Paulo Ferrari se ilusiona con que su equipo encuentre la esperada reacción futbolística el domingo ante San Lorenzo. Y que además consiga un triunfo. Algo fundamental para aquietar las aguas y aplacar los fuertes rumores que indican que una derrota dejaría al Loncho fuera del cargo.
Es que con apenas cinco partidos como entrenador del primer equipo, en los que se registraron cuatro empates y una derrota, la continuidad de Ferrari está en duda. Más allá de que no haya confirmación oficial del tema de parte de la dirigencia auriazul.
Sin embargo, confiado en el trabajo que viene realizando en estas casi tres semanas, el Loncho entiende que tendrá más tiempo para tratar de mejorar al equipo. Por eso considera que el de mañana ante el Ciclón no debería ser un partido límite.
—Hay fuertes rumores que indican que una derrota ante San Lorenzo podría marcar tu salida del cargo.
—No lo veo como un partido límite. El otro día en Chile fue el primer partido que perdimos, y se dio sobre la hora, en la Copa y de visitante contra un gran equipo. Habíamos empatado sobre la hora y si hubiera terminado así, hubiera sido todo diferente. Un gol parece que cambia todo, es la realidad. Lo único que pienso es que tenemos que trabajar y que el equipo tiene que ir mejorando día a día. Yo veo mejoras significativas en el equipo más allá de que no se dio una victoria, que la buscaremos el domingo. Después si en el quinto partido que dirigimos alguien piensa algo diferente, estamos en un estado de locura total.
—Pensando en conseguir la primera victoria del ciclo, ¿te ponés un límite?
—Los técnicos necesitamos ganar en cada partido. El límite no sé cuál es, estoy dirigiendo los primeros partidos en el club. Este partido es muy importante. Necesitamos ganar, y sobre todo hacer un buen partido. No voy a cambiar la forma, no me interesa ganar de cualquiera manera. No estoy acá para empezar a patear para arriba y ver si conseguimos resultados. Quiero que el equipo siga mejorando, mostrando funcionamiento, que siga proponiendo por más que le salgan bien o mal las cosas, y ganar a raíz de eso.
—Cuando asumiste, ¿imáginábas que esto iba a ser así?
—Sabía que iba a ser de esta manera por el momento del club. Pero depende de lo que se quiera como club y proyecto, y eso no lo manejo yo ni los jugadores, eso lo manejan los dirigentes, y ellos saben para qué camino hay que ir. Estoy tranquilo, conforme con los jugadores, los veo entusiasmados y con ganas de mejorar. Y eso me da tranquilidad. Los jugadores están haciendo lo posible y van a tratar de hacer un buen partido. Obviamente necesitamos más porque no nos está alcanzando. Necesitamos mejorar, levantar en los rendimientos, mejorar como equipo. Pero eso no se logra en tres semanas, y hace tres semanas que estoy. Y si lo lograra en ese tiempo me estarían llamando de Barcelona o de Real Madrid.
—¿Cómo estás ante esta situación?
—Estoy tranquilo, Sé cómo es Central, lo conozco hace veinte mil años, y sé que estas cosas podían suceder. Cuando me llamaron lo hicieron para un proyecto, para ir potenciando chicos, y para tratar de sacar el plantel adelante. Y también para tener un panorama de por qué no venía bien el equipo. Estoy haciendo un balance, tenemos mil partidos y casi no podemos entrenar. Es muy difícil, pero en este período hay que hacer un balance. Recién después de este partido, vamos a tener 15 días para trabajar por primera vez con el equipo.
—¿Qué estás trabajando en esta previa del partido ante San Lorenzo?
—En darle tranquilidad a los jugadores, marcarles las cosas buenas y malas que vienen haciendo, porque vienen haciendo cosas muy buenas también. En los dos partidos de Superliga que levamos, hubo mejorías. Además, hicimos un muy buen partido con Gremio y ahora perdimos sobre la hora de visitante. Ese es el balance real. Ahora jugamos con San Lorenzo, tenemos que ganar, ser protagonistas, y lo vamos a intentar.
