Paulo Juncos es el secretario gremial de Amsafé a nivel provincial. Habló con El Ciudadano sobre el presente laboral de los docentes de instituciones públicas y explicó por qué considera que los ejecutivos están vulnerando sus derechos.
—¿Cómo les impactaron las cinco detenciones del pasado miércoles 16 de octubre? ¿Cómo siguen las cosas?
—Lógicamente nos preocupa mucho porque entendemos que está enmarcado dentro de lo que viene siendo tanto la política de represión de Milei en este intento de frenar todo lo que tenga que ver con la protesta social, las críticas al gobierno o las manifestaciones del descontento de la gente sobre los efectos que tienen las políticas nacionales pero también tiene que ver con la política provincial y va en línea con las políticas de implementación del presentismo, el descuento de los días de paro y las acciones de amedrentamiento a la docencia santafesina.
Amsafe hoy es el principal freno que tiene el avance de las políticas de ajuste del gobierno de Santa Fe. Estas detenciones fueron muy preocupantes no solo por la intención de frenar la protesta y amedrentar a los que se manifiestan en contra sino por la forma en que fueron detenidos los compañeros.
Si el gobierno o la justicia entendía que tenía que abrir una causa por los acontecimientos en la legislatura lo podrían haber hecho y nuestros compañeros se iban a presentar a declarar. Pero de ninguna manera necesitaban ir con la policía a sacarlos de la casa. No son delincuentes, fueron a manifestarse y tienen derecho a la defensa. No era necesario el accionar de la policía y nos preocupa.
Y también hubo otros hechos. Hubo mayor presencia policial en las manifestaciones en el entorno de las escuelas. Hemos tenidos presencia policial y es preocupante que quienes participen de las actividades de las escuelas públicas estén siendo perseguidos o intimidados por la policía. En la delegación Rosario hemos sufrido hechos preocupantes como la presencia policial en la puerta que no correspondía, en los días sucesivos a las detenciones de los compañeros.
Detuvieron a cuatro gremialistas y un trabajador precarizado por los incidentes en la Legislatura
—¿Cómo describirías la situación actual de los trabajadores de Amsafé?
—Es una situación mala, de los peores contextos de los últimos tiempos. Por lo general, la sensación que tienen los docentes hoy en la provincia es que es un gobierno que nos ha elegido como enemigos, que no tiene ningún gesto de acercamiento hacia la docencia.
Todas las políticas que se han llevado adelante hasta ahora son políticas que agreden derechos de los docentes. Por enumerar algunas, lógicamente está la reforma del régimen previsional que es una política que perjudica muchísimo a los docentes por distintos aspectos desde las condiciones de jubilación hasta las cuestiones concretas del salario. Tenemos muchos docentes en la provincia que sobre una situación ya difícil tuvieron un recorte del salario ya que tuvieron que aumentar el aporte a la Caja de Jubilaciones. O sea, sobre un salario ya devaluado, ya depreciado, tuvimos un recorte a raíz de la aplicación del nuevo régimen previsional.
También la política de aplicación del presentismo perjudica mucho y agrede mucho a la docencia. Lo llevamos a la mesa paritaria. Tenemos muchas situaciones que nos están llegando de docentes con cáncer, con SIDA, con situaciones muy complejas de salud, además de estar sufriendo una situación personal muy delicada sufren un recorte del salario que prácticamente es un castigo casi inhumano. Nosotros lo planteamos en esos términos: es inhumano. Vamos a hacer una presentación judicial como lo hicimos también con el tema jubilatorio.
Ya hicimos una presentación por el tema jubilatorio y lo vamos a hacer también con el tema del presentismo. La política salarial también viene en sintonía con las políticas nacionales de ajustar el salario de los trabajadores.
Nuestra relación con el gobierno provincial es muy mala. Las características y la calidad de la discusión paritaria también es una de las peores el ámbito paritario en la provincia. Hoy está totalmente devaluada porque el gobierno no convoca a reuniones técnicas paritarias que nos permitan discutir cuestiones muy importantes que tienen que ver con los concursos, las condiciones de trabajo y con lo salarial también. Hoy simplemente la discusión paritaria es una comunicación de definiciones unilaterales que toma el gobierno y que lo comunica públicamente. No están las instancias previas que tendría que haber y que todas las paritarias históricamente han tenido con todos los gobiernos. Son discusiones que se llaman técnicas paritarias, ahí se intercambiar, discutir, dialogar y construir lo que luego será una propuesta paritaria.
Prácticamente no estamos teniendo diálogo con el gobierno, solamente comunican definiciones unilaterales. Es de las peores relaciones que hemos tenido los docentes de la provincia con alguna gestión provincial. Pareciera que no hay intención de dialogar. Además lo plantean abiertamente los propios funcionarios que dicen que ellos están sentados arriba de una victoria electoral y que no tienen por qué intercambiar ni discutir con nadie, lo cual habla de una concepción de ejercicio del poder bastante autoritaria y poco democrática. La característica que vemos hoy del gobierno de Pullaro es esa: una concepción del ejercicio del poder que es ‘yo tengo una mayoría de votos que me ponen en el lugar en el que estoy y eso me habilita a pasar por arriba a todo el mundo y eso me habilita a no escuchar a los demás, a no generar consenso, a no generar espacios de diálogo, a no intercambiar con las organizaciones sindicales’.
Vienen con esa impronta que tiene algunos rasgos autoritarios, es bastante preocupante.
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—Además de la situación salarial, ¿en qué situación están los docentes en relación a otros problemas que atraviesa la ciudad como los hechos de inseguridad? En un momento las escuelas fueron un blanco.
Hoy la situación más preocupante es el avance de la pobreza y la marginalidad. Y eso trae también situaciones de violencia. A lo mejor no la violencia como la conocíamos en términos de balaceras, que era lo que venía pasando últimamente en los entornos escolares.
Hoy lo que más le empieza a preocupar a los docentes es el avance del hambre, de la pobreza, de las malas condiciones en las que vienen los niños y las niñas a las escuelas, de un abandono en la escuela secundaria muy importante porque este contexto hace que muchos jóvenes no terminen la secundaria.
Y en el nivel terciario que también es un nivel importante que garantiza derechos a muchos jóvenes y muchos adultos a poder formarse e insertarse en el mundo laboral, a tener más herramientas para desarrollarse en la vida, vemos también una baja importante de la matrícula por la situación social.
Es decir, una de las cosas hoy atraviesa con más fuerza a la educación pública en todo sus niveles es el avance de las malas condiciones de la población en general. Recordemos que la mayoría de los jóvenes y niños del país está en situación de pobreza.
—Un tema que empieza a dispararse en otros rubros es el pluriempleo, ¿ocurre también entre docentes de la provincia?
—En distintos momentos de la historia hemos tenido distintas condiciones salariales. Estamos en una de las peores condiciones de los últimos años. En otros momentos históricos teníamos, en relación a dólares, un ingreso del salario mínimo de un maestro que hoy estaría en un millón de pesos. Eso es casi el doble de lo que cobra hoy un maestro inicial. Con lo cual, hoy sí hay muchos compañeros que tienen más de un empleo dentro del sistema educativo. Eso es muy, muy común y muchos que alternan empleos no formales o empleos por afuera del sistema educativo.
—Entre las cosas que pasaron en los últimos años estuvo la pandemia donde los docentes fueron un poco el blanco de una parte de la sociedad. Recuerdo la frase “abran las escuelas” y cómo, por otro lado, se aceleró el proceso de incorporación de la tecnología, ¿qué dejó todo ese proceso?
—Es una pregunta bastante compleja hoy. Ha tenido impacto fundamentalmente en los adolescentes. A muchos alumnos les costó volver a la escuela.
La pandemia, en términos generales, más allá de que se intentaron sostener algunas cuestiones de forma virtual, creo que para el sistema educativo fue demoledor. Todavía nos estamos recuperando de la pandemia. Para el sistema educativo en general y centralmente para los alumnos fue una marca que le va a costar muchísimo tiempo. También los aprendizajes que se perdieron en ese tiempo, el intercambio y el contacto que se perdió.
Nosotros creemos que la educación se da contextualizada, se da con otros en un lugar físico. No somos muy partidarios de la educación virtual, por lo menos yo creo que sí puede haber combinaciones y que eso te agiliza o facilita algunas cosas. Una cierta combinación entre virtualidad y presencialidad puede ser, pero el acto del aprendizaje es con otros compartiendo un espacio grupal. No hay forma de aprender solo frente a una pantalla encerrado en tu casa.
Por eso creo que todo ese largo proceso que sufrimos con la pandemia deja secuelas importantes en muchos aspectos.
Creo que fue correcto lo que se hizo en pandemia, de eso ninguna ninguna duda. En algún momento hubo una cuestión de mayor distanciamiento entre la comunidad y la docencia o la escuela pública en general pero ahora estamos viendo un una re vinculación que me parece que está buena.
Ahora que estamos haciendo actividades de visibilización en los semáforos, saliendo con las escuelas a la calle, notamos un acompañamiento importante que también tiene que ver un poco con lo que pasa en lo nacional con todas las movidas en defensa de la universidad pública por el tema del veto de la Ley de Financiamiento Educativo.
Hay una revalorización y hay una parte importante de la sociedad que está llamando la atención. Y tiene que ver también con el nivel de agresión de la gestión nacional y la gestión provincial. Como cualquier acción genera una reacción y creo que la acción de agredir a la universidad pública y a la escuela pública genera una reacción sana de la sociedad que la valoriza justamente eso que se agrede.
—Además de los reclamos salariales y por las condiciones de trabajo, ¿tienen otros proyectos desde el gremio?
—Sí, estamos haciendo muchas instancias de formación. Estamos haciendo formaciones pedagógicas, formación política sindical con los delegados en toda la provincia. Acompañamos a generar instancias que le den herramientas a los compañeros para desarrollarse en el mundo pedagógico, en el mundo laboral, en el mundo escolar. Todo esto forma parte de nuestra manera de entender el sindicalismo.
También estamos haciendo otras cosas que tienen que ver movidas de solidaridad entre compañeros. Por ejemplo, hicimos un convenio con con los compañeros de Ciudad Futura por la caja alimentaria. Ellos tienen de Fecofe (Federación de Cooperativas Federadas) para que los docentes accedan también a algunas canastas de alimentos más económicas. También tenemos convenios con otras instancias de comercialización para que los compañeros puedan acceder a algunos productos con descuento. Tiene que ver con las características de la época: tenemos que ser creativos para que mientras luchamos por mejorar las condiciones generales también en el día a día tenemos que estar al lado de los compañeros.