea un futuro analógico. La obra, que cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Rosario, resultó ganadora de Plataforma Futuro, un programa dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación.

Lo que sigue es la fragmentación de un discurso de construcción colectiva que llevaron adelante los tres directores y el músico Juani Favre, el pasado viernes 17, al que llamaron “Conversatorio”, un espacio abierto a la prensa que sumó la coordinación de la curadora de arte Nancy Rojas.

“Este proyecto tiene como origen la idea compartida de poder realizar algo que nunca habíamos hecho; pensar algo que se vuelve irreproducible. En esa búsqueda, aparece lo que mueve todo el tiempo la obra y el deseo de hacerla. Y más allá de lo azaroso, había en nosotros algo intuitivo que nos llevó a amasar, a producir conocimiento y a generar redes para que sea posible”, expresó Paula Manaker acerca de cómo se tradujo la idea inicial al proyecto. Por su parte, Tania Scaglione aportó: “Es intrínseco del arte no saber bien por dónde va la obra que se hace. La idea fue trabajar con mucha gente, algo multitudinario y abierto al público”.

“Esta obra –completó Tomé–, propone un cruce interdisciplinario; nos acerca a un saber y un modo de producción desconocidos. En todos los casos, tuvimos que inventar un sistema y un dispositivo para poder vincular áreas o disciplinas y que todas intervengan en la obra y nos interpelen”.

Otro de los aspectos planteados en la charla por la curadora Nancy Rojas pasó por la dimensión pública que tiene la obra, su escala colectiva y su impronta épica. “Tuvimos que hacer vibrar las redes de las que disponíamos: amigos, contactos, actores, creadores de otras disciplinas; eso es pensar en el otro, que es donde se establece la dimensión pública del proyecto, que fue una especie de bola de nieve”, dijo Tomé.

“La idea de batalla tiene algo épico –completó Scaglione–; fue una idea que nos llevó a pensar en la épica medieval y a crear todo un imaginario en torno a eso. Planteamos esta obra en tres partes: el proceso de creación, la función única del 1° de abril, y una tercera parte que será la de las crónicas de esa función, de esa batalla. No habrá registros audiovisuales, sólo serán escritos y dibujos y la idea es que ese material pueda circular después como pasaba con El cantar del mío Cid”.

El concepto de lo simultáneo o de lo múltiple, de cara a la simultaneidad de las vanguardias en el presente, y la puesta a punto de la idea de deformidad y de tiempo, así como también la simultaneidad, también fueron tema de la charla. Para Manaker, “la simultaneidad corre de eje la idea de autoría del proyecto, y eso va más allá de lo colectivo o de la cantidad de gente que participa, porque en lo simultaneo, cada uno aporta su universo. Es así como hay una autoría simultánea, y eso arranca desde el boceto de la marioneta hasta la construcción de ese «mamotreto» o «cosa», como tan bien lo definió Nancy Rojas, y llegará hasta la función”.

Y Tomé refrendó: “El formato del dispositivo que armamos potenció la idea de simultaneidad; nos planteamos que la obra empezó el 13 de febrero cuando arrancamos con la construcción de la marioneta, y termina con la función”.

“Estamos priorizando el proceso más que el resultado –dijo Scaglione–. Hay una decisión muy deliberada respecto de que no estamos haciendo un producto. Tanto es así, que la marioneta será destruida luego de esa función, como un gesto claro de que nuestro interés estuvo y está en los sucesivos encuentros entre tantos artistas y en ese aprendizaje colectivo. De hecho, la marioneta se llama Grete, por Grete Stern y su concepto de collage con la fotografía, donde vuelve a aparecer la idea de simultaneidad”.

Pensar lo político

“Buscamos que sea una obra abierta, por eso los talleres, las opiniones de todos, cualquiera que venía se sumaba y aportaba. Todo eso puso a la obra ante la mirada de todos, porque no hay nada oculto y al mismo tiempo, estamos todos en tensión porque sabemos que hay algo que recién vamos a descubrir en la función, a diferencia de lo habitual en las artes escénicas, donde hay una especulación acerca de qué mostramos y qué no, y cómo generamos una tensión con eso frente al espectador”, expresó Tomé, al tiempo que Manaker analizó: “Desde el vamos, la obra se reveló como imposible; el proyecto lo escribimos post elecciones generales de 2015, después del balotaje; estábamos todos muy desconcertados con lo que había pasado, nos quedamos con una sensación horrible y hasta nos preguntábamos qué sentido tenía seguir adelante. Hoy es un proyecto «imposible» pero que se hace, y seguimos sumando etapas, por eso decimos que no sabemos cuál será su verdadera dimensión. Creo que en esta instancia, cercana al final, vuelve a resignificarse la idea de batalla, que es uno a uno, que es lo que la hace épica, y que nos sirve para entender que la lucha vale y tiene sentido. Hacer esta obra, elegir su complejidad, es nuestra manera de dar batalla en este tiempo”.

Y Scaglione completó: “Nos hacemos preguntas como dónde está la batalla, desde dónde batallamos los artistas; eso puesto en el contexto actual, donde hay una intención de disolver lo grupal, el poder de las multitudes, adquiere otro sentido, porque a esta obra la hacemos con el poder de todas las personas que le pusimos y le vamos a poner el cuerpo”.

Caravana y función

Entre las actividades previas a la función del sábado, esta tarde, a partir de las 19, se desarrollará “La caravana de Grete”, la marioneta gigante que será la gran protagonista de la “batalla”, y que será trasladada por el centro de la ciudad desde Centro Cultural Roberto Fontanarrosa (plaza Montenegro) donde se construyó, al Centro Cultural Parque de España (CCPE) donde tendrá lugar la función. La actividad, abierta al público que quiera integrarse, contará con el acompañamiento de la banda Una Cimarrona. Por su parte, para la función del sábado, que comenzará a las 18 en la explanada de Sarmiento y el río para luego continuar en la sala Príncipe de Asturias, se entregarán dos entradas gratis por persona, desde mañana y hasta el viernes, de 15 a 20, en las Galerías del CCPE. Según se adelanta, y dado el número de personas que participan de la performance, las localidades para el público serán limitadas y la actividad es sólo apta para mayores de 18 años.

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