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Pearl Jam volvió inolvidable la fría noche porteña

La banda de Seattle ofreció un potente concierto para 50 mil personas, tocando dos horas de rock and roll del mejor, se conmovieron y emocionaron  con los asistentes al Pepsi Music. Eddie Vedder dedicó el show a Fabricio Oberto.

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Alrededor de 50 mil personas saltaron, gritaron y rockearon en la nueva presentación del grupo estadounidense Pearl Jam, que va camino a su «argentinización» total, como ya ocurrió con los Rolling Stones y los Ramones.

Los oriundos de Seattle, Estados Unidos, ratificaron su condición de banda de grandes estadios con un show magnífico en el que tocaron rocanrol del mejor, se conmovieron, emocionaron y celebraron con los asistentes a la segunda jornada del Pepsi Music.

Sin demagogias y basados sólo en el feedback que tienen con el público argentino, a pesar de la barrera idiomática, los Pearl Jam tocaron 25 canciones en más de dos horas de un altísimo nivel musical.

Desde aquellos míticos shows en Ferro en 2005, podía percibirse que Pearl Jam iba a adoptar al público argentino como uno de sus preferidos y que los fans locales los iban a “argentinizar” tal como ocurrió con los Ramones y los Rolling Stones.

Y este amor tiene que ver con la autenticidad de los estadounidenses, su simpleza, su entrega y la pasión de seguir creyendo que el rocanrol puede cambiarle una noche, una semana o la vida a una persona.

Este punto lo pueden confirmar los fans que hace dos noches estaban reunidos en la puerta del hotel donde se hospeda Pearl Jam y recibieron la visita de Eddie Vedder, quien repartió pizzas y empanadas, y tocó varias canciones en su ukulele para ellos.

Anoche no hubo camiseta de fútbol con la 10 de Messi y Maradona, ya que la banda eligió la remera de un amigo, el basquetbolista argentino Fabricio Oberto que le dio la número 7 de la Generación Dorada al bajista Jeff Ament.

Inclusive, al inicio del show, Vedder le dedicó el concierto al pivote cordobés, que los conoció cuando jugaba al básquet en la NBA y trabó vínculos con el grupo rockero.

La otra dedicatoria fue para las víctimas de las inundaciones y los muertos durante el temporal, a lo que Vedder le agregó un pedido de regreso del buen clima.

En el medio de todo esto, la banda que decidió seguir el camino de uno de los rockeros más auténticos y humildes del mundo, Neil Young, demostró que es un grupo notable y que su vivo está en el podio de los cinco mejores de la escena rockera.

Con una tradicional puesta en blanco y negro, vestidos como en casa, los Pearl Jam emergieron en el gigantesco escenario que le daba la espalda al Río de La Plata, para arrancar con la lenta y angustiosa “Release” de su primer disco “Ten”.

Rápidamente decidieron ofrecerle el primer bocado al público con una buenísima versión de uno de sus hits, “Even Flow”, al que siguió “Lukin”, una canción de homenaje a Matt Lukin, bajista de los Melvins y Mudhoney y amigo de Vedder cuando este llegó a Seattle.

La siguió la bien rockera “Corduroy”, que aunque no tiene estribillos, la melodía que construyen los guitarristas Mike McCready y Stone Gossard hizo que la gente se enganchara y así la banda se prodigó en una larga versión.

“In hidding” del disco “Yield” pasó en un tiempo medio, iluminado por un hermoso solo de McCready, mientras Ament y el virtuoso baterista Matt Cameron sostenían todo el despliegue de sus compañeros. (Télam).

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